martes, 24 de agosto de 2021

Si estás sano, busca al enfermo, si estás enfermo, busca al sano

En Sueño Profético decían:

Si estás sano, busca al enfermo. Y si estás enfermo, busca al sano.

Es más fácil que te caigas si estás cojo, si a otro cojo vas enganchado. Pues si cojo no eres, busca al cojo para ayudarle en los obstáculos. Esto en la vida del cuerpo.

En la Vida del espíritu, si conoces el pecado, debes ir a buscar a aquél que veas pecando. Y si haces vida en contra del pecado, entonces debes ir buscando al equivocado, para hacerle comprender que vive vida de engaño, y puede que con razones lo metas en el rebaño donde a Dios de Pastor tiene. Pero si vives pecado, ¿qué palabras le vas a decir al que esté pecando?

Es de sentido normal, que si tú retienes llanto, no te vayas a oír a otros que estén llorando, porque en vez de dar razones para achicar el sufrir, tus palabras y tu actuación harán el llanto más largo.

El manco le ayuda al cojo, y el cojo le ayuda al manco, pero es uno de pierna y otro de brazo.

Desperté, oí:

Busca ayuda para tu sufrir

nombrando a Dios del Cielo.

Quítale sufrir al que puedas

y de Aquí te llegará Premio.

Porque la ayuda en el Prójimo

es cumplir un Mandamiento.

Si estás sano, busca al enfermo,

y ya estarás a Dios sirviendo.

Y si enfermedad tuvieras,

de espíritu o de cuerpo,

busca al sano

que su espíritu a Dios sirva.

Dando de comer al hambriento

y al desnudo vistiendo.

Pero si tú estás descalzo

y vas, para que te dé zapatos,

al que descalzo ves,

ni recibes ni estás dando.

Esto es buscar al enfermo

cuando tú has enfermado.

Y ocuparte del que vive

bastante adinerado,

cuando tú tienes lo mismo.

No hay peso si la balanza

queda sin movimiento.

Tiene que bajar un plato

cuando otro está subiendo.

***

Libro 75 - Meditaciones y Palabras Directas con el Padre Eterno - Tomo VIII - C4

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