En
Sueño Profético decían: 
La
mayor felicidad es vivir amando a Dios. 
La
mayor felicidad es pensar: “Yo a Dios no enfado, porque yo hago y acepto todo
lo que El quiere que hagamos, pero lo hago contento y mi pensamiento en Él lo
pongo adorando. Adorando y pidiendo por el que vive sin a Dios buscarlo”. 
Dijo
uno: 
Yo
creo que el que no siente este Amor es que está enfermo de espíritu, no de
cuerpo. Pero esta enfermedad va anulando a pedazos tu cuerpo. Pero tu cuerpo no
tiene enfermedad, es el mando que tu espíritu al pensamiento le da. 
Esta
enfermedad no tiene diagnóstico. Pero algún nombre le dan y algún medicamento
para justificar que el enfermo ha ido al médico. 
De
esta enfermedad, el medicamento es querer mucho a Dios y siempre ofrecerse a su
Mando. Por eso, esta Enseñanza, Dios quiere que sea enseñada y aprendida, para
que se cunda lo que Dios quiere que el hombre viva, que son sus Mandamientos. 
Desperté,
oí: 
Decían
en el Reino de Dios, que estos Mensajes hacían falta para que el espíritu le
pudiera al cuerpo. 
Que amando,
le podía, porque el Amor quita penas y da alegría. 
El
Amor a Dios es guardián, para que el cuerpo no se pueda enfermar. 
También
quiere Dios que a larga distancia se publique lo que Él habla. 
Dios
te manda alegrías para que tú las repartas. 
***
Libro 40 - Dios Manda En Su Gloria que Enseñen - Tomo VI - C2 


 
Aquí tenemos la receta:
ResponderEliminarEl que quiera ser feliz,que quiera mucho a Dios,que Amándolo y obedeciéndolo la tristeza se acabó.