En Sueño Profético decían:
Cree poco el hombre
en la inmortalidad del espíritu, porque cree que al enterrar el cuerpo entierra
también el espíritu; porque cree que la vida es vida de carne, no de espíritu;
porque no estudia sus reacciones cuando son de distintos espíritus.
Dijo uno:
El hombre cuida la
carne con gran diferencia del espíritu, y cuando tiene dolencias busca al
médico de la carne y jamás piensa: “¿Vendrá este mal del espíritu? ¿Tendré yo
que hacerme el diagnóstico? Si soy capaz de cumplirlo, voy a hacerme la receta
y a vivir como Dios dijo cuando bajó a la Tierra”.
Si el hombre
estuviera seguro de que sólo entierra el cuerpo, cuidaría más el espíritu de
las grandes epidemias y daría descanso al médico, que sólo es en la materia en
lo que Dios le deja sitio para que la cura haga.
El hombre se siente
enfermo, la mayoría de las veces, porque se aleja de la Botica de Dios, y no
presenta recetas, y no tiene curación.
Desperté, oí:
Estudia tu
enfermedad antes de ir al médico, que puede que venga el mal de donde no llega
el medicamento que tú tengas que tomar.
¡Qué cierto que
pocos cuidan el espíritu lo primero!
Pues éstos saben
que es el espíritu lo que Dios entra en su Reino.
Es una epidemia
grande la que ha contagiado al espíritu por querer el hombre a Dios anular.
Y se ha metido el
pecado, y ya va enfermando a la carne.
Tiene el hombre que
enseñar, aunque vea el árbol grande, que si no tiene raíz, de nada la altura
vale.
Aunque el hombre
vea el árbol, la raíz es lo que vale.
Dale preferencia a
tu espíritu para que vuelva a la Gloria cuando entierren tu carne.
***
Libro 75 - Meditaciones y Palabras Directas con El Padre Eterno - Tomo VIII - C1
Pero son muy pocos los que creen que su espíritu salió de la Gloria .
ResponderEliminarQue buena comparación del espíritu con la raíz!