En Sueño Profético
decían:
Si tú crees que el
Elegido lleva Mando de Dios, tú no puedes quitarle el Mando y querer que haga
el tuyo. Porque tu mando ya no es de Dios, tu mando ya es de otro sitio. Si el
hombre pensara esto, el Amén no se dejaría escondido, que este Amén le daría
luego alegrías o castigo en el pensar que le llegara.
Dijo uno que mucho siguió
a los Discípulos:
Éstos nunca aceptaron
reforma del hombre a las palabras o acción que hacían con el Mando del Maestro.
Pocos veían bien su Enseñanza, pero ellos tenían siempre a su Maestro delante y
no cambiaban la acción que ellos hacían por la del hombre. Aquí veían más a
Jesús, El Salvador de los Hombres.
Si sabes que va de Dios
el hecho, si quieres reformar, ya te pones al mando de los espíritus que no son
de Dios.
Desperté, oí:
Si el Mando quieres
reformar, Dios nunca te dará su Confianza.
Si el Mando no ves bien, ya te están mandando espíritus para que formes la guerra
y contentes al diablo.
Todo el Mando que Dios manda
cógelo con alegría,
si el Mando a ti te
llegara.
Que estos apuntes te sirven
para darte Dios su
Confianza.
Tienes castigo en la Tierra
cuando reformas,
y a otro, daño le llega.
Pues figúrate,
quitar un bien Divino
por dudas que tú
pusieras.
Ten siempre en tu memoria:
“Señor, que yo vea bien
lo que salga de tu
Gloria”.
***
Libro 23 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo IV - C5
Con lo fácil que sería un mundo de Fe y Obediencia
ResponderEliminarPero no se vive la Fe y la Confianza porque falta la creencia