viernes, 28 de febrero de 2025

El que sea de Dios, debe conocer el Mando

En Sueño Profético hablaban del Mando de Dios y del Poder en el Mando, de la fuerza del que lo lleva, cuando ya le han dado el Mando, cuando ya le han dicho ve, cuando ya orden va andando, cuando el mismo que la da va delante de ese Mando. Esto es cortina de fuego que separa los dos bandos, el del que quiere este Mandar, y el del que quisiera el fracaso porque en contra de Dios va.

Dijo uno:

Dios Hombre, cuando mandaba a sus Discípulos, siempre les ponía esta cortina, que sin haber fuego como Aquí se dicta, el Poder de Dios los separaba, y atacaban con la ira, pero no de acción, por quedar como fiera que amarras al tronco. Los dejaba unas veces dormidos; otras, sin oír ni ver, les ponía los sentidos en quietud, muertos. Esto eran unas formas de que vieran el Poder suyo en el Mando del Mandato.

Dijo otro:

Un día iba yo con Juan, su Discípulo, y venía el Maestro con el resto de los demás y con otros que con frecuencia Lo seguían. Se paró el Maestro en un sitio que se conocía –para entenderse los que se citaban para ir juntos– por el nombre de “El bosque del silencio”. Pues allí se paró el Maestro, y señalando a una gigante palmera, dijo:

¿Cómo querer compararse estas hierbecillas que al tronco cercan, con esta fuerte palmera que su copa busca al Cielo y su raíz empuja con fuerza? Pues la raíz de la palmera no tiene ninguna fuerza comparada con el “Ve” que Yo mando”.

Y mirando todos la palmera, se veía subir.

Desperté, oí:

¡Qué seguridad da Dios
cuando manda su Mandar!

Fue seguro que mandó
a la raíz “enterrá”.

¡Cómo va dejando Mando
a aguas muertas, “estancás”!

El que Dios le da su Mando,
lleva Mando y Libertad.

Y es tronco que vas mandando
con una mano “na” más,
porque Dios lo va guiando.

Por eso, el que sea de Dios,
debe conocer el Mando.


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Libro 13 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo II - C8

miércoles, 26 de febrero de 2025

Cómo despedir al pecado

En Sueño Profético decían:

No temes decir que es mala la visión del que el cuerpo lo lleva con falta de telas, dando alegrías a los que a Dios no aman, que son los que en el adelanto mandan, los que no cumplen los Mandamientos de Dios, y al no cumplirlos, para la Gloria, no son cristianos, y ya cuando su cuerpo muera quedará en la Tierra, y su espíritu quedará en la Profundidad, con el nombre de Satanás.

Esto debería el hombre pensarlo y compararlo: Si has hecho pecado y a Dios has buscado, Dios te da el Perdón. Pero si a Dios no amas, ya vas agrandando el pecado para que no Lo amen. Aquí ya el Perdón no llega, porque no es que tú hiciste mal para ti, es que quieres que muchos hagan el pregón de ir retirando de Dios.

Dijo Agustín de Mónica:

Cuando tú crees en Dios y haces pecado, sientes el sufrir más grande cuando vas a pedir el Perdón. Cuando el arrepentimiento te llega, no puedes pasar días y noches enteras sin poner las rodillas en el suelo y las lágrimas mojarlas.

          – Yo, el tiempo que pequé, era vivir vida sin vida, por las noches tan largas que el arrepentimiento me ponía. Me iba a los mesones y todos me buscaban. Unos con cara de pena y otros de alegría. Cuando esto que estoy contando, ya tenía el Perdón de Dios dado, y este Perdón me ayudó a quitar del pecado a los que yo conocía y ellos a mí. Mi pecado, tengo que decir que fue un sufrimiento grande, y mi arrepentimiento pedía castigo. A esto Dios me contestó una noche que mi cama me despidió, y yo, de rodillas, lloraba. Entró una Luz muy grande. La Luz desapareció y quedó Dios con estas Palabras: “Agustín, el Perdón ya lo tienes, porque tu arrepentimiento no ha sido callado y has quitado del pecado a muchos que estaban pecando. Di que Dios Padre y Dios Hijo te ha perdonado”.

 

Desperté, oí:

 

Este Mensaje es para el que pecó y su arrepentimiento busca a pecadores, diciéndoles el mal que él hizo y que se ve perdonado.

Esto no es lo mismo que el que busca pecadores, diciéndoles que el pecado no es malo y va enseñando a pecar.

Yo iba enseñando el sufrir tan grande que tenía cuando me pudo el arrepentimiento.

Y no podía quitar las rodillas del suelo, y mis lágrimas, a Dios llamaban.

La Imagen de mi Dios, no podía quitarla de mi presencia, cuando yo tenía cuerpo.

Y hoy que estoy en la Gloria con mi Dios, manda a mi espíritu, que con alegría cuente cómo despedir al pecado.

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Libro 72 - Dios Comunica y Da Nombres - Tomo VII

lunes, 24 de febrero de 2025

Dios es Amor, Caridad, Humildad y Perdón

En Sueño Profético decían:

¿Qué contestación daría uno que no quisiera oír al que Dios habla en él, cuando le dijeran: “expón razones justificadas, y éstas expuestas delante del Comunicante”?

Se repetiría la escena como cuando vivió de Carne el que hoy habla en otra carne. Entonces, de todo el mal que Lo acusaban era, de que no era Dios, de que no tenía un Reino en otro mundo, de que no era Rey de la Tierra, de que no era mandado por el Padre, y de que como Dios es Amor, Caridad, Humildad y Perdón, había que matarlo.

¡Sí!, Dios quería y quiere al hombre. Pero el hombre responde a este Amor con indiferencia y mal trato al Lugar.

