En Sueño Profético decían:
Ésta es la Gloria. Aquí ya está
el espíritu del cuerpo destrozado por los médicos buscando la curación. Pero no
tuvo remedio, porque su tiempo ya se cumplió.
Dijo un espíritu con Mando de
Dios:
El que haya presenciado este caso
que dictan, ve que esto, de la Tierra no es.
Se van a decir las palabras que
dijo el Elegido: “La medalla se la di yo. Mientras su cuerpo vivió, la tuvo.
Pero ya no vive. Para que viva sucia y enterrada, que se la ponga la madre”. La
madre dijo un “no” con mucho desprecio. Y el Elegido dijo: “Yo se la quito y me
la llevo”. La niña fue al sitio que no hace falta decir nombre, porque da pena
grande.
Decían en el arrobo, que tan sólo
al pensar que la presencia del Elegido había estado con la niña, para llevarle
alegría, tenía que llegarle el día a la madre de llamar al Elegido pidiéndole
perdón.
Desperté, oí:
El día pasado ha sido día de no
comprender que Dios está aquí hablando. Sin comprender, por falta de creer y
amar.
A Esto hay que dedicarle todo el
tiempo, para romper las barreras que ponen los espíritus que no son de Dios.
Decían en le Sueño, que este
Elegido iba mandado al enfermo. Y que su presencia, si eran de Dios los
enfermos, les dejaba gran ánimo.
Que el ánimo es el medicamento
del espíritu.
Y que de este medicamento, su
receta es tener siempre a Dios en tu pensamiento y en tu espíritu.
Decían en la Gloria: “Si el
hombre creyera quién manda estas Palabras, la vida al Elegido se le cambiaría”.
Es vida de sufrimientos para
acarrear al Cielo.
El desprecio, a tu presencia no
ha sido, aunque han querido que sea.
La medalla y la niña la nombraban
de noche y de día.
Esto hace sufrir, pero deja al
descubiertos los cuerpos sin a Dios sentir.
***
Libro 60 - Dios No Quiere, Permite - Tomo VII - C2
Que Bueno es Dios!
ResponderEliminarAunque los hombres del mundo no vean el porqué de la Voluntad Divina, el porqué queda en misterio.
Todo lo que Manda Dios es para nuestro bien Eterno.