En
Sueño Profético decían:
Este
Elegido tiene una gran altura, por haber sido elegido por Dios.
Todos
los que creen y están al Elegido unidos, que busquen caminos para dar
Escándalo, diciendo: “¡Dios está aquí hablando!”. Unas Palabras son dichas en
el arrobo. Y otras, son un pensar que Dios le manda, y aquí no hacen falta
Palabras porque es el espíritu el que enseña al cuerpo, y el espíritu no
habla, el que habla es el Poder de Dios, y este Poder no necesita Palabras.
Dijo
un espíritu que Dios le da Mando:
Todo
lo que se mueve en el mundo: el aire, el agua, los truenos de la tormenta, los
temblores de tierra. Nada de esto tiene aviso de Palabras, es un sentir que
Dios manda.
Al que
le llega este sentir de Dios, ve que es Él el que quiere que cundan estos
Mensajes.
Decían
en la Gloria, que Dios manda al Elegido pensamientos, sin oír Palabras, para
que éste enseñe. Pero le cuesta trabajo hacer que los sientan y los cumplan.
Desperté,
oí:
El
arrobo de esta noche ha sido diciendo cómo el Elegido recibía esta Enseñanza
sin Palabras.
Que
esto era un sentir con Poder, para el espíritu.
Que
llegando este Poder, sobraban las Palabras, cuando habías tenido arrobo y Dios
mandaba dictar todo lo que el espíritu había sentido.
Esta
Enseñanza, si piensas en ella, ves que no es de Dios ni de profesores.
Ves el
Poder de Dios mandando y enseñando a lo que tiene Vida Eterna, que es el
espíritu.
También
decían que esto daba sufrimientos al Elegido por querer que comprendieran lo
que Dios a su espíritu enseñaba.
Esta
Enseñanza debería ser por grandes profesores enseñada.
¡Pero
antes de que los alumnos fueran hombres, que es cuando el espíritu tiene el
cuerpo limpio, como niños que son!.
En el
arrobo decían, que querían que el Elegido cundiera lo que Dios le comunicaba,
para así poder quitar hambre y miseria.
Decían
también, que el Elegido tenía Escritos con Mando de Dios, para que el hombre
mirara primero por el espíritu y después por el cuerpo.
Ten en
tu memoria estas Palabras.
Ten en
tu memoria: “Señor, el que me mire, Te vea. Y el que Te vea, que no Te olvide”.
***
Libro 55 - Investigaciones a la Verdad - Tomo IX - C6
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