Vuelve la pregunta: ¿qué mal hacen las Palabras que dice este Lugar? –que  no dice, y que sí dice: “me dicen”–. Éstas mismas Palabras fueron dichas por el Padre en una materia, que a esta materia no Le decía el Padre: “Éste es mi Hijo”. El Padre dijo: “Es mi Hijo”, a la Carne que Él mandó que se hiciera con su Espíritu; Espíritu que con el Poder del Padre, hace a Dios Hombre, y ya es Dios el que habla en su misma Carne. Dios Padre queda Aquí, Y Dios Hijo que vive entre el hombre. Dios habla tres veces: antes de su Venida, en su Venida y después de su Venida. Este “después” será por todos los siglos, siglos in fin.

 

Desperté, oí:

 

¿Qué mal hacían los que Dios habló en ellos antes de su Venida?

¿Qué mal hizo Dios de Hombre, viviendo con el más humilde y ofreciendo la Gloria del Padre?

¿Y qué mal hace el que te enseña lo que Dios le dice: que si quieres, aprendes a amar, y Él te perdona?

Que para enseñarte a ti, Dios permite que a él desmientan.

A todo el que oiga la Palabra y diga: “me habla Dios”, tú no le cargues la cruz, que se la cargas a Dios.

Y no busques a un “Pilatos”, porque presentas a Dios.

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Libro 10 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo I - Cierre de Libro

domingo, 23 de febrero de 2025

A Dios lo que es de Dios

En Sueño Profético decían:

No hay peor vivir,

que vivir sabiendo

que tú eres culpable.

Hay cosas en la vida,

que nos la sabe nadie,

pero en sabiéndolas tú,

basta para mortificarte.

Hay cosas que mal hiciste,

que no se favoreció nadie,

ni les ganaste dinero,

y en el Infierno te entraste.

Esto ocurre muchas veces

por el mando que el hombre coge,

por el poderío que le da el hombre.

Los cargos de ahí de la Tierra,

deberían sortearse

para el hombre que a Dios quisiera,

pero que este sorteo fuera

para los que menos apego tienen

a las cosas de la Tierra.

Entonces sería el hombre

cumplidor de estas sentencias:

“A Dios lo que es de Dios,

y al César lo que es del César”.

Pero el hombre coge el cargo

y olvida estas sentencias.

Dijo uno:

Un amigo mío murió,

y murió lleno de pena,

que nadie supo el sufrir

hasta que dejó materia.

Uno que sabía más que él,

de ese saber de la Tierra,

le hizo un documento

de que lo suyo, suyo ya no era.

Esto pasó a propiedad

del que le hizo firmar

al revés de la sentencia:

“pa” el César fue lo de Dios,

y “pa” Dios fue lo del César.

Yo fui el único que supe

cuando en gravedad entró.

Luego, cuando ya fue muerto,

nadie jamás lo vio.

Pero lo veía el único

que la sentencia cambió.

 

Desperté, oí:

 

Este que cambió sentencia,

siempre lo tenía delante.

Estaba con los amigos

en los salones de juego,

y la cara le cambiaba,

y su vista iba al suelo.

Había hecho una injusticia,

sabiendo que Dios del Cielo

le mandaría castigo,

estando siempre a éste viendo.

Él sabía este castigo,

porque cuando ya muriendo,

dice que en su casa oyó:

Muerto quedaré para el hombre,

y vivo siempre con Dios,

que Dios manda que te diga

que siempre oirás mi voz.

Estas palabras Dios manda,

que te diga,

que siempre oirás mi voz.

Fueron las que publicaron

lo que sabían los dos.

No es vivir hacer el mal,

aunque dispongas de mando,

que puede que el muerto ahí,

Dios, vivo ahí te lo esté mandando.

Porque en la Gloria de Dios,

nunca se acaban los mandos.

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Libro 8 - Dios No Quiere, Permite - Tomo I - C5

sábado, 22 de febrero de 2025

Tu mando sea cada día con más fuerza

En Sueño Profético decían:

Pensamiento que te llegue, piensa que es Mando de Dios, cuando sea para cundir estas Palabras, que tienen el máximo valor por ser de la Gloria mandadas.

El que más ama a Dios, no se cansa de que le mandes, y lo verán contento, queriendo que más le mandes.

Repiten en la Gloria que los que están unidos deben animarse unos a otros, los que están cerca a los que están lejos, y así verán que la distancia no importa para estar todos al Mando de Dios. Que este Mando va diciendo que de la Tierra no es. Este Mando tiene Poder y Fuerza, y más te acercas a Dios, pero poniendo obediencia.

Dijo uno que termina el arrobo con el Mando de Dios: 

Engañan más a los buenos los espíritus del mal que a los malos. Los malos están a su servicio, que esto no es engaño.

Los que conocen al Elegido, si de verdad en él creyeran, todo le sería consultado cuando la duda les entrara. Los que cogen el mando con Amor de Dios son los que sirven para todo lo que el Elegido mande.

 

Desperté, oí:

 

El que tu mando no haga y tus palabras desprecie, queda al descubierto que en Dios no cree ni ama.

Si cree, el miedo le da obediencia. Y si ama, ya todo el creer le sobra.

Repiten en la Gloria, que si creyeran, tus palabras no serían repetidas. Todo para darles la Gloria.

Tu mando sea cada día con más fuerza.

El grupo que está unido sabe la vida que llevas.

Aquí sirve más el que tus palabras obedece.

Dios no podría elegir si antes de elegir no dijeran: “Señor, mándame lo que Tú quieras”.

Pues el Elegido no elige, es a él al que eligen cuando el mando le piden.

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Libro 45 - Te Habla El Profeta - Tomo VI - C2