En Sueño Profético decían:
No temas decir que eres Elegido
de Dios para cundir sus Palabras, diciendo que éstas son dichas y dictadas por Él hoy, y que son las mismas que dijo cuando bajó a la Tierra a vivir con el
hombre para enseñarle de su Gloria.
Siendo la Enseñanza de Dios
siempre la misma, el adelanto y la cultura la cambian por otra, y la mayoría
sigue a esta última.
Son pocos los que cumplen las
Palabras de Dios. A los niños, en los colegios, les niegan su Enseñanza. Este
negar es abrirle las puertas al pecado. En esto entran las guerras, el matar
los cuerpos, el morir de hambre. Y ya, el más grande pecado es: el que a Dios
representa, romper la “carne que Dios unió” en la iglesia, Casa de Dios,
uniéndola a otra carne, diciendo las mismas palabras: “Carne que Dios unió, no
hay quien la rompa”. Pero el no creer, hace que esto se convierta en
prostitución, poniéndose el traje