En Sueño Profético decían:
Todo en la
vida puedes esconder. A unos puedes engañar y a otros decir verdad, pero si
amas a Dios, tú no puedes negar que Lo amas en tu forma de actuar.
Dijo uno:
Es tan
distinto amar de verdad, a decir que amas y estar engañando, que si tú amas ves
fallo tras fallo, lo mismo ves mentira en la alegría que en el llanto.
Si tú amas de
verdad, es imposible pasar por un lugar que tu ayuda necesiten y que tú la
puedas dar, y del lugar te retires. Y si acudiste al lugar y luego te dio
desprecio cuando falta no hacía, ya
hasta llegar otro momento, esto, sin Amor a Dios, no puedes hacerlo.
Yo me entregué
tanto al Prójimo, que yo creo que mi vida la pude vivir por entrega a él. Sin
padres yo me crié. Mi madre murió al nacer yo, y mi padre cuando yo conocía
pero no podía comprender lo que la vida me reservaba, porque tres años tenía
cuando sin los dos me quedé.
Juan de Dios
era mi refugio, y mucho aprendí de él. Los enfermos me llamaban y yo consuelo
sentía y consuelo daba.
Desperté, oí:
No sé qué
palabra poner para que sea comprendido que si amas a Dios, el quitar sufrir te
da alegría.
Pero tienes
que comprender al que el sufrir viva, y nombrarle mucho a Dios, que es la mejor
medicina.
Esto aprendí
de Juan de Dios cuando era un zagalón, y no cambié mi camino hasta que Dios me
llamó cuando sesenta tenía.
Los enfermos
me llamaban para que yo les contara cómo Juan sólo con palabras curaba.
La desesperación
huía cuando les dejaba palabras y comida.
Si aquí no hay
Amor grande, queriendo servir a Dios, sus palabras no dan curación.
La curación
Dios la manda cuando tú vas al Prójimo y a Él Lo llamas.
***
Libro 26 - Dios Comunica y Da Nombres - Tomo III - C7
Así sea!😇
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