martes, 31 de julio de 2012

La aparición del mar

En Sueño Profético hablaban de las mil formas que tiene el espíritu de Dios para comunicarse al hombre, y de lo poco que el hombre conocía estas Comunicaciones de Dios.

Apareció el mar y dijo uno:

De esta abundancia de agua salió la Voz de Dios hablando a un amigo mío que pescando estaba. Este amigo era familia para mis padres, ya que era de mis años y padre no tenía. Vivía con los abuelos por parte del padre, que éstos vivían de la pesca. Un día llegó a mi casa contento, llorando e impresionado porque vio a Dios Hijo, y cuando desapareció le hablaba su padre. A Dios, dice que lo vio en el mar, que venía hacia él como si andara por un camino, y la voz del padre como si saliera de su mismo cuerpo. Ya nos dijo, que cuando se ponía delante del mar, se santiguaba y hacía una reverencia, ya que para él, aquella abundancia de agua era Dios. Al llegar reverenciaba y pedía el jornal preciso para su casa; y cuando hacía la pesca, siempre había más ganancia que en su casa necesitaban, y con estas palabras se despedía: “Gracias obediencia de Dios, que Dios manda que me des el sustento. Si Dios no manda, tú, mar, estarías parado y estarías muerto. A Dios a todo el que me ayude, que esté rogando en su Reino”. Cuando oyó al padre, dice que fue el mismo eco de cuando vivía con él. Justas dice que oyó estas palabras varias veces repetidas: “Siempre tendrás esta estampa aunque ya no la vuelvas a ver. Tú sigue siempre orando a lo que no es del hombre, y allí verás a Dios”.

Desperté, oí:

Esta aparición del mar,
bien pocos se la creyeron.

Si el mar es Mando de Dios,
¿por qué no ver a Dios de Hombre?

¡Si esta familia eran santos
las mujeres y los hombres!

14 años tenía cuando
se quedó sin padre,
pero no tenía ni dos
cuando le falto la madre.

Nunca hubo maldición,
ni mal mirar a este Cielo.

Él se quedó con su hijo,
sus padres y su recuerdo,
de aquella santa mujer
que rogaba desde el Cielo.

Para que nunca pecaran
los que a ella conocieron.


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Libro 6 - Dios Manda en Su Gloria Que Enseñen - Tomo I - Pag. 182-183-184

lunes, 30 de julio de 2012

El pecado en los tibios hace mucho daño

En Sueño Profético hablaban del pecado. Decían:

El pecado en los tibios hace mucho daño, hace menos daño en el pecador que va diciendo: “Yo estoy pecando”. Esto es peligro al aire libre, peligro oculto.

Yo conocí a un pecador que fue conocido por todos los que pecaban, y cuando a alguien veía que a él iba a acercarse, les decía:

¡No! ¡A mí no! ¡No!
No lleguéis ni a preguntarme.
Podéis manchar vuestra honra
tan sólo con saludarme.

Soy pecador conocido
porque yo no quiero ocultarme.
Ya que estoy ofendiendo a Dios,
¡qué menos de yo apartarme!

Ya lo conocieron muchos
por “el que peca y no quiere
que se acerque el que ama
y que pecado no tiene”.

Esto es lo que hace aquél
que mucho peque.

Ya cuando pidió a Dios
que le diera su Perdón,
vieron que Agustín murió,
murió para el hombre,
pero no para Dios.

El pecador que se sabe
los pecados que éste hace,
puedes de él retirarte.

El tibio puede arrastrar a que muchos sean tibios. El ser tibio hay quien lo compara con el prudente. Hagamos un análisis del tibio:

Éste siente las cosas con estudio, desvirtúa lo que siente, no le conmueve que ofendan a Dios, es peso sin pesar, balanza que igual cae a derechas que a izquierdas. Que hay Dios: pues sí. Que no hay Dios: pues no. Del tibio nace muchas veces la hipocresía, y hace que muchos lo sigan sin saber que es pecador. Éste no es Agustín, que retira para que no aprendan de él. El tibio tira a fariseo.   

Desperté, oí:

Dios no quiere la violencia, pero quiere que no calles por el hombre.

El tibio halaga al hombre y ofende a Dios.

Ofende con la traición.

Que usa por respeto humano.

El pecador visto por el hombre advierte el castigo.

Si ves el burro que le falta una pata, no te subes.

Si eres tibio ahí en la Tierra,
a Dios contento no tienes,
pues a los tibios Aquí en la Gloria,
te digo que no los quieren.


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Libro 8 - Dios No Quiere. Permite - Tomo I - Pag. 187-188

domingo, 29 de julio de 2012

Tomar el Mensaje en comedia de tres actos

En Sueño Profético decían:

Si los Discípulos hubieran tenido amistad con quien no quería amistad con el Maestro, entonces no hubiera sido un Judas, sino doce Judas. Dios sabía el que acudía donde Él, pero para publicar sus secretos. Secretos que más tarde no eran secretos, serían mandatos. Pero este Dios con Poder Infinito, no obliga, pero al final decide. Judas decidió el suicidio cuando vio que el hombre ya no podía ayudarle al mal que él había hecho, mal que hizo porque no amó. Cuando amas, no puedes colaborar a que maltraten aquello que tú amas; y sí colaboras cuando “dices” que amas.  

Desperté, oí:

En lo material no puedes trabajar con dos industriales que trabajen con la misma mercancía: uno que la dé por buena y efectivamente lo es, y otro que la pise diciendo que es falsa. Esto es incompatible.

Pues cómo quieres tener unión con el Profeta, que es la Palabra de Dios Diciendo, y luego tener unión con el que no quiera saber ni oír su Mensaje.

Esto no es perdonar, esto es tomar el Mensaje en comedia de tres actos: un acto para Dios, y los dos siguientes para el hombre.
 
Este acto es un regalo que le hacen, por lástima, a Dios.

Discípulo de Dios es para calcar lo que dice el Maestro.

Dios escogió a sus Discípulos para que en el resto del mundo, donde Él no hablara, Lo conocieran.

Si a Dios amas, oyes su Mensaje. Y si Lo oyes, tú no permites que le cambien Palabra.

Dios permite, y tú aceptas lo que Dios manda.

Permitir para Dios, y obediencia para ti.

Estos espíritus son al servicio de Dios.


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Libro 10 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo I - Pag. 148-149

sábado, 28 de julio de 2012

Dios no obliga a nada

En Sueño Profético yo decía:

“¡Qué Bueno es Dios!”.

Y decían:

Si no destruye el mundo, no es porque no sea suyo, sino por ser Dios.

Nombraban muchos nombres y se dirigían a mí diciendo:

A ella pueden examinarla en lo espiritual. El examen siempre es, o debe de ser, por quien sepa más, o sea, el examinante tiene que saber más que el que se examina. Aquí no habría profesor por haber un Solo Dios. Todo lo que sepan de Aquí, es Dios quien permite que se sepa. Pero en ella no es que permite, es que actúa. Como la Palabra no es suya, ya se encarga Él, que es el que la dice, de la contestación que tiene que dar al que cree son de ella las Palabras. El hombre cree que todo el mal que hace, se lo manda Dios, y todo el bien que recibe, es de su inteligencia.

Desperté, oí:

Dios no es que quiera al que a Él no Lo quiera. Pero si éste dice: “Quiero”, contesta: “Antes, Yo he querido”.

Dios no obliga a nada. Si obligara, Judas no hubiera sido Judas.

Todo lo que sea para comunicar, te será dictado en el momento de ejecutar la Escritura.

Dios habla, y el Mensaje y Dios hablando, no es silencio.


