La conciencia

En Sueño Profético decían:

Hoy va la Enseñanza a la palabra conciencia.

Dijo uno:

La conciencia no actúa en la visión que utiliza el pecado. Pongamos comparaciones y vayamos aceptando con razón querer tener, o con razón de este Mando:

¿Cómo se defendería conciencia cuando a un cajero lo vieran guardándose gran cantidad de dinero, sin intención de robarlo? ¡Era para en su casa comprobar numeración de billetes, que al día siguiente otra vez irían a caja! Éste, para el que lo viera, haría pecado de escándalo. Aquí no actúa conciencia, por ser visión de pecado.

¿Y una mujer muy cansada, que deseara descanso, y viera acostado a un hombre, y en sitio bien separado llegara a acostarse, sin llegar el hombre a despertarse? ¡Para todo aquél que la viera, sería pecado de escándalo…! Aquí no actúa la conciencia, por ser visión de pecado. ¿Qué dirían los que los vieran, si ellos no respetaron las Palabra de este Dios cuando le dijo al pecado otro nombre aún mayor: “pecado de escándalo”. Por ser pecado que tú quieres abrigarlo, por ser pecado que no has hecho, pero lo vas publicando, llevándolo en candelero, diciendo: ¡Esto no es malo! ¡Si mi conciencia está limpia…!

Ahora piensa pensando: ¿Y si tú a otro enseñas a que te vaya copiando, y se olvida de conciencia porque allí no está actuando, y acaba sin conciencia, efectuando pecado…?

Desperté, oí:

Mira el fuego, como fuego;

el agua, como que moja;

y las cosas de Dios,

como que salen de Gloria.

No juntes nunca lo sucio

con lo que ya tienes blanco,

porque lo sucio ya suelta

lo que no suelta lo blanco.

Coge siempre tu conciencia,

para que tú nunca pienses:

¿por qué no hice vida buena?

Coge siempre tu conciencia

para hacerle estas preguntas

y que oigas estas repuesta.

Haz todo pensando en Dios,

y antes de pensar, piensa:

“Señor, mándame la muerte

antes de que muera mi conciencia”.

Las preguntas, guárdalas,

y publica las respuestas.

Porque conciencia se esconde

en los que pecado crean.

La conciencia se retira   

en visión que en pecar crean.

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Libro 14 - Dios Manda en Su Gloria que Enseñen - Tomo II - C3