En Sueño Profético hablaban de la Vida
del espíritu y de la vida del cuerpo. Decían:
En la vida del
cuerpo tú no mandas y, sin tú querer, muerte te llega. En cambio, en la Vida
del espíritu tú eres el dueño y si tú quieres tiene Vida Eterna y entrada en la
Gloria, Vivienda de esta Vida Eterna.
Dijo uno:
El hombre lucha por
la vida de la que no es dueño y dura poco tiempo. Esta vida, si la piensas, la
vives cuando pasa la infancia y antes de que llegue vejez. En la infancia eres
juguete en manos de mayores, y cuando llega la vejez eres mueble que ocupa
sitio y no sirve. Si sabes de números, ajusta los años que sirves. Sin embargo,
el espíritu no tiene vejez y dura siglos y siglos, dura tantos siglos que su
nombre es Eternidad.
Si el hombre
pensara esto que se ha escrito, siempre lo llevaría en su pensamiento y, ten
por seguro, que cuidaría más al espíritu que al cuerpo.
Desperté, oí:
Decían en la
Gloria, que infancia y vejez no era vivir vida con mando y con fuerza.
Que la infancia la
vivía el mayor.
Y la vejez era por
el mayor despreciada.
Va el Mensaje a que
en la vida del cuerpo poco tiempo mandabas.
En cambio, en la
del espíritu, si de niño te la enseñaban, eras dueño ahí y en esta Vida Eterna.
Dios, Dueño de las
dos Vidas, y por ser Dios a ti te hace dueño de la Eterna.
Te hace dueño y te
lleva donde está Dios Padre y Dios Hijo, los Arcángeles, los Ángeles y la Madre
Virgen.
Ajusta con números
o de pensamiento el poco tiempo que tú mandas en la vida de tu cuerpo.
Esto sin llegar
enfermedad o muerte que tu cuerpo tengan que enterrar.
Pues la Vida Eterna
es tuya cuando la infancia dejas.
Esto si das al
espíritu preferencia.
***
Libro 75 - Meditaciones y Palabras Directas con El Padre Eterno - Tomo VIII - C6
Que bien viene este Mensaje a lo que estos días estamos viviendo en mi familia.
ResponderEliminarTenemos enfermo grave sin saber lo que le pasa,tenemos enfermos de la cabeza,unos con más años otros con menos pero les llegó la hora sin darse cuenta.
Yo,que lo estoy contando,tampoco sé lo que me queda,puede que Dios me llame más pronto que a ellos y eso que no estoy enferma.
No vale la pena enzarzarse con los cuatro garabatos de la tierra.