En Sueño Profético decían:
Si quieres saber quién ama a Dios, busca las obras de caridad que hace.
Si quieres saber quién ama a Dios, sin contestar, van los hechos contestándote.
Si quieres saber quién ama a Dios, pronto puedes enterarte:
Nunca verás variación
que pueda aconsejarte
que hagas algo más
aunque razones te sobren.
Siempre te aconsejará
que la alfombra no la pongas
por donde pueda pinchar.
Si la alfombra va pisando
y se encuentra suavidad,
su cara ya te refleja
algo de ese bienestar.
Si el árbol lo ves caído
y no intentas levantar,
es más fácil que lo pise
aquel que venga detrás.
Todo aquel que veas caído
y lo veas levantar,
al que veas levantando,
duda no te puede dar
de que a este Dios esté amando.
Dijo uno:
Si la fuerza del mal se encuentra con la fuerza del bien, Amor a Dios ya estás presentando. Pero esto es difícil que el hombre lo aprenda, y más difícil el practicarlo.
Desperté, oí:
No puede estar en secreto el que viva este Amor y lo practique.
Siempre te pondrá el camino fácil para tú pasar, para que digas:
“¡Gracias Dios mío!,
que el camino,
ya no siento su pinchar”.
“Yo era árbol caído.
Y quien practica tu Amor,
no puede dejar caído
aquello que quiere Dios”.
En esto y en muchas cosas
ya ves el que ama a Dios.
Ama a Dios sin medida,
y ya tu vivir será
poniendo rosas
donde veían espinas.
Si de este pensar
hubiera un gran aumento,
se achicaría el sufrir
y ya crecería el contento.
***
Libro 18 - Dios No Quiere, Permite - Tomo III
Por sus hechos les conocereis.
ResponderEliminar