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Libro 7 - Investigaciones a La Verdad - Tomo I - Pag. 190-191

viernes, 27 de julio de 2012

Dios oye y siempre contesta

En Sueño Profético decían:

Hay quien dice: “yo llamo a Dios y Dios me oye”. Mala interpretación. Dios oye y siempre contesta. Lo que hay que ver es cómo se llama y la interpretación que se hace a su contestación.

Las cosas del espíritu no necesitan estudio, sino limpieza de alma, estar como niños y aceptarlo todo. En lo material se comporta el espíritu como él quiere, o sea, que en muchos momentos actúa para que no lo conozcan; y en lo espiritual no cabe disfraz.

Hay personas buenas para la carne, pero para el alma no son tan buenas: cuidan lo material y olvidan lo espiritual.

Desperté, oí:

Son buenas, ignorantes, y éstas no sirven para el Servicio de Dios. Dios elige el espíritu, y éste moldea la carne.

Por eso, al elegir al espíritu, ya Palabras y Acción son de Dios, puesto que quien moldea es Dios.


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Libro 9 - Dios Habla al No Quiero del Hombre - Tomo I - Pag. 219

jueves, 26 de julio de 2012

Edificar sin cimientos

En Sueño Profético hablaban de la intranquilidad del hombre. Decían:

La inseguridad es lo que te hace buscar. El hombre no tiene seguridad en sí mismo, de hacer o no hacer. Al hombre le faltan cimientos; estos cimientos es Dios.

El hombre quiere edificar sin cimientos: esto, forzoso llega el derribo. Para tener seguridad en la edificación tienes que hacer unos buenos cimientos. Estos cimientos, en lo Divino, son hechos con Amor. Con este Amor tú ya puedes hacer una edificación capaz de aguantar todo el peso que el hombre le eche.

Dijo uno:

El hombre es ignorante como un niño –pero con pecado–. El hombre quisiera coger alguna materia y hacer otro hombre, pero aquí no puede. Una palabra él quisiera decir: ¡Ves, Dios!, yo hago al hombre. Pero el hombre que el hombre haría sería sin espíritu, y ya no era hombre, sería un muñeco con la figura de hombre, con movimiento pero sin pensar, sin vida ni muerte. Al no dar la vida, ni retenerla, ni terminarla, ¿qué saber puedes decir es éste? El hombre, todo el saber debía de ser para Dios. Enseñanza para Dios, ahorro para la Gloria. Este ahorro lo vas haciendo en el Prójimo. El Prójimo es la Hucha de Dios: Según tú lo amas, así le echas. Y cuando Dios la abre, según ve, así te premia.

Desperté, oí:

Es mejor tener cimientos
de la Palabra de Dios.

Es mejor tener cimientos
para poder ya con “to”.

Es mejor tener una Hucha
con el ahorro “pa” Dios,
y tienes seguro el premio
que el Mismo Dios te ofreció.

Dios te ofrece y no te obliga;
Dios te deja que tú elijas.
Esta Hucha no se abre
mientras tú no estés delante.

El Prójimo es la Hucha,
y el Amor es la moneda,
y el premio te lo da este Dios 
cuando por la Gloria entras.


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Libro 2 - Meditaciones y Palabras Directas con El Padre Eterno - Tomo II - Pag. 86-87-88

miércoles, 25 de julio de 2012

Separación voluntaria

En Sueño Profético hablaban de la interpretación que el hombre hace de cuando Dios vivió de Hombre y Profeta:

Dios no iba detrás del que Lo maltrataba, ni del que Lo insultaba. Dios buscaba a los pecadores, pecadores que al saber que hablaba en el Nombre del Padre, buscaban al Hijo. Lo buscaban con temor de no ser aceptados, y este Dios Inmenso en Perdón, los buscaba para acortar el camino. Pero Dios Hombre, al que no Lo quería, Él no buscaba.

Desperté, oí:

Él perdonó a infinidad de pecadores, y perdona porque éstos quieren ser perdonados.

Si tú no Lo amas, no entras en este Perdón.

Saber que Dios se comunica y no acudir, no es pecado, es no querer a Dios. Aquí no hay Perdón, aquí hay separación.

Separación voluntaria por ti.


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Libro 4 - Te Habla El Profeta - Tomo I - Pag. 183

martes, 24 de julio de 2012

El pecador

En Sueño Profético hablaba Agustín de Mónica. Decía:

El hombre que está pecando y trata al que pecó, seguro que él también deja de pecar.

Hay más que se retiran del que pecó, que quisieran tener amistad con el que fue pecador.

Yo, que mi vida fue primero de pecador,
supe el que me retiraban.
Y luego, el Amor que yo a Dios tenía,
Dios hacía que yo buscara
donde pecadores había.

Había veces que se acercaban
con temor y vergonzosos,
con la esperanza perdida
de suciedad del pecado;
como desechos del mundo,
que el mundo les da de "lao";
como cacharro ya roto,
que un mal servicio te ha "dao",
que le pegas puntapiés
y lo dejas "apartao".

Ésta era la presencia
del que mucho había "pecao".

Yo los conocía tan bien,
que de momento les decía:
“Olvidemos lo que fuiste,
porque yo aún hice más,
pero pedí a Dios amparo
para quitarme del mal,
y hoy me llaman Santo”.

Esto de Santo,
no es lo que yo busqué,
porque Dios es el que sabe bien
lo que tiene que hacer.

Seguro que Él quería
que me dijeran Santo
para que más se acercaran,
y así había menos pecado.

Mucho pequé y más sufrí,
pero me dio Dios del Cielo
su Perdón y su sentir.

Desperté, oí:

No sé si fue su Perdón
lo que oí con Voz del Cielo,
o que sentí la razón
hablar al remordimiento.

En verdad no sé decir
lo que me pasó primero.

Yo, primero, pequé y pequé
con fuerza de pecador,
pero una noche sin sueño,
porque Dios no me dejó,
me hablaba el remordimiento.

Desde esa noche sin sueño,
sólo me acordé de Dios.

Ya no me veía tranquilo,
como no fuera llamando a Dios.

Todo pecador debería
hacer una confesión.
Primero, con su conciencia;
y luego, llamar a Dios;
y después, buscar la Tierra.

Así dejas el pecado:
primero, amando a Dios.

Dios quiere que te confieses,
primero, sintiendo Amor.

Porque si a Dios no Lo llamas,
no sirve tu confesión.

No te avergüence el pecado
cuando ya sientas a Dios,
que puedes hacer servicios
de los que agradan a Dios.

AGUSTÍN DE MÓNICA


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Libro 5 - Dios Comunica y Da Nombres - Tomo I - Pag. 79-80-81

lunes, 23 de julio de 2012

"LA ORACIÓN NO SIRVE, SI ES DICHA SIN AMOR"

En Sueño Profético decían:

La oración no llega a Dios por ser oración. La oración llega cuando es presentada por el Amor sin pedir Perdón, o por pedir el Perdón con propósito de enmienda.

Dijo uno:

Un día, yendo con Jesús, se acercó una mujer y le hizo esta pregunta:

   –Maestro, dices que se aproxima el momento de la oración. ¿Hay que estar horas o minutos, para yo cumplir tu Palabra?

Se paró el Maestro y con respuesta del Cielo contestó:

   –La oración no sirve por larga, si es dicha sin Amor y cansándote. La oración de Amor a mi Padre es corta, seguida y sin que te olvides de ella, por tenerme a Mí presente, que Yo soy el que la oigo cuando es dicha detrás del Amor.

   –Tú sigue amándome, y siempre estarás en oración, sin hora ni día, porque Yo Allí en mi Reino ya no te dejo, como mi Padre no me deja a Mí hasta que el hombre me vea Muerto; que cuando muera mi Carne, ya soy el Padre y el Hijo en el Cielo.

