sábado, 17 de abril de 2021

El tendero

En Sueño Profético hablaban de la humildad. Decían:

La persona que se viste todos los días con este traje, luce el modelo Eterno. La humildad lleva siempre a Dios de Compañero. La humildad quita odios, acerca a Dios y, por consiguiente, te lleva Paz.

Aquí cuento yo la vida de un tendero que él y toda su familia vestían el traje de la humildad. Este hombre tenía dos grandes tiendas. Una, de comidas –ésta estaba a la entrada del pueblo–, y este era el gran letrero que se leía: “Tienda de comidas”. “Aquí puede comer o llevar para en su casa guisarlo”. Allí vendían de todo. No pasaba un caminante que allí no llegara. Y si entraba en el pueblo, se encontraba con una gran tienda de tejidos. Y también tenía grandes siembras en el campo. Pues este dueño de todo lo que he nombrado, era humilde, tan humilde, que todos lo iban buscando. Era de una sencillez, que cuando alguien le preguntaba que si era él el amo, se ponía enrojecido, y ya corriendo contestaba: “Otro pudiera ser el dueño. Pero Dios ha querido que yo lo sea. Esto viene de mis abuelos, y según ellos, así vivían sus padres. Va quedando en testamento –respetando libertades–, que todo el que entre a comprar, sin Paz ni Amor no se marche. No destrocéis esta herencia, que corra en los caminantes. Si el cajón no sube mucho, con menos se va adelante. Que no falte la humildad. Que Dios entre al caminante”.

Desperté, oí:

Los primero tenderos aman a Dios,

y por eso son humildes.

Un día les dio el pensar

de poner una gran tienda

donde vendieran de todo.

Allí podrían cundir

que por qué no amarse todos.

Primero daban Amor, sencillez,

y la humildad ya los presentaba.

Se conformaban en ganar

lo que perdidas llamaban.

Que las pérdidas decían

a lo que sin cobrar daban.

Cuando veían una falta,

que el estomago a la cara la asomaba,

pronto sacaban un cacharro

de caldo o de leche que ordeñaban.

¡Venga, vaya haciendo la entrada,

que el estomago está frío!

Cuantas más salidas tenían,

más ingresos Dios les daba.

Las tiendas de los humildes,

caridad allí enseñaban.

Fue respetando el testamento,

y la tiendas agrandadas.

La humildad no puede hacer

el que a Dios le da la espalda.

***

Libro 14 - Dios Manda en Su Gloria que Enseñen - Tomo II - C5

1 comentario:

  1. Humildad!!! Ahí es nada!!! Quien puede alcanzarla ya tiene la Gloria ganada.
    Dice un refranillo que en el centro de la tierra hay vírgenes pero humildes ni uno.

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