En Sueño Profético hablaban de la lucha del hombre por tener lo que no sirve; por comprar lo que nunca, si tuviera, vendería; por guardar, muchas veces, lo que nadie quiere que sepan hasta el día de su muerte; por darle valor a aquello que puede que sea lo culpable de la muerte de su espíritu y también de su carne.
El hombre desea lo caro, que para nada le sirve, y desprecia lo que Dios le ofrece, que no le cuesta nada, que son sus Palabras y su Cuerpo.
Dijo uno:
El hombre tiene que valorar lo del espíritu, primero, y después lo de la Tierra. El hombre no puede negar que aquello más caro es lo que más desea. Si puede, lo compra; y si no puede comprarlo, él se forma una tragedia, para tenerlo colgado, para meterlo en el cofre, o para llevarlo a sitio que su dinero le cueste. Si el hombre no aprende ni practica la Enseñanza que Dios da al espíritu, será un mundo de engaño, de avaricia y de premiar al pecado. Porque pecado es también guardar lo que otro necesita para que viva su carne.
Desperté, oí:
No quiere el hombre poner
el pecado en lo que él hace,
y sí, en lo que hace otro.
Pues no hay pecado mayor,
que despreciar las Palabras
que sabes que son de Dios.
“Éste es mi Cuerpo”,
lo dijo el Mismo Dios Hombre.
“Donde dos hablen de Mí,
Yo allí estoy”.
“Vestid al desnudo
y dad de comer al hambriento”,
también lo dijo.
“Perdonar como Yo os perdono”.
“No juzgar,
si no queréis ser juzgados”.
“Conoceréis si son míos
por las obras de Caridad
que a su paso dejen
los que digan:
“Somos Cristianos”.
Esto siempre se repite,
porque Dios no tiene cambio.
El que practique estas Palabras
tiene el capital más grande,
que no necesita cerrojos,
ni sitio que se lo guarden.
Y a más vaya repartiendo,
la ganancia es más grande.
Hazte capitalista
de vivir lo que Dios mande.
***
Libro 23 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo IV - C2
Dan ganas de gritar a los cuatro vientos esta grandeza escrita y da pena de ver que poquitos son los que abrazan esto con amor,porque habrá algunos más que lo crean pero creer no es querer y Dios quiere amor de ese que le agrada a Dios.
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