En
Sueño Profético decían varias voces:
¡Amor de Dios, qué grande eres,
que el que te busca te encuentra
y ya
sin Ti vivir no puede!
¡Amor de Dios, qué grande eres,
que a veces quieres llorar
y ya no puedes,
porque tu Amor quita las lágrimas
y pone Fe y Esperanza,
y ya
el sufrir, en Amor se cambia!
El que
Dios elige reparte Enseñanza haciendo el bien, y a este bien que hace, Dios le
pone paga, una paga Eterna que nunca se acaba.
Sigue
el Mensaje un espíritu con Mando de Dios:
“Piensa
y guarda alegría, que estos Mensajes formarán más Escándalo cada día, aunque
para ellos quieran muchos el silencio”.
Desperté,
oí:
Si
piensas en la Madre de Dios Virgen, lo que a su Hijo Le hicieron, te achicas
sufrir y más gracias das al Cielo.
La
noche pasada tardaba el sueño, y el pensar que aquí dictan no se quitaba:
“Señor,
si no me porto bien, castígame con Palabras en tus Mensajes”.
Y es
que para esta Gran Verdad tendría yo que buscar quien pudiera cantar estas
Palabras dichas en Gloria.
Decían
en la Gloria, que cuando no hay enfado, más sientes a Dios a tu lado.
La
alegría que no falte, porque sin alegría Dios no da Mensajes.
***
Libro 55 - Investigaciones a la Verdad - Tomo IX - C1
El comienzo del mensaje es perfecto para canción.
ResponderEliminarCuando llegue la generación que se entregue a Dios sin condiciones,se oirán estás Canciones.