   –Sigue haciendo oración, mujer, que tu oración es de Amor y llega al Cielo.


Todos quedamos con Enseñanza y supimos hacer oración de la que Dios Hijo sabía que llegaba al Padre, por sentir Él el Amor de la oración dicha sin medida, corta y continua.

Desperté, oí:

Dios mismo le dice al hombre
cómo tiene que a Él orarle.

Esta mujer ama tanto, que no quiere
ni en la oración disgustarle.

Si el Maestro le contesta,
que sólo ame minutos,
peca, porque no lo olvidaba,
al día, medio segundo.

Había quien le decía,
que en amando,
sobra recuerdo.

Ella dejaba oración,
y recordaba los Hechos
que al Maestro presenció.

Tenía un Amor a todo
lo que el Maestro decía,
que no habla otras palabras
que las que a Él le oía.

Otras veces preguntaba
a aquél que a Él Lo seguía.

Se metía en los mesones
que al Maestro conocían.

Era vivir y vivir,
para adorar noche y día.

Pero fue en busca de Él,
por ver lo que Él le decía.

Su oración no era larga,
tan sólo corta y continua.

El Amor le hacía engarce
con las noches y con los días.


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Libro 3 - La Palabra del Creador - Tomo I - Pag. 173-174

domingo, 22 de julio de 2012

Cosas que no tienen explicación y explicaciones que no se entienden

En Sueño Profético decían:

Hay cosas que no tienen explicación. Y hay explicaciones que no se entienden.

Dijo uno:

Estas palabras las oí yo un día, antes de soltar la materia. Había dos hombres parados en el empiezo de una calle, y en su dialogo no se ponían de acuerdo; los dos querían llevar la razón. Ya pasó un amigo de ellos, que también era amigo mío, y uno de los dos llamó a éste, que por la subida de sus voces estaba enterado de lo que querían preguntarle. Era ésta la pregunta:

   –Que el malo sufra: es lo que él se va fraguando. Pero el que está haciendo el bien, en contacto con Dios, como el tío Ginés, y lo veo que sufre tanto, me hace que me confiese.

Esto lo decía uno. Y el que estaba más cerca de Dios decía:

   –Mira, hay cosas que no tienen explicación, y hay explicaciones que no se entienden. Ya estás subido en la bestia y no hay quien te baje.

Y ya dijo el tercero que ellos pararon:

   –El malo no sufre, porque su sufrir puede quitárse cuando quiera él. Y el bueno sufre porque el hombre malo le da sufrir por acaparar la Libertad que Dios deja. ¡Pero sufrir, sufrir..., es saber que Dios no te quiere! Esto del tío Ginés es sufrir por Amor a Dios, que tú esto no lo entiendes.

Ya dijo el primero que sostenía estas fuertes palabras:

   –Para explicarte el porqué de ese sufrir, tenías que amar, pero primero amar y luego decir “yo amo”. Y ya este Amor te da explicaciones claras, y confesarte no te hace falta, porque la confesión es para los pecados; para el amar y para el sufrir no es la confesión. Sufrir por Amor a Dios, dejando el sufrir en silencio, es más Gloria para Dios.

Desperté, oí:

Hay cosas que no tienen explicación, y hay explicaciones que no se entienden.

Las cosas que hace Dios
es difícil dar consejo
o darte la explicación.

Es difícil por ser Dios
que es único Dios
en Saber y Mando.

¿Quién sabría más que Dios,
el tío Ginés lo que hacía,
en su sufrir y en su seguir caminando?

El que no amaba quería
saber Saber de este Mando.

El que amaba comprendía
y lo sufría callado.

Nunca le dió culpa a Dios,
sabiendo que amaba tanto.

Pocas confesiones hizo,
por tener pocos pecados.

Hay que pensar y decir:
“Dios sabe de lo pasado,
y de lo que va a venir,
por ser el Dios de los Sabios”.


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Libro 6 - Dios Manda En Su Gloria Que Enseñen - Tomo I - Pag. 71-72-73

sábado, 21 de julio de 2012

La Huella de Dios

En Sueño Profético decían:

Esto es enseñar para que enseñe todo el que con materia Dios lo traiga Aquí. Éste tiene que decir: “Esto es del agrado de Dios, y esto va en contra de Dios; esto manda Dios que se haga, y esto, si lo haces, quedas apartado de Dios”.

El que Aquí recibe el Mensaje, éste sabe y conoce el que ama a Dios, y el que no quiere que sepan que no Lo ama.

El hombre se engaña de hombre a hombre, pero que no medie Dios entre el hombre.

Dios está con el hombre, pero el hombre, con la Libertad que Dios le deja.

Al que arroba, lo enseña, para que éste no sea engañado.

Dijo uno:

Más no quisieron a los primeros Profetas, por decir estas palabras: “Vendrá Uno que se llamará Jesús Hombre Salvador. Éste será el Rey de todos los reyes, y su Reino no tendrá fin; castigará la injusticia del hombre, y premiará con su Gloria a los justos”. Esto no podía oírlo todo el que no amaba, el que no cumplía las Palabras del Padre, que tantas veces habló por los Profetas.

El hombre no quisiera que Dios hablara, el hombre no quisiera que Dios arrobara, el hombre quisiera el fracaso en el que Dios habla.

Desperté, oí:

Si amas a Dios, ¿cómo pasas sin oír su Palabra, si sabes que vive?

Si sabes que es Dios, ¿cómo no amas o temes?

Si sabes que tu vida, ahí, antes se acaba que empieza.

Si sabes que Dios te deja hasta que llames, aunque no pronuncies Nombre.

Pues vive para alabar al Padre, al Hijo, al Espíritu Santo, que esto es Santísima Trinidad.

Dios siempre está en el hombre,
cuando aún tiene materia.

Y el hombre habla de Dios
como cosa que está muerta.

Pues si Lo tienes por Vivo,
no te extrañe lo que cuentan.

Que Dios, siempre que habla al hombre,
bien claro deja su Huella.


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Libro 8 - Dios No Quiere, Permite - Tomo I - Pag. 60-61-62

viernes, 20 de julio de 2012

El refugio de los pobres

En Sueño Profético decían:

Nunca quedará por bueno el que de bueno se vista. Hay más buenos que se creen buenos, que buenos sean.

Dijo uno:

El hipócrita se cree bueno y siempre procura hacer las cosas con maldad, con medida, con risa falsa, con cumplidos. Éste no es el bueno de la Doctrina de Dios. El bueno es el que otros dicen “ese es bueno”, porque bueno va dando, porque en el mal del sufrimiento, él, “el bueno” va dejando. El que es bueno, cuando da con malos, más se le ve “el bueno”. El bueno se avala por su Paz. El que Paz no dé y Paz robe, éste no es amigo de Dios.

Otro dijo:

Saliendo un día de mi casa, pasaba el Maestro y tres más. Me fui detrás de ellos por Amor, no por curiosidad, y el Maestro estas Palabras iba diciendo:

   –Pasad de largo en la casa que ayer os recibieron, porque hoy ya no serán buenos, porque ayer tampoco lo fueron. Ayer se vistieron con el traje de la hipocresía, para decir “yo soy amigo del Maestro”, pero en esa casa todo lo hacen a contra de lo que mi Padre tiene mandado. Pues si esto hacen, no pueden ser hombres buenos.

Cuando terminó de hablar, miró para atrás, y dijo:

   –Tú sí eres bueno, tú has dejado de ir al convite por seguirme. Vente, pero ya delante, como Me acompañan éstos. Que Yo doy mi Amistad al que siempre es bueno, o a aquel que hizo mal, y al mal le da desprecio.

Desperté, oí:

Este que siguió al Maestro,
se había dejado la fiesta
y contento caminaba
sin hacer hipocresía.

