El espíritu es el que manda en el cuerpo

En Sueño Profético hablaban del espíritu y del cuerpo. Decían que el cuerpo no era culpable de lo que hiciera mal hecho. Que todo lo que hiciera el cuerpo era mandado por el espíritu, que es la máquina del cuerpo.

Sigue el Mensaje un Discípulo de Dios Hombre, y Maestro para sus Discípulos:

“Nosotros teníamos que llevar siempre con nosotros estas Palabras que, antes de pisar la calle, el Maestro nos decía como despedida:

“Si no dejáis de pensar en las Palabras que mi Padre dice en Mí para que Yo las enseñe, ya vuestro cuerpo irá dando una Enseñanza que no es del hombre”.

“Al cuerpo le dan castigo cuando hace lo que pide castigo, pero el mando es del espíritu”.

“Dicen que es buena persona el que ven que no mata ni roba, pero que a Dios no quiere. Éste es ladrón y asesino de Gloria”.

Esto lo decía el Maestro a sus Discípulos con distintas Palabras, pero todas eran la misma Enseñanza.

El espíritu es la vida del cuerpo. Esto se puede comprobar cuando dicen: “Ha muerto y no tenía enfermedad. Estaba en su trabajo, normal”.

Normal, hasta que el espíritu tuvo la llamada de Dios o Dios dio su Permitir. Éste último no entró en la Gloria, pero dejó su cuerpo.

Desperté, oí:

En este arrobo hablaban los Discípulos de Dios y espíritus que están con ellos en la Gloria.

Eran Palabras con una Enseñanza que no es de libros de hombres de grandes estudios.

Decían unas Palabras que las pensabas y veías que eran de otro mundo.

Decían, que morir el hombre, estando malo, sin aviso, ocurría más que estando bueno dejar al cuerpo el espíritu.

Esta Enseñanza dice, que se domine al cuerpo con el Mando de Dios, y ya serás Discípulo de Dios.

Cierto es que el espíritu es el que manda en el cuerpo.

Si el espíritu es de Dios, le verán hacer obras de caridad.

Y si el espíritu no es de Dios, al cuerpo le mandará que todo lo peor haga.

Aquí puedes estudiar y aprender que el cuerpo es un traje que cubre el mal que el espíritu manda.

Teniendo esta Enseñanza puedes buscar los caminos a los que el hombre no puede llegar.

De los enfermos más te acuerdas cuando no vas a verlos, no por ti, sí por el tiempo.

Manda a tu espíritu a que Dios le dé Enseñanza, como hacían sus Discípulos

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Libro 54 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo VII - C4