lunes, 12 de octubre de 2020

La vida que tiene el árbol es porque Dios se la ha dado

En Sueño Profético decían palabras que no están en ningún libro, pero que de cada palabra se hacía un libro. Se van a dictar unas de ellas:

El que no ama, ve sacrificio hacer lo que hace el que ama.

El que vive Presencia de Dios, tiene que buscar el Mando de Dios yendo al Prójimo, porque sabe que en el Prójimo está Dios.

No hay satisfacción mayor, que pensar: “yo Le sirvo a Dios”.

Si el bueno no le diera importancia a lo bueno, haría a más buenos, y a Dios contentaría.

El bueno que no usa lo bueno, puede ir al sitio que fue el malo.

Si tú tienes más altura, puedes coger mejor la fruta del árbol. Pero tendrás el deber de darle de esa fruta al enano cuando pienses: “La vida que tiene el árbol es porque Dios se la ha dado. El árbol me la da a mí, y yo se la doy al enano”.

Desperté, oí:

Si eres de Dios y sabes de letras,

haces libros con estas sentencias

que dicen en el Cielo y dictan para la Tierra.

Lo bueno que enseña Dios

le puede a lo malo que enseña la Tierra.

Pero tienes que aprender tú

y enseñar a que muchos aprendan.

Decían en el Cielo

(que es donde está la Gloria)

que el hombre bueno de Dios

se destacaba en la Tierra.

Porque sentía la avaricia

de que muchos a Dios quisieran.

Esta avaricia da Luz,

escándalo y protestas.

Luz para que veas el Camino

que a la Gloria te lleva.

Escándalo, porque algo vive en ti

que la quietud no te deja.

Y protestas del que quiere en ti el silencio

hasta que tu cuerpo muera.

***

Libro 30 - Investigaciones a la Verdad - Tomo IV - C5 

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