En Sueño Profético
se vio el campo. Era de noche y rápido se quitó la oscuridad con un resplandor
grande, con color y brillo de plata. Bajaba como una nube, pero la nube se hizo
Imagen con movimiento de avance. Era Dios Hijo, y se oía con un gran sonido que
su eco movía el monte. Éstas eran las Palabras:
“Si creyeran en mi Existencia, por
Amor o por miedo, valorarían las Palabras que mi Padre dice en Mí y Yo dejo en
el espíritu que entro en mi Gloria. El que no obedezca las Palabras, que no son
tuyas, mi Reino tiene cerrado”.
Quedó
silencio, y otra vez se oye la Voz, que no hacía falta preguntar de quién era,
por ser Voz Única:
“Cuando veas mi Poder, piensa en mi
Imagen. Y cuando veas mi Imagen, rompe el silencio, que el silencio es para los
falsos profetas”.
Desperté oí:
Todo
el movimiento que tenga tu espíritu y las ansias de cundir este Caso, hoy único,
no te extrañe, que aún es poco.
Tan
solo este arrobo, era para poner al mundo en movimiento.
A
unos les daría alegría; a otros, miedo, cuando pensaran en la muerte que allí
no admite defensor ni dinero.
No
se puede comparar la Voz de Dios Hijo con ninguna, siendo su habla normal.
Es
su Eco Divino y de Fuerza de Amor al hombre, al que no quiere castigar.
Pero
aparta al que lo sabe y no Lo busca.
Cuando
el espíritu llegó al cuerpo, era un despertar de alegría, pero alegría con
sufrimiento.
Y
piensas y piensas tanto, que no sabes a donde ir para formar gran escándalo.
Te
sientes hasta culpable de que desprecien las Palabras de Dios Hijo y de Dios
Padre.
***
Libro 32 - La Palabra del Creador - Tomo III - C7
Con lo fácil que nos pone Nuestro Buen Dios la salvación!
ResponderEliminarSi es más trabajoso condenarse que seguir sus Mandamientos!
Están demostrando los hombres que prefieren mil desastres antes que poner enmienda.