En Sueño Profético decían:
Sin Amor a Dios,
salen las palabras, pero no la acción.
Sin Amor a Dios,
no consigues del Cielo lo que consigue el Amor.
Sin Amor a
Dios, no aceptas aquello que Dios permitió.
El Amor es
fragua que espera al hierro, que por duro que sea, la fragua le puede al
hierro.
El Amor sin
Dios es fragua sin hierro, sombrero sin cabeza, jaula sin pájaro dentro.
Ya dijo Teresa
de Ávila:
Este Amor, al que lo sienta,
nada le cuesta trabajo,
siendo para
que a Dios quieran.
Este Amor es contagioso
en las alegrías y en las penas,
en la risa y en el llanto,
pero tienes que poner
presencia de Dios hablando,
y todo hacerlo por Él,
y quitarte el cansancio,
pregonando este Amor,
y siempre ir de Dios hablando
y pregonando el secreto
que el hombre
quisiera tener callado.
Yo retiraba el silencio
que querían que tuviera,
porque me sentía por dentro
Lumbre
encendida que quema.
Cuando salían las palabras,
el Amor abría la puerta,
que yo le llamaba puerta a la boca,
y llamas a mis
palabras.
El que no ha notado este Fuego
es el que manda
que se callen
estas Palabras.
Desperté, oí:
El que se siente este Amor,
ya vive de pregonero.
Unas veces pregonando alegrías,
y otras veces,
con llanto por
dentro.
¡Ay llanto que no conoce
el que este
Amor no sienta!
¡Ay llanto que si hay Amor de Dios,
vas alegrías dejando!
Que estas alegrías van
a la Gloria
acercando.
Yo, cuando me ponía a hablar
del sentir que tenía dentro,
no había quien me callara,
porque mi camino era
hablar fuera del convento
lo que dentro
me pasaba.
Si otra vez tuviera cuerpo,
verían a la misma Teresa
hablando y despreciando
el silencio.
¡Ay silencio que yo admito
para todo lo
mal hecho!
¡Ay silencio que te eché,
y Dios me
trajo a su Reino!
Si Dios te diera algún Mando,
apártate del
silencio.
***
Libro 26 - Dios Comunica y Da Nombres - Tomo III - C8
Se podrá serenar el mar con las manos antes que callar al enamorado de Dios
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