En Sueño Profético decían:
¡Qué bonito es recordar,
estando Aquí en la Gloria!
Yo hice muy poco mal.
Yo viví cerca de uno
que tenía este refrán:
“No me digas tú quién eres,
que tus obras lo dirán,
ni pongas cara de bueno,
pecando día y día más”.
Éste era un vendedor que iba
vendiendo miel de pueblo en pueblo. Tenía de sobrenombre “El Sabio”. Lo
llamaban más para hablar que para comprar. Este hombre no conoció familia, se
crió con unos caldereros que iban ambulantes. La madre murió y éstos se
encargaron de criarlo, ayudando él a estos caldereros a transportar calderos de
mercado en mercado. Fue cogiendo simpatía por sus buenas obras. Cuando recogían
los puestos se desvivía por ayudar a recoger los géneros. Siempre le daban
algunas monedas, las cuales el calderero se las dejaba sin pedirle cuentas. Un
día llegaron a una cabaña porque al paso oyeron unos lamentos: era un hombre
que se le habían ahogado tres borregos y temía que lo despidiera el dueño. Se
adelantó el Sabio y le dijo:
No llores, porque el llanto
es para el pecado.
Si tú confías en Dios,
ya Dios todo te lo ha
arreglado.
Voy a volver para atrás,
que tengo dinero enterrado
en el corral de mi casa,
para solucionar estos casos.
Cogió el Sabio la mula
y volvió con el dinero
antes que acabara el llanto.
¡Toma! Ahora si quiero ver
tus ojos con llanto,
pero quiero que pronuncies:
“¡Esto Dios me lo ha salvado!”,
y te verán la sonrisa y el llanto
en el milagro.
Todo esto hacía el Sabio
con el dinero que recogía
de ayudar en el mercado.
Desperté, oí:
Si esto hacía y no era dueño,
la miel repartiría
y volvería contento.
Y luego él viviría,
cuando a alguien le ayudara
y la comida le diera.
Al vendedor que era Sabio
y la miel iba vendiendo,
lo llamaban para saber,
y el cacharro iban poniendo.
No les medía la miel
sin nombrar a Dios del Cielo.
¡No hagáis muchos pecados,
que Dios siempre os está
viendo!
No hay más Gloria para Dios,
que llegar Aquí, al Cielo,
y decir: “yo no pequé,
por no darte sufrimiento”.
Dios sufre más por el que peca,
sabiendo que vive Él.
***
Libro 6 - Dios Manda en Su Gloria que Enseñen - Tomo I - C4
El sufrimiento de Dios es por Amor. Si corrige es por Amor.
ResponderEliminarCuando elige, elige Amor.
El mielero tenía rebose de Amor y por eso está en el Mensaje y en la Gloria de Dios.