En Sueño Profético
hablaban del Mando del Elegido y del Mando que él tenía que dar por no ser suyo
este Mando.
Decían, que cuando este
Mando no era aceptado, ya el que no aceptaba tenía mando de Luzbel.
Jesús decía a los
Discípulos:
“No Me puede servir el que no vea bien el Mando que mi Padre manda en Mí”.
“No
Me puede servir el que mi Mando lo cambie por el que el hombre le dé”.
“Si
mi Mando lo veis bien, antes de que Yo os diga las Palabras, ya contestarán
vuestros gestos. Y si lo veis mal, ahorraos las palabras que vuestras bocas
digan mintiendo, porque la mentira también tiene su gesto”.
Pues si esto es Mando de
Dios, tiene que seguir la misma Enseñanza: Mando sin miedo y no dar Mando al
que no acepte.
Desperté, oí:
El que el Mando del Elegido no lo acepte
o lo cambie por el del hombre,
mal le responderá el
cambio.
Si crees y amas,
aprende de los Discípulos
cómo cogían sus Palabras.
El espíritu que no acepta
el Mando que Dios manda
y coge el del hombre,
mal final le aguarda.
El Elegido no manda,
y a veces sufre su espíritu
suavizando las palabras.
¡Hombres que se cuadran a la Tierra
y a Dios Le vuelven la
espalda!
***
Libro 23 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo IV - C7
Solo cabe aquí un AMEN, lo que dice Dios es Verdad y Vida aunque el hombre no lo quiera ver.
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