El hombre le tiene miedo a la muerte y no le teme al Infierno

En Sueño Profético decían:

El hombre le tiene miedo a la muerte y no le teme al Infierno. Pues el hombre no piensa que la muerte es dejar Tierra y vivir Cielo, cuando no haya tenido su vivir para el Infierno.

El hombre debería estudiar lo que es la muerte del cuerpo. Seguro que le quitaría unos pocos derechos y le exigiría vivir los Mandos que da este Cielo.

Dijo uno:

El hombre pone todo el cuido

a lo que no es para el Cielo,

sin pensar que esa vida

es espuma entre los dedos,

que por mucho que apretaras,

espuma no queda luego.

Esta es la vida del hombre:

espuma entre los dedos.

Si el hombre pensara esto,

no le temería a la muerte

y horror le daría el Infierno.

Por eso los que Aquí vienen,

no por el mando de ellos,

que son por Dios presentados,

no pueden callar,

porque sería Enseñanza

sin nadie aprovechar.

Sería un premio al espíritu,

mientras con materia están,

pero Dios no les explicaría

ni les mandaría publicar.

Que de estos casos hay muchos,

pero aquí no se pueden comparar.

¿Quién desafiaría,

defendiendo este dictar,

a profesores académicos,

diciendo: “Esto no es de la Tierra

y a Esto no se puede llegar,

y por siglos sin descanso,

de Esto, el hombre tendrá que hablar,

por ser el mismo Evangelio,

que Dios manda recordar?”

Desperté, oí:

Se oía, en este Sueño,

hablar de los Evangelios

como se habla despierto.

De la materia hablaban

con disgusto y con desprecio.

Y al espíritu le daban

flotación en el silencio.

Mando y Sabiduría

eran los recaderos.

Culpaban a los mayores

por no practicar y hacer

que los siguieran los niños

diciéndoles, cómo a Dios hay que querer.

Porque el niño quiere a Dios

mientras practica inocencia.

Pero pasando a mayor,

cuando el pecado le pueda,

si no le enseñó el mayor,

salió de la Gloria,

pero a la Gloria no entra.

El título de este Mensaje,

para hacerle referencia es:

“El hombre le tiene miedo a la muerte

y no le teme al Infierno”.

No quieras que llegue la muerte

por ser Dios el Dueño de ella.

Pero piensa en el Infierno

y ya el pecado se aleja.

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Libro 75 - Meditaciones y Palabras Directas con El Padre Eterno - Tomo VIII - C2