Tenía deseos grandes,
pero no tenía amistad
para ir con el Maestro.

En su casa hacían vida
que el Padre tenía mandada.

“El refugio de los pobres”,
a su casa le llamaban.

Su mujer y sus chiquillos
siempre tenían estas palabras:

“El que no tenga comida,
en mi puerta dé llamada”.

“Y algo se llevará,
aunque sean mis Palabras”.

“Si hoy no te doy mucho,
doble te daré mañana”.

Éstos son los buenos,
buenos porque cumplen
las Palabras que Dios
manda desde el Cielo.


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Libro 10 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo I - Pag. 153-154-155

jueves, 19 de julio de 2012

Nadie puede poner secreto en el Mundo espiritual

Me desperté y no me acordaba de nada; de lo único que me acordaba era que había hablado de muchas cosas diferentes, pero nada más.

Oí:

Esto es lo que el hombre quisiera hacer con el Mensaje: que lo tuviera en silencio.

Esto, el hombre, no puede conseguirlo.

Por ser Dios el que manda que lo repita.

Nadie puede poner secreto en el Mundo espiritual, nada más que Dios.

Dios no obliga a nada. Pero cuando coge de pasante suyo al hombre, para que repita su Voz y sus Palabras, este pasante no puede cambiar el trazo que Dios le encomienda.

Esto debía el hombre tenerlo en cuenta para el trato del Portavoz.

Y no exigirle silencio. Esto es quererle el hombre poner silencio al trueno.

O prohibir el Sol y la lluvia.

Ni la lluvia, ni el Sol, ni el aire, ni la muerte en la materia detenerla, esto por más estudio que haga el hombre, no obedecerá al hombre.

Pueden matar la materia, pero no detener a la materia.

Si alguien te dice que "Dios me habla", no digas que calle.

Piensa, que le quieres poner silencio a Dios.

El Comunicante no dice todo lo que ve y oye.

El Comunicante dice lo que Dios le dice que diga.

Y tú harás lo que Dios permita.


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Libro 7 - Investigaciones a La Verdad - Tomo I - Pag. 67-68-69

miércoles, 18 de julio de 2012

La cultura se separa de lo Divino

En Sueño Profético decían:

La vanidad del hombre lo aparta de este Dios. La vanidad del hombre lo lleva a sitios sin Dios.

Dijo uno:

Si el hombre pensara en la carne enferma, se corregiría muchos defectos; y si ya pensara en la muerte, su vida con materia la viviría santa y a Dios quitaba de sufrir.

Es curioso el pensar, que a más inteligencia en lo material, más torpeza en las cosas del espíritu. Esto es por falta de pensar, por falta de estar seguro de que espera otra Vida. Sería un consejo bueno que el hombre pensara en grandes herencias y hablara con los herederos: vería por cuantos había pasado la herencia. Pues si esto es así, nadie fue dueño; dueño no es el hombre ni de su cuerpo. El hombre tan sólo tiene un caudal, que si lo cuida, siempre será dueño y nadie podrá heredarlo, porque tu espíritu fue, para tu carne, creado. Esto es lo que no piensan la mayoría de hombres cultos.

Desperté, oí:

¡Es lástima que la cultura
se separe de lo Divino!

Un literato y filósofo
decía un día en la Gloria:
“Por un culto que ame a Dios,
van miles y miles a la Gloria”.

Si el intelectual pensara
la renta que luego cobra,
ponía su capital
en divisas a esta Gloria.

Hazte hombre culto ahí
y negocia luego Aquí.

Que tu cultura en la Tierra
sea para amar a Dios,
y Él te pagará la renta.

Este Mensaje es de Amor,
aunque parezca quimera.


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Libro 9 - Dios Habla Al No Quiere del Hombre - Tomo I - Pag. 244-245-246

martes, 17 de julio de 2012

Medicamento que cura

En Sueño Profético decían:

La alegría que es producida por el espíritu, es medicamento que cura.

La alegría que no tiene profundidad es de la materia, y ésta puede enfermar. Esta alegría, siempre su tendencia es retirarte de la acción de Dios; darte sufrir después de la alegría; robarte la Paz y hacer que tu alegría produzca llantos; hacer que tu alegría te separe de la seriedad contenta.

Esta seriedad contenta es el espíritu actuando, contento que da el espíritu a la seriedad de la materia, y ya es alegría perpetua. Esta alegría es lucida por los Elegidos.

Dijo uno:

Los Elegidos por Dios nunca tuvieron pena, nunca tuvieron quietud, nunca borraron la Palabra que Dios les daba para que ellos hicieran uso de ella, uso con la firmeza de que Dios les seguiría sus pasos, y ya eran ellos los que a Dios seguían, por ser Dios el que en ellos vivía. Estos que Dios tiene para que sus costumbres sigan, siempre tuvieron alegría, porque el Aliento de Dios los mantenía noche y día.

Desperté, oí:

Aquí te describen bien,
la alegría del espíritu
o la alegría de la materia.

La del espíritu,
puede y anula a la de la materia,
a la alegría mundana.

Porque alegría sin Dios,
jamás puede ser durada.

Cuando el espíritu ríe,
risa rueda por la cara.

Las lágrimas del sufrir,
del sufrir que Dios no manda,
se convierten en alegría.

Son pocos los que conocen
el grado de la alegría,
son pocos porque prefieren
sin Dios tener alegría.

Si has de tener alegría
sin sentir a Dios del Cielo,
pide el castigo que quieras,
que si llega, te da premio.


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Libro 2 - Meditaciones y Palabras Directas con el Padre Eterno - Tomo II - Pág. 216-217-218

lunes, 16 de julio de 2012

El que no cree en el Profeta, no cree en Dios

En Sueño Profético decían:

El que no cree en el Profeta, no cree en Dios.

Dios, siendo Dios, fue Profeta, una vez que hablaba en el nombre del Padre, y el Profeta habla en el nombre de Dios. El Padre mandó al Hijo con su Mensaje, y Éste, hablaba y comunicaba lo que el Padre ordenaba, o sea, su Voluntad.

A los que no creían en Él, los apartaba, pues sabía eran voluntarios a su crucifixión.

Esta frase es del hombre: “No creer en el Profeta no es pecado”.

Y ésta es de Dios: “El que no cree en el Profeta, no cree en Mí. Y el que no cree en Mí, no cree en mi Padre”.

Dios espacia a los Profetas, para que hablen de su Gloria. Dios no actúa en Carne, actúa en Espíritu.

Desperté, oí:

La irreverencia al que Dios elige es intolerable.

El que Dios elige nunca puede hacer nada mal hecho.

Antes de comunicarse, ya lo ha purificado.

Dios no puede actuar con imperfección.

Está purificación es exceso de Amor, exceso de bondad, paciencia ilimitada y máximo sacrificio.

Aquí ya viene Dios.

Desde el comienzo del mundo, lo que Dios menos transige es la desobediencia.

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Libro 4 - Te Habla El Profeta - Tomo I - Pag. 85-86

domingo, 15 de julio de 2012

El silencio al Mensaje no podrá el hombre conseguirlo

En Sueño Profético hablaban Teresa de Ávila y Agustín de Mónica.

Decía Teresa:

El silencio al Mensaje no podrá el hombre conseguirlo. El Mensaje de Dios, ya diciendo que se calle, no es obedecer su mandato: “Que Me ves dilo, publícalo”. Si esto ocurriera dentro de un claustro, del claustro tú saldrías, aunque el hombre pusiera doble cerrojo.

Salió hablando Agustín con su gran cantidad de Amor, que silencio a todos puso con razones que explicó. Hablaban otros unas palabras que yo me quedaba boquiabierta.

