En
Sueño Profético hacían preguntas y daban respuestas. Las preguntas eran diciendo que
cómo no cogían Esto la Jerarquía de la Iglesia y presentaba todo lo que aquí
había dictado por la Gloria y formaba gran Escándalo.
A esto
contestaba un espíritu que cuando vivió con cuerpo tuvo Visiones de santos que
en la Tierra eran conocidos, y decía:
“Yo
tuve apariciones en una casa de campo donde vivían mis padres. Mi Fe me ayudaba
a vivir. Yo estuve enfermo, sin esperanzas de curación. El medicamento lo ponía
en mi cuerpo con el nombre de Dios en mi boca. Sané a los dos años, pero ya
Visiones no tuve. Contaba lo que veía con gran resplandor aunque la habitación
estuviera a oscuras. Esto, siendo verdad, no pude justificarlo como se pueden
justificar estos arrobos que aquí Dios manda dictar. Aquí, con leer un Libro,
ya estas viendo la Verdad. Hay Mensajes para teólogos y grandes universitarios.
Todo lo que en la Gloria dictan se puede comprobar. Y también se puede
comprobar que como este Caso no hay otro igual. De todo lo que hay escrito no
se puede retirar ninguna frase, porque nada está mal hecho. Los Libros
presentan lo que nadie ha presentado. El dudar de Esto, es vivir en pecado. Han
pasado ya más de 41 años sin que falte un día el arrobo. Esto es Enseñanza para
el espíritu. Y esta Enseñanza quedará en archivos. Personas de grandes carreras
no podrán decir que Esto no es Verdad, porque estos Mensajes llevan el sello de
la Vida Eterna”.
Desperté,
oí:
¡Qué
defensa más grande manda Dios al decir que este Caso hoy es único!
Esto
lo dicen de palabras, pero luego se puede demostrar presentando los Libros con
toda clase de temas.
Da Paz
el poder presentar todo lo que en el arrobo Dios manda que se diga.
Comparaban
Esto, con apariciones de las que no se pueden presentar imágenes ni palabras.
Decían que estos arrobos Dios mandaba que se publicaran.
Estos
Mensajes en canción tienen gran justificación, porque es Mando de Dios.
Al oír
estos Mensajes en alta voz tienes que decir: Señor, ¿qué hago yo para que Esto
más se cunda?
Si
piensas en esta Grandeza de Dios, se te quita el sueño y dices:
Señor,
¿qué hago yo para que más se cundan estos Mensajes?
En el
Sueño decían, contestando a esta pregunta, que más no podía hacer el cuerpo del
Elegido.
Al
Sueño lo despidió el pedir curación para el enfermo.
Aquí
se ve más el Poder de Dios por las pocas horas de sueño que tiene el Elegido, y
por la alegría que nunca le falta.
Este
pensamiento lleva siempre el Elegido:
¡No te
enfades, Señor, por lo mucho que Te pido!
***
Libro 55 - Investigaciones a la Verdad - Tomo IX - C3
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