En Sueño Profético decían:
Por mucho que hablen de estos Mensajes, no llegarán a
decir lo que valen, Porque las cosas que Dios manda del Cielo no hay tasador
que pueda ponerles precio.
¡Es una cosa tan grande el decir: “Dios me arroba el
espíritu y me dice que no calle”! Y me dice que presente estos Escritos, que
antes fueron dichos en la Gloria y después dictados al cuerpo cuando el
espíritu ya entra en el cuerpo con fuerza y mando.
Dijo uno:
¿Cómo podrá vivir tranquilo el que conozca este Caso y
le dé desprecio, y piense en la muerte, en el día que le llegue, con aviso o
sin aviso? Tan sólo con pensar esto, te tienes que notar enfermo.
Decían en la Gloria que ¿cómo podían vivir, los que
conocen este Caso, saberlo y no acudir para mandar alegrías a Dios y quitar del
pecado?
Desperté, oí:
Es gran alegría que Dios te mande con Poder.
Pero es sufrimiento, que te roba la Paz, querer que
todos acudan a que vean esta Verdad, que Dios, de muchas maneras, te la puede
presentar.
Que al que dice “Dios me habla”, ya, si quieres, ves
en muchos momentos que se le cambia la cara.
En momento que ve u oye que a Dios no ponen lo
primero.
Y que no respetan Palabras que no son del que las
dice, que son dichas por Dios en su Reino.
Cuando el Elegido da mando es porque es iluminado por
Dios.
Decían en el arrobo que las cosas que Dios manda del Cielo no hay tasador que les ponga precio.
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Libro 41 - Dios Habla al No Quiero del Hombre - Tomo III - C3
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