En Sueño Profético decían:
Si Dios te da Mando, es grande
premio y tú retiras el cansancio. Si Dios te da Mando, te llega un pensar de
querer pagar este mandar.
Dijo un espíritu de Dios:
Si Dios te da Mando, tienes que
pagarlo creciéndote el Amor que tú estás mandando. Que este crecer es hacer el
bien en el Prójimo, que es donde está Dios, aunque con Cuerpo no Lo vean, como
el Elegido Lo ve. Pero si amas a Dios, tu cuerpo siente algo sin tú saber
explicarlo. Pero a Dios Le pides: “Señor, tu Mando que no me falte. Porque tu
Mando es la vida para el que quiera amarte sin descanso noche y día”. Estas
palabras, en silencio o con sonido, las lleva el que a Dios le manda.
Desperté, oí:
Aquí, el cansancio queda
despedido por el gran Amor que tiene el Elegido.
A más Mando le llega, más gracias
Le da a Dios y más alegría demuestra.
Si esto así no fuera, no sería el
Mando de Dios, sería mando de la Tierra.
¡Qué cierto que si amas a Dios te
haces del tiempo ladrón!
El que esto crea, le extraña más
el silencio que el escándalo.
Los Libros que lleven tu mando,
sin miedo y sin enfado.
Pero que la cantidad forme
escándalo.
***
Libro 47 - Dios No Quiere, Permite - Tomo VI - C4
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