En Sueño Profético decían:
¡Dios Poderoso! ¡Qué ciego tiene
el espíritu el que no vea su Poder!
¡Dios Poderoso en Poder, en Amor
y en Caridad!
¡Dios Poderoso, que sabiendo el
hombre esto, el hombre Te ofende con palabras y hechos!
¡Dios que das confianza en medio
del sufrimiento!
Dijo uno:
Yo, cuando viví con cuerpo,
siempre le oí a mi madre:
“Si en Dios tienes confianza,
siempre notarás la Fuerza, porque Dios va en tu compaña. Te abre puertas que
siempre estuvieron cerradas porque no llegó esta Fuerza que no siente el que no
ama”.
Y es cierto que la confianza es
el Alimento del espíritu. Sin confianza no llegas al sitio que llega el que
tiene confianza.
Jesús le retiraba el Mando al que
veía sin con fianza en Él. Porque sabía que la desconfianza apartaba a los que
querían conocerlo. Había quien no Lo conocía y pedía con confianza al que sabía
que tenía trato con el Maestro.
Desperté, oí:
¡Si no hubieran tenido confianza…!
Los Discípulos sufrieron. Pero en
medio del sufrimiento vivían la alegría de la Resurrección.
Sin esta confianza, la tristeza
no los habría dejado caminar.
La confianza en las Palabras de su Maestro
les hacía que el día no les cansara
por la distancia que había
donde llevar sus Palabras.
Iban cundiendo, aprisa,
que su tiempo se acababa.
Unos empezaban diciendo
las Palabras que el Maestro había dicho,
y otros las terminaban.
Cuando llegaba la palabra Crucifixión,
no podían terminarla.
Hacían muchos pensamientos,
pero Él se los quitaba
con estas cortas Palabras:
“¡Si esto estaba ya dicho por mi Padre
antes de que Yo a la Tierra bajara!”.
***
Libro 18 - Dios No Quiere, Permite - Tomo III - C6
La Confianza es un tesoro de incalculable valor porque al tener Confianza tienes el Favor de Dios
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