Desperté, oí:

Si en el claustro Dios dijera:
“Ve y di que te hablo Yo”,
este claustro se abriría
a la orden de mi Dios.

Y centinelas y cerrojos
obedecerían su Voz.

¡Si las voces del pecado
el hombre gritando va,
para que haya pecadores,
pecadores a “manás.”!

Pues deja oír el grito
de quien puede sujetar
la fuerza de este pecado,
cambiándolo en humildad.

Si conocieras la Fuerza
del Espíritu de Dios,
no dirías que callara
al que diga “me habla Dios”.

¡Ay Señor, yo te venero
y te pido mil perdones
para el que poco te quiera
y no sepa de tu Amor!

Este Amor que Aquí no es vida
por culpa del pecador,
pecador que ahí existe
porque Aquí Tú eres Dios.

Dios, al que ahí no aman,
porque viven sin Amor,
que Tú le llamas vivir
a lo que muerte llamo yo.

TERESA DE ÁVILA y AGUSTÍN DE MÓNICA


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Libro 5 - Dios Comunica y Da Nombres - Tomo I - Pag. 175-176

sábado, 14 de julio de 2012

Querer el daño extender

En Sueño Profético hablaban los Discípulos de Jesús. Contaban hechos ocurridos a ellos y hechos que el mismo Dios les había contado.

Dijo un Discípulo:

Yendo un día caminando muy temprano –otro contesta: tan temprano que podías creer si vendría empiezo de día o de noche–, se paró el Maestro y nos dijo:

   –Cuando ahora más adelante nos salgan unos a preguntar, dejad vuestras lenguas sin movimiento, ya que la respuesta está en Mí, por ya haberla mandado mi Padre.

Seguimos caminando, y ya que estaba el día bien descubierto, nos salieron unos cuantos hombres de aspecto bien presentado. Uno de los más poderosos de entre todos ellos, dijo:

   –¡Dios os guarde! He oído mucho hablar de todos vosotros, y principalmente de Ese que para vosotros es un Maestro.

Adelantó el Maestro unos pasos, y con una Mirada de Grande Poderío dijo:

   –No sigas hablando, que te voy a decir a lo que vienes. Vienes a decirle a éstos–y señaló a los Discípulos– que Yo no soy Dios, que mi Padre no es mi Padre, que levanto y alboroto los espíritus, que ofrezco un Reino que no existe, y que soy un endemoniado.

   –Aquí se han cumplido las primeras palabras que has pronunciado al vernos. Éstos están conmigo y mi Padre los guarda por los siglos sin fin. Hoy están con Dios en Materia. Mañana estaremos en Espíritu con el Padre, que soy Yo.

Todos inclinaron las rodillas, menos el que Dios no lo dejó.

Desperté, oí:

Este hombre hacía más daño que el que sólo no quería a Dios.

Éste era un pudiente en dinero y amistades, y no podía resistir que Dios Hombre estuviera en todas las bocas, diciendo la Paz que dejaba.

Sabía el camino que llevaban, y juntó a otros para derrotarlo.

Ya se le cambió la cara cuando el Maestro le fue diciendo, palabra por palabra, lo que él llevaba pensando.

Que unas cosas les había dicho, pero otras no.

Dios le demuestra el Dios, descubriendo sus palabras, perdonando a los que con él iban, y apartándolo a él.

Es más daño hacer daño,
queriendo el daño extender.

Pues si tú solo haces daño,
es un daño sin poder.

Y puede que este mal te sirva
para que llames a Él.


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Libro 3 - La Palabra del Creador - Tomo I - Pag. 237-238-239

viernes, 13 de julio de 2012

Si tienes un gran sufrir, sabiéndolo Dios te basta

En Sueño Profético decían:

Hay quien coge el sufrimiento como pelota de goma, botándola para que en el bote el sufrimiento le llegue a otro. Hay quien lo coge como madre amamantando al hijo, que lo acuna porque sabe que es suyo y pertenece a sus brazos. Estos dos que sufren el mismo sufrimiento no son igualmente clasificados para Dios. Hay sufrimientos que llegan con una cosecha que ignora el que sufre.

Dijo uno:

El sufrimiento que es grande de sufrir, tú no quieres, si es tuyo, que otro lo sufra; no quieres por dos razones: la primera, por ser tuyo, y si por Dios lo sufres, a ti te manda la recolección. Y si tu sufrir no extiendes, doble cosecha ya tienes.

Una mujer dijo:

Siempre oí esta frase a mi madre:

El sufrir que es tuyo,
tienes que cortarle vuelos,
que el sufrir es lumbre en llamas
que con rapidez se extiende,
y luego es doble sufrir
el apagar las llamas.

Si tienes un gran sufrir,
sabiéndolo Dios te basta.

Esto lo decía mi madre que había sufrido mucho con su padre, y luego sufrió con el mío, que yo no era su hija, pero lo hacía como madre. Estas son las primeras palabras que yo digo: “Que yo no era su hija”. Si ella me hubiera oído esto, en su vida con materia, hubiera sufrido más que con todo su sufrir. Cuatro hermanos yo tenía, éstos ya hijos de ella. Pues todos nos tenían en cuenta de ver cómo ella me quería, y yo siempre abrazada a ella. Cuatro más chicos que yo y mi padre, portándose mal con ella. Pero su sufrir hacía que más las dos nos quisiéramos.

Desperté, oí:

Esta mujer da enseñanza
de un sufrir ganando Cielo.

Gran razón lleva al decir
que el sufrir hay que apagar,
para que quede el sufrir
como madre al amamantar.

No cojas nunca el sufrir
como pelota al botar.

Que puede que en el rebote
un daño mayor hará.

Ya el daño es lo de menos
si te pones a pensar
que de haber buena cosecha
se cambie en el mandar
el premio que Dios te premia.

El sufrir que tú no extiendes
y sufrir queda “pa” ti,
antes puede que se acabe,
por ser más chico sufrir.

El sufrir que es tuyo,
tienes que cortarle vuelos,
que el sufrir es lumbre en llamas  
que con rapidez se extiende,
y luego es doble sufrir
el apagar las llamas.

Si tienes un gran sufrir,
sabiéndolo Dios te basta.


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Libro 6 - Dios Manda en Su Gloria que Enseñen - Tomo I - Pag. 151-152-153

jueves, 12 de julio de 2012

Obediencia

En Sueño Profético hablaban de la Obediencia. Decían:

Dios habla, y si tú amas, obedeces.

Dios habla, y cumple sus Palabras el que ama.

Dios perdona, y es perdonado el que quiere su Perdón.

Dios da Paciencia, y la recibe el que quiere la Paz.

Dios elige al que antes buscó a Dios con su Amor al Prójimo, al que tuvo Caridad.

Dijo uno:

Todo esto lo da Dios sin preferir a nadie. Todo esto lo quiere dar Dios para que muchos gocen la Gloria ahí, principio de este Mundo Eterno.

Los Mensajes de Dios son para Enseñanza, gozo, y para derrotar al espíritu del mal. Esta Enseñanza tú la aprendes según el Amor que a Dios tienes. Poco Amor: poco aprender. Mucho Amor: a Dios ves; ves a Dios porque el Amor te lleva. Hay quien no ama, ofende, y a Dios quiere ver. Aquí Dios se esconde.

Dios tiene Misericordia para el hombre, y el hombre tiene ofensas para Dios, sin pensar que estas ofensas van retirando de Dios.

Desperté, oí:

Retiran de Dios porque el que ofende ya se hace amigo de Luzbel.

Dios te ofrece su Gloria por caminos distintos, pero llegando al mismo final.

Dios te manda la clase, pero no deja que tú se la enmiendes.

