En Sueño Profético decían:
Si confías en el que Dios le manda, tú vas repartiendo esta confianza. Que es seguir camino que a Dios nunca enfada. Es camino duro para el que poco ama. Por esto, cuando Dios elige, tú ya Lo buscabas, y en Él ponías toda la confianza.
Dijo uno:
¡Cuánto puede aprender el que participe de esta Enseñanza! Que no son palabras sólo dichas, que quedan escritas para que el que quiera las estudie y aprenda esta Carrera Divina, que el título lo da la Gloria y sólo tiene dos asignaturas: Amor a Dios y Amor al Prójimo como a ti mismo. Esto hace que tú sientas lo que a otro le pase, y ya acudes con Dios delante, que es el que ve lo que no ve nadie.
Desperté, oí:
¡Que distinta es la Enseñanza de
Dios
a la enseñanza del hombre!
La de Dios te acerca al Prójimo,
que allí está Dios.
La del hombre intenta anular
la Presencia de Dios.
El Lugar que Dios manda
nunca podría aconsejar
algo que a Dios enfadara.
Al contrario:
quisiera hacer lo que manda,
para evitar protestas
en silencio o en palabras.
No dejes estos estudios
que Dios a la Tierra manda.
Que luego Aquí te servirán
cuando Dios te dé llamada.
***
Que trabajito cuesta creer que Dios todo lo está viendo
ResponderEliminarSi de verdad se creyese que estamos en pleno examen, con Dios observando hasta lo más mínimo,que hasta el más ligero pensamiento queda en el libro de la vida anotado! El comportamiento sería muy otro del que la humanidad demuestra.