En Sueño Profético conversaban la Verdad y la mentira, la injusticia y
la Razón.
La mentira era tímida, fría, cansada;
dicha unas veces sin hacer
y
queriendo demostrar.
Preguntando el que la oye,
sabiendo que no es Verdad,
la mentira ya se queda
despojada
del difraz.
Ya
toma firme palabra la Verdad. Dijo la Verdad:
No me escondo porque no puedo,
y siempre me verán igual.
La Verdad me pusieron
por
siempre decir igual.
Y aunque quieran la mentira
juntarla con la Verdad,
esta
Verdad se retira.
La Verdad siempre es Verdad,
cuando Verdad no es mentira.
La Verdad es la Palabra
que
Dios manda que se diga.
¡Anda, mentira del hombre,
que
de Gloria te retiras!
¡Soy la Verdad dicha en Dios!
¡Soy la Razón que Dios dicta!
¡Soy palabra que llora
la Razón a la injusticia!
¡Soy palabra que Dios coge
para la injusticia,
y la injusticia ya queda
con
la condena de Dios!
La Verdad siempre resalta,
por
ser la misma actuación.
La Verdad con la mentira
tienen la comparación
del riachuelo con el mar,
de la Luna con el Sol,
de la hacienda con el huerto,
de la corte y el pastor,
de lo bueno con lo malo,
que lo bueno es de Dios,
y lo malo es el crimen,
el veneno y el cañón,
que esto último usa el hombre
para
matar hombres de Dios.
Desperté, oí:
Con pocas comparaciones
se
conoce la Verdad.
Con que veas como actúa
esta palabra Verdad,
ya
le sobra la mentira.
La mentira es para el farsante,
que
no cree lo de Arriba.
Que es la Gloria, la Verdad,
lo
que tu obra ilumina.
La mentira se quedó
harapienta
y escondida.
Y la Verdad se vistió
con traje de seda fina
representada
por Dios.
La Verdad y la Razón,
le pueden a la injusticia
que
está en contra de Dios.
***
Libro 2 - Meditaciones y Palabras Directas con El Padre Eterno - Tomo II - C6
En Todo lo de Dios destellea la Verdad, solo queda sin verla el que no tiene humildad porque para ser humilde hay que saber la Verdad. Que Dios lo es todo y nosotros somos "ná".
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