A Dios ves cuando te manda la clase, y cuando tú no obedeces, Él ve que tú no amas.

Es de pensar lo del hombre, y es de pensar cómo es Dios.

El hombre hace pecados, y Dios manda su Perdón.


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Libro 8 - Dios No Quiere, Permite - Tomo I - Pag. 181-182

miércoles, 11 de julio de 2012

Cerillo detrás de muralla

En Sueño Profético decían:

Dios ama tanto, que te da sin medida. Y el hombre ama tan poco, que pocas veces a Dios Le da las gracias. El hombre siempre está agradecido al hombre y con desprecio a este Dios. El hombre más llama a Dios para insultarle, que para decirle alabanzas.

Dijo uno:

Cuando falta Amor no puedes comprender a otro que ame, esto en la vida de materia. En lo Divino eres cerillo detrás de muralla, que la grande muralla no deja el cerillo ver. En cambio, si hay Amor, verás la muralla correr. Cuando Dios oiga tu Amor, y sin poder comprender, Él te quita la muralla o agranda la Luz para ver. Todo te lo hace este Dios cuando tú quieras saber.

Este Amor de Dios que sin poder comprender, como tú tengas Amor sin palabras y sin ver, ya estás unido con Dios y fácil es comprender. Pero donde no hay Amor, es pedir cuentas al Cielo y al hombre darle valor. Si el edificio se cae, siempre han de culpar a Dios.

Desperté, oí:

¡Qué pocas veces reconoce el hombre
que él es culpable
del sufrir que está sufriendo!

Si el edificio se cae,
ya culpan a Dios del Cielo.

No se piensa en el hombre
que nada hace bien hecho.

Éstos son la mayoría,
que son los que van diciendo:
¿dónde está el Amor de Dios?,
¿dónde está el Dios del Cielo?

¿Cómo se ha podido caer
con lo bien que estaba hecho?

El que ama reconoce
que no es la culpa del Cielo.

Que es algo que falla el hombre
de los primeros cimientos.

Éste que ama,
aparta lo de ahí y lo del Cielo.

Y nunca culpará a Dios,
porque todo lo bien hecho
sale del Amor de Dios.

Lo que pasa es que Dios deja
grande Libertad al hombre.

Por si quieres ser cerilla,
Él la muralla no corre.

Si Amor pides sin palabras,
este Dios ya da Poder
y tú corres la muralla.


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Libro 10 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo I - Pag. 226-227-228

martes, 10 de julio de 2012

De Aquí fuiste, y Aquí tienes que venir

En Sueño Profético decían:

Publicar lo que ella ha visto Aquí, ha sentido y ha oído, esta publicación es grandiosa.

Pero lo que ya no pueden buscar, en nada que esté escrito por el hombre, son estas Frases y estas Palabras dichas en tan pocas letras, y que estas pocas letras digan tanto. El hombre ve que esto no es de otro hombre.

Estos Escritos, verás su gran efecto en el que dice: “Yo no creo en Dios”. Al oírlos, su espíritu quitará este “no”, y en sus oídos tendrá tintineo diciendo: “¿Crees en Dios?”. Y esto ya hará que muchos lean, y que reclamen que no se pare esta Publicación.

El que a ella oye leer sus Dictados y hablar de Aquí, jamás puede comparar con nada que Dios mandó escribir anterior a ella, ni a este oyente pueden dejar indiferente estos Mensajes.

Desperté, oí:

Hay quien compara estos Escritos con los anteriores mandados a escribir por Dios.

Cuando Dios habla por el Portavoz, tú tienes que decir: ¿Aquello es igual a esto? ¡No! Esto es igual a aquello.

No estaría correcto que compararas a la persona con el retrato, y sí, al retrato con la persona.

Si quieres saber si habla Dios, quítate el “yo”.

Este “yo” te adula ahí y te aparta de Aquí.

Dios constantemente te está diciendo que no murió, y que para que el hombre ame, habla Dios.

Si Dios te permite tu cargo ahí, es para que divulgues más de Aquí.

De Aquí fuiste, y Aquí tienes que venir.

Fuiste permitido el ir ahí, pero tu espíritu, si tú no lo sanas ahí, éste, a Dios no ve Aquí.


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Libro 7 - Investigaciones a La Verdad - Tomo I - Pag. 167-168

lunes, 9 de julio de 2012

Corta inteligencia

En Sueño Profético decían:

Si esta Enseñanza no fuera de Dios, sería cobrada a precio fabuloso. Todo lo de Dios, ve el hombre a Dios de Dueño, no dejando Dios al hombre que administre lo que Él tiene para el que quiera.

Quedó un momento de silencio, y otra vez hablaban del hombre, otra vez daban palabras de seguridad.

Dijo uno:

El que quiera ver Verdad, queriendo verla, la verá leyendo esta Publicación; sin querer dice: “Sí, es de Dios”. Y por estudios que tenga, aquí en estos Libros, tomará apuntes que le servirán a su corta inteligencia, pero nunca podrá explicar como el que es Aquí traído. Este Portavoz lleva las Palabras que Aquí le dan; son oídas y sentidas; son dadas con fuerza, que esta fuerza es la que no puede el hombre callarla. El que quiera quitar a estos Escritos su valor, quedará en postura ruin, y será despreciado por el que a Dios ame. Estos Libros darán silencio y respeto, por ser la Palabra de Dios Directa, Portavoz que Dios elige para que lleve sus Palabras sencillas, justas y firmes. Estas Meditaciones que te dan estas Palabras, son para que el mundo las conozca y haga el uso que él tenga de unión con Dios. Si a Dios ama y a Dios quiere conocer, abrazará el Libro. Y si a Dios no ama, estos Libros le harán llorar.

Desperté, oí:

Llorará el que oyó al que a Dios no amaba.

Llorará por haberlos desmentido ante él y él seguirle el diálogo.

Llorará por haber tenido unión con el que los desmentía.

Corta inteligencia son estos hombres clasificados Aquí, donde la Sabiduría es Pura, Divina, y abundante en distinto Saber.

No conocer que estos Escritos no son del hombre, es inteligencia basta, inteligencia de masas.

Inteligencia de masas que viven sin querer a Dios conocer.

Hombres que ellos se superan explicando su saber.

Luego, este saber se queda tan chico para los Libros, que si hicieran algún apunte, el nombre sería: “ridículo”.

En cambio, aquí verán los temas por centenares.

La Sabiduría de Dios, más sabe el que la sabe.

Más sabe el que te dice: “Me dicen que así yo hable. Me dicen ésta es la Gloria. Yo soy el Hijo. Éste es mi Padre”.   

Me dicen que lo publique, y que juzgue el que no ame.

Que luego será final en el Juicio del Padre.


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Libro 9 - Dios Habla Al No Quiero del Hombre - Tomo I - Pag. 142-143-144

domingo, 8 de julio de 2012

“HACEOS NIÑOS Y ENTRAREIS EN MI REINO”

En Sueño Profético decían:

Hay quien no busca a Dios por estar siempre con Él.

Hay quien su espíritu siempre lo tuvo en contacto con Dios.

Hay quien pasó de niño a hombre para el hombre, pero no para Dios.

El que siempre está con Dios no puede tener ideas malas, ni pensar mal de lo que Dios haga.

El que vive Presencia de Dios en él, ves algún rincón de Gloria.

Estos espíritus no han tenido fechas para hacer alabanzas a Dios; estos espíritus siempre han visto la Paz en ellos; estos espíritus, que Dios los tiene por niños, son los que retiran del pecado; el espíritu del niño comprende a Dios, y Dios vuelca su Sabiduría.

