En Sueño Profético decían:
Quita el sueño el
sufrimiento y también lo quita la alegría, pero de las dos maneras, si no amas
a Dios, el cuerpo se enferma.
Dijo uno:
El sueño para el
cuerpo es alimento de vida mientras esté está vivo. Sin sueño y sin comida no
puede vivir el cuerpo. Esto es un estudio que el quiera pueda estudiar, y una
vez que lo aprenda, ya lo puede comparar con el que sueño corto a diario tenga
y cada día más fuerza le vean.
Si al que Dios
elige le midieran el caminar y le grabaran las palabras que van dando Caridad,
no podría poner dudas el que no quiere que Esto sea Verdad. Todo su querer es
que a Dios amen sin descansar, porque el que ama y descansa, nunca amó de
verdad.
Este espíritu
pregona en su cuerpo Amor a Dios, Caridad en el Prójimo y compasión al pecador.
Desperté, oí:
El Amor a Dios va
junto a la Caridad en el Prójimo.
Hablaban en el
Arrobo, del sueño. Decían que era tan necesario para el cuerpo como la comida
y, a veces, más preciso.
Pero cuando es
Instrumento de Dios, le verán cosas imposibles en otro cuerpo.
Que esto, si no lo
dice el cuerpo, no se nota esta falta.
Tiene su cansancio,
pero el espíritu le puede al cuerpo.
Esto, con los ojos
cerrados, lo puede ver el que quiera.
Pero por falta de
amar a Dios, no lo ven ni con los ojos abiertos.
Si lo vieran, el
trato ya sería de otra manera.
El Amor a Dios te
hace que comprendas, y una vez comprendido, ya nada puedes ver mal.
Porque el
Instrumento no actúa si no lleva este mandar.
Pues acepta lo que
mande, porque es Mando que a él le dan.
El Elegido enseña
lo que él aprendió ya.
***
Libro 75 - Meditaciones y Palabras Directas con El Padre Eterno - Tomo VIII - C7
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