En Sueño Profético decían:
El
Elegido hay veces que sabe y no sabe para el que lo está viendo. Hay veces que
siente con un Mando del Cielo, que si lo sigues, sus actos te confunden no
queriendo. Pero si estás seguro de que la actuación viene del Cielo, pronto te
culpas tú mismo y acabas por comprenderlo.
Dijo
uno:
¡Es
tan diferente el Mundo éste a ése, para que lo siga el hombre! El hombre que
nada le dice la muerte, que nada le dice el ser bueno, que cuenta los treinta
muy lejos, que no piensa en el enfermo, que no piensa en el dolor de algún remo
de su cuerpo, que no piensa en un ser querido que ya le dejó el sitio sin su
presencia, tan sólo con el recuerdo de lo que servicio le hizo. Si esto lo pensara
el hombre y normal lo viviera, qué fácil entendería al que Dios Aquí trajera.
Todo lo dejaría porque él no movería sus pies hasta que el Elegido consejo le
diera. No consentiría el comer sentado en la misma mesa del que no siguiera ni
creyera al que Dios Aquí enseña.
Esto
fue dicho por Dios Hijo cuando se hizo Materia y ahí Lo vieron de Carne. ¡Qué
Palabras más bíblicas!:
“El que no está
conmigo, está en contra de Mí. Y el que no Me busca, no tiene hambre de Mí, que
soy el Pan Eterno que da la Vida sin muerte”.
Desperté, oí:
Estas
Palabras las dijo Jesús a los Discípulos y a una muchedumbre que un día se juntó
en un caserón.
Que
para que se llenara este caserón tenía que haber mucha gente, pero faltó sitio
aquel día.
Había
gente esperando verlo y para preguntar el tema y las Palabras del Maestro.
Este
Arrobo ha sido de una Enseñanza tan variada, que sólo Dios puede hacer que se
comprenda.
Pero
si tú dices sí, Él te aclara la inteligencia.
Es
difícil y es fácil el comprender el vivir sin que intervenga la materia.
Pero
tú haz por querer y ya comprendes y enseñas.
***
Libro 74 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo IX - C1
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