Dicho quedó por Dios en la Tierra estas Palabras: “Haceos niños y entrareis en mi Reino”. Y también dijo éstas que el hombre no tiene escritas: “Si queréis saber más que mi Padre, no oídme a Mí, porque mi Padre es el que siempre habla al hombre. Si alguno no Me entendiera, no dé por mal dicha la Palabra, que piense que aún le falta más Enseñanza. Nunca aprenderá el mayor, si de mayor se quedara”.

Estas Palabras, por más que el hombre las busque, no las encontrará, por haber quedado dichas como lo mucho que quedó sin el hombre guardar.

Dijo uno:

Si el hombre, en vez de perseguir a Dios, hubiera discutido su Presencia, la Gloria la tendría el hombre escrita de su vida con Materia, la Gloria en cada momento de su Presencia de Hombre entre los hombres, pero al hombre le faltaba tiempo para darle mal trato. Estos hombres no se hicieron niños, y a Dios no Lo entendieron.

Desperté, oí:

Si a Dios amas, no Lo buscas,
porque Él te acompaña
a que vayas donde Él.

Si a Dios amas, ya te notas
la fuerza para aprender.

Todo el que diga, “yo amo”,
no puede fechas tener
para hacer alabanzas.

Este Dictado al leer,
cada frase es para pararse
y ponerla aparte en otro papel,
pues si la lees sin pararte,
quedarás sin comprender
lo que Dios quiere enterarte.

¡Te habla de tantos temas!
¡Te habla tan variado,
que tienes que hacerte niño
para sentirte a su lado!

Pues si te quedas de hombre,
el sentir queda alejado.


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Libro 2 - Meditaciones y Palabras Directas con El Padre Eterno - Tomo II - Pag. 118-119-120

sábado, 7 de julio de 2012

Si a Dios no amas, no sabes nada del Prójimo

En este Sueño Profético hablaban del Amor a Dios y del pecado. Decían:

El que ama, mucho más quiere amar. El Amor a Dios te produce ansiedad, desvelo, celos Divinos, celos de querer más que el que más quiera.

El que se entrega a Dios, vive para adorar y contemplar a Dios. Dios paga esto haciéndose Amigo tuyo, dándote Amistad con todos los espíritus de su Gloria.

El que está pecando, el pecado se hará amigo inseparable del pecador. El pecado le producirá bienestar al que está pecando. El que está pecando, raras veces no tiene ganas de pecar, porque el pecado se encargará de que tenga apetito más y más de pecar.

El espíritu que Dios tiene apartado de su Gloria, busca acercarse al que está haciendo mal a Dios.

El que hace el bien a Dios es el que dice: “Señor, yo estoy en el Prójimo, porque Tú estás allí también”.

Despierta, oí:

Si a Dios ahí no amas
y Aquí no quieres venir,
tú no sabes nada del Prójimo.

El Prójimo llama a Dios,
y Dios manda al que Lo ama.

Y el que Lo ama ve a Dios,
porque Dios allí lo manda
a que cumpla la misión
que no cumple el que no ama.

El que no ama no ve
que al Prójimo le hace falta.


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Libro 4 - Te Habla El Profeta - Tomo I - Pag. 164-165

viernes, 6 de julio de 2012

Llanto de desprecio al pecado

En Sueño Profético oí llorar, y uno dijo:

“Ese llanto es de suplica a Dios”. Ya siguió hablando Agustín de Mónica:

Yo quité a muchos de pecar por ver sus ojos llenos de lágrimas. Era lo primero que me hacía pensar cuando me paraban y les veía el llanto.

¡Es un llanto el del pecado, tan distinto a otros llantos...! Hay veces que el hombre llora con ganas de no pecar más. Éstos son los hombres nobles, que a pesar de haber pecado, hoy, no quisieran pecar. Esto se da igual en mujer que en hombre.

Había quien me oía hablar y su oír era muy pobre en querer rectificar el mal, no el que había hecho, sino el mal que aún hacía. Aquí, yo, no perdía el tiempo. Pronto esto le oían a Agustín:

“Si tú eres pecador sin querer salvarte, no robes mi tiempo, porque pecadores tengo a montones esperándome. Yo te oigo tus pecados y piensa que no los oye nadie. Pero sí ten por seguro que dos solos aquí no hay: está Dios, que es el que me lleva por donde quieran salvarse. Si quieres seguir pecando, no llores, no hay razón para que peques y digas que a Dios Lo amas”.

Yo creo que cuando piensas que pecaste, y que tú mismo pecaste porque quisiste pecar, si esto lo piensas siempre, tú mismo te culparás de tu mal.
  
Este es el arrepentido que llora
con derecho a llorar,
porque ya en este llanto,
desprecio al pecado da.

Yo estuve mucho tiempo
pensando en el Perdón,
aunque no hacía pecados,
por oír siempre su Voz.
No me creía ser digno,
sin dar mi publicación.

Desperté, oí:

Agustín pide el Perdón
con llanto de ser culpable.

Nunca le dio la razón
al que razón quería darle.

Había quien le decía:
¡Agustín, más pecaron otros antes!

Él contestaba diciendo:
“todo el que haga pecados,
tiene que sentirse culpable”.

“Mientras no sea un pecado,
que por la fuerza pecaste”.

No son todos los que lloran
los que quisieran salvarse.

Son los que miran al Cielo
diciendo: “yo fui culpable”.

AGUSTÍN DE MÓNICA


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Libro 5 - Dios Comunica y Da Nombres - Tomo I - Pag. 44-45-46

jueves, 5 de julio de 2012

Todo lo que Aquí se dicta, es Evangelio

En Sueño Profético hablaban de los Evangelios. Decían:

El Evangelio es la Palabra de Dios. Este Evangelio, Palabra de Dios, es para oírlo y practicarlo, practicarlo e irlo enseñando con el ejemplo.

Dijo uno de sus Discípulos:

   –El Maestro nos enseñaba con sus Palabras y nos mandaba que fuéramos enseñando por todos los sitios que había hombres que quisieran salvarse. Aquí era donde leíamos el Evangelio, íbamos cundiendo el llenar que dentro llevábamos; cansábamos nuestros cuerpos, pero nuestro espíritu pedía más caminar. Él nos enseñaba a caminar sin descanso, y así quiere que continúe el que se tenga por cristiano. Aprende del Evangelio y enseña con tu ejemplo, que en el ejemplo va Dios, una vez que llevas sus Palabras. Lo que aprendes es más fácil que no lo olvides, si no dejas de practicarlo. Estas Palabras nos repetía mucho el Maestro:

“Practicad y no olvidaréis lo que habéis aprendido. Practicar es aceptar. Esta Enseñanza, si no la vas cundiendo con tu actuación, vas en contra de ella. El que oiga sólo mis Palabras para sus oídos, sin cundirlas ni ponerlas en práctica, va en mi contra”.

Desperté, oí:

¡Cuánto se habla de Dios con camino equivocado!

Dios bajó aquí, a la Tierra, para enseñar y que tú fueras enseñado.

Si tú coges esta frase, escrita del Evangelio, esta que yo aquí dicto: “Da de comer al hambriento, da de beber al sediento, y viste su cuerpo al desnudo”, esto es puro Evangelio.

Si tú te sientas y coges estas Palabras, leyendo y leyendo, te repites: ¡Esto sí que es Evangelio!

¿Tú crees que saciarás la sed del que sufre y espera en acción el Evangelio?

¿Y llevarás la comida para el hombre que esté hambriento?

Piensa si Dios, cuando Hombre, les hablaba para ellos.

Piensa, que al que Dios le manda, diciendo: “Di de mi Reino”, no lee los Evangelios, porque él sigue escribiendo para aquél que no vive sin materia Aquí, en mi Reino.

Todo lo que Aquí se dicta, su palabra es Evangelio.

