En
Sueño Profético decían:
Escribe
sin miedo, que todo lo que escribas es dicho en el Cielo. Que Esto, el que lo
lea, da gracias a Dios o pide Perdón sin remedio.
Dijo
un espíritu que cuando vivió su cuerpo fue un gran defensor de la Teología:
Estos
Dictados tienen el Poder de Dios. Aquí sobran carreras. Si amas a Dios, ves que
sus Palabras y su Mando no son de la Tierra. Esto deja mudo al gran teólogo que
quisiera poner su teología antes que Ésta. Esto, su nombre es Palabra de Dios,
dicha unas horas antes que el cuerpo deje la noche y empiece el día. Para el
Elegido es noche todavía, por las pocas horas que el sueño dura. Esta vida no
la podría llevar nadie si en Dios no vive.
Estando
oyendo estas Palabras, se vieron los “Humos” que despierta ve el Elegido. Que
estos “Humos” son una imagen del Poder de Dios que no ve nadie. Esto es un
justificante para que el espíritu del mal no pueda llegar a poner mal pensar al
Elegido, diciendo: “Puede que arrobos no tenga más”. Pues Dios mandó en sus
primeros arrobos que, despierta, no dejaría de ver el Poder de Dios en
flotación, y al dormir, el arrobo no faltaría.
Desperté,
oí:
Se ve
más que Esto es de Dios, por el aguante que este Lugar tiene.
Antes
de tener el “Sueño”, paciencia pone.
¿Quién
va ofreciendo una Verdad, dando Premio, y tiene que ir detrás del que se lo
ofrece, abriéndole puertas y esperando que el que se vaya a llevar el Premio
entre?
Si
Esto no fuera Verdad, el cuerpo del Elegido no podría tapar tantos
sufrimientos.
Recibe
tantos, que en secreto quedan para que a Dios no ofendan.
Su
lucha y caminar son para que todos llamen a Dios, porque Dios Vivo está.
No
como lo presenta el hombre, muerto.
Piensa
que fue matado, resucitó y está en su Reino.
Para
juzgar a vivos y muertos.
***
Libro 48 - Investigaciones a la Verdad - Tomo VIII - C4
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