En Sueño Profético decían:
Para comprender tienes que amar.
Y para amar tienes que creer. Sin creer no puedes dar el amén.
Estas palabras son las que
deberían aprender los que están más cerca del Elegido.
Dijo un espíritu con Mando de
Dios:
El que oiga estos Mensajes y esté
cerca del que Dios Aquí trae, si cree, lo dirá la obediencia y el Amor que al
Elegido le demuestre. Este Amor tiene Mando en la Tierra. Pero una vez que el
cuerpo queda sin vida, y el espíritu no puede hacer nada porque es Dios el que
lo trae a su Gloria, o lo manda a la profundidad y ya tiene el mando de Satanás,
aquí, ya, el que Dios le da Mando, no puede hacer nada, porque éste no creyó en
lo que Dios al Elegido le mandó.
Yo creo que creer, creer, son
pocos los que creen. Y aquí pronto Dios tiene que prohibir que se admita una
palabra que le haga contra al que Dios trae a su Gloria.
Desperté, oí:
No puede Dios permitir que, el
que trae a su Gloria y le da Enseñanza, sea, sin Amor, tratado.
Decían que para comprender tienes
que amar.
Y para amar tienes que creer.
Sin creer no puedes dar el amén.
Que estas palabras son las que
deberían aprender los que más cerca del Elegido estén.
Tenían en la Gloria diálogos que
aquí no dictan para que el Elegido no sufra.
Decían que si se pensara en cómo
se comporta el Elegido y en el responder que le daban, no se movería la
balanza.
Por ser el responder vacío, como
pluma que pesaras.
Que esto se puede ver en tantos
como trata dándoles esta Enseñanza, y qué pocos dicen amén.
El que Dios trae Aquí, ¡cuánto
bien hace!
Y el hombre, ¡qué mal responde!
Hasta que Dios el Permitir
retire, que ya se está su tiempo cumpliendo.
Pero las alegrías están
creciendo. Que podrían crecer más si no hubiera sufrimientos.
***
Libro 47 - Dios No Quiere, Permite - Tomo VI - C3
Amén 🙏🙏🙏
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