En Sueño Profético decían:
Cuando actúa Dios en una persona,
no puede taparse ni guardar silencio. A éste, aunque no lo quisieran los que no
quieren, algo le irían viendo. Algo que transmite en cualquier momento. ¡Qué
poco hay que saber para esto comprenderlo! Pero el hombre quiere que Dios esté
a su mando, y cuando pasen los siglos, entonces se hable de Esto.
Yo creo que el hombre habla de
Dios (“el bueno”) sin querer saber de Dios en el momento. Y los que a Dios no
quieren, Lo nombran para Ofenderlo. Pero si piensas, creen los dos, lo que
falta es Quererlo.
Desperté, oí:
Se oían Palabras en este arrobo
que, si todas se dictaran, podrían salirse muy pocos que se viera que a Dios
amaban.
Decían que había dos maneras que
la mentira las dejara en descubierto.
Una, era decir “yo quiero a Dios”
y no acudir donde está hablando. Esto era mentir.
Otra, era decir “no creo en Dios”
y estar ofendiendo siempre su Nombre. Esto era creer y no poder dar Dios el
Perdón.
Si no crees, no ofendes.
Y si amas, no puedes vivir sin
saber del Amado.
Si Dios, al que dice que Lo
quiere y miente, le quitara el habla, habría más hombres mudos que hombres con
habla.
***
Libro 30 - Investigaciones a la Verdad - Tomo IV - C6
No hay mentiroso más mentiroso que el que dice que no puede vivir sin Dios y huya de Dios y su Palabra.
ResponderEliminarNi quiere a Dios ni a Su Palabra.
El falso es espíritu podrido y todo lo podrido apesta,por eso es pronto conocido.