No oigas si no practicas el que espera tu consuelo.


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Libro 3 - La Palabra del Creador - Tomo I - Pag. 105-106

miércoles, 4 de julio de 2012

Amar a Dios sin sacrificio

En Sueño Profético decían:

Las cosas de Dios son sencillas. Todo lo trabajoso no es mandado por Dios. Dios no manda hacer nada que el hombre no pudiera soportarlo ni fuera capaz de hacerlo.

Dijo una mujer:

Todo lo de Dios es fácil hacerlo cuando ames.

Tenía yo que andar más de un legua si misa quería oír, y me iba a campo traviesa y misa oía yo allí, en una ermita que había, que la costeaba el dueño de aquellos terrenos. Pues me tenía en cuenta el que por allí estaba trabajando, porque me veía con los tres hijos, y uno en brazos. Esto decían al verme:

   –Ya viene a misa la de los hijos! ¡Y viene hasta cantando!

Es que el mío chico lo tenía acostumbrado a cantarle "pa" dormirlo, y como lo levantaba temprano, se me dormía por la trocha y oía su misa en brazos. Aún era chiquitillo, dieciséis meses largos. Y la mayor tenía nueve, y cuidaba de sus hermanos. ¡Corred! –les decía a los chicos–, ¡que padre nos está esperando!    

El padre es que trabajaba en el caserío más inmediato, y también oía su misa, y no le costaba trabajo. ¿Por qué era todo esto? por lo mucho que había amado.

En cualquiera que no amara, a esto le veía un trabajo, y en cambio ellos lo hacían contentos y hasta cantando.

Cuando volvían de la misa, ya estaban esperando unos niños mendigantes que comían allí arranchados.

Desperté, oí:

No les costaba trabajo
todo lo que hacían por Dios.

No les costaba trabajo,
porque veían a Dios.

Lo veían en el cundir,
que Dios les hacía que cundiera.

Lo veían en la Paz,
que Dios hacía que tuvieran.

Ella echaba tres "puñaos",
y salía una olla llena.

Disfrutaba repartiendo,
aunque nadie a ella viera.

Ya se iban los chiquillos
hasta llegar otra fiesta,
que el día que era de misa,
fiesta decían que era.

Este Dictado te ha dicho
lo que es amar a Dios
sin pizca de sacrificio.


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Libro 6 - Dios Manda en Su Gloria Que Enseñen - Tomo I - Pag. 194-195-196

martes, 3 de julio de 2012

Satisfacciones Divinas y satisfacciones de la carne

En Sueño Profético decían:

El hombre, con frecuencia, se olvida de Dios; él quiere o cree prescindir de Él, sin saber que antes que abra los ojos, ya sabe Dios que los va a abrir. Esto, tienes que vivir vida espiritual para comprenderlo.

Si el tiempo que emplea el hombre en lo material, le dedicara una cuarta parte a la enseñanza del espíritu, el espíritu moldearía a la carne a que se comportara sin trabajo ni sacrificio. Éste si que era el auténtico cristiano.

El avance cultural viene como anillo al dedo para los espíritus diabólicos.

La carne se comporta como manda el espíritu.

El desnudismo y el libertinaje no son de la Escuela de Dios.

La carne obedece más al mal que al bien.

La clase es sencilla: el diabólico, obliga; el espíritu de Dios deja Libertad mientras están juntos espíritu y materia. Una vez soltada la materia, ya el espíritu queda con Dios o sin Dios.

Desperté, oí:

Por eso el Profeta no tiene descanso: sabe que el espíritu tiene poco tiempo para rectificar.

Las satisfacciones de la carne son tan vanas, que raras veces no son sufrimientos sus recuerdos.

Las Divinas son fervorosas, con tal fuerza, que hacen que disfrute el oyente, olvidándose de todo cuanto le ofrezca la materia.

AGUSTÍN DE MÓNICA


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Libro 8 - Dios No Quiere, Permite - Tomo I - Pag. 134-135

lunes, 2 de julio de 2012

Este padre amaba a su hija, pero no a Dios

En Sueño Profético decían:

El hombre no puede detener el espíritu a la carne por mucho que el hombre quiera esta carne.

Me contaba a mí un aperador –que era amigo de mi padre–, que un día, cuando estaba en la plaza reunido con unos cuantos que allí se juntaban por conocer al Maestro –oían hablar de Él, pero no se decidían por tener amigos que no querían al Maestro–, se acercó otro al corro y les dijo:

   –¿Sabéis si pasa por aquí el Maestro?

Y uno contestó:

   –Yo ya estoy viniendo varios días, y Lo veo pasar. ¡Allí viene! ¡Se ve que es Él por el montón de gente que viene!

Se dejó ver para los que Lo amaban y también para los que sus bocas Lo ofendían.

Se acercó éste a Dios Hombre y con el cariño de padre para un hijo, pero no de Amor a Dios, Le dijo:

   –Vengo en busca tuya para que me mandes a quien pueda curar a mi hija, aunque pague el dinero que me pidan por su curación. Yo, como padre, no regatearé nada de lo que me pidan, lo que quiero es la curación.

Salió la Voz de Dios Padre en la Carne de Dios Hijo y dijo:

   –La curación de tu hija hecha por el hombre es tan difícil como que pudieras que un hombre te trajera un puñado de aire, un puñado de agua, un puñado de sol y un puñado de oxígeno. Tan difícil es esto, como querer que el hombre mantenga al espíritu dándole movimiento a la carne. Todo lo nombrado y esto, es Poder de Dios Padre obedeciendo a Dios Hijo. Todo lo creado obedece a la Voz del Cielo, que es Dios Creador. Pídemelo a Mí y Yo se Lo pediré a mi Padre, y la enfermedad obedecerá a su Mando.

Desperté, oí:

El aprender a amar, lo aprendes amando mucho.

Este padre amaba, él quería a la hija. Pero si a Dios no amaba, no podía amar a nadie.

Quería coger a Dios para que Él rogara al hombre la curación de su hija.

Dios sabía y vio que a Él no Lo buscaba, y Dios era el único que podía curarla.

Lo mismo era clavarle sus Pies, que dudar de su Poder.

Cuando Le decían: “Maestro, si Tú quieres, me curas”, pocos seguían enfermos.

A Dios no puedes llamar sin que la contestación sea dar.


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Libro 10 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo I - Pag. 144-145-146

domingo, 1 de julio de 2012

Estos síntomas tienes que vivirlos

En Sueño Profético hablaban de las reacciones que siente la materia cuando el espíritu tiene comunicación con lo Divino.

Había uno, como vestido de fraile, o sea, de blanco. Éste se perdía la figura y seguía hablando, y de pronto, otra vez se veía. Hablaban de mí diciendo:

Ella puede dar explicaciones que ahora no hay quien pueda decir con la exactitud, la abundancia y la seguridad que ella tiene. Ella ve, siente y se llena del Espíritu de Dios, para poder enseñar y transmitir esta Esencia. Siente el Arrobo mayoría de veces, le dictan los Mensajes en el momento en que los sentidos tienen que hacer uso de la materia. Anterior a esto, le hacen que viva su Gloria. Allí la llenan dándole su Mensaje, para que el Ministro lo cunda y enseñe al seglar. Los espíritus de esta Gloria le hacen a ella que conozca al espíritu que es de Aquí, y el que dice que es de Dios. Éste que “dice” que es de Dios, es al que mejor conoce, porque este “dice” no es de Dios.

Ya despierta, oí:

Ella responderá a síntomas notados, que el teólogo no sabrá preguntar.

Estos síntomas tienes que vivir y que Dios te haga que los sientas.


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Libro 7 - Investigaciones a la Verdad - Tomo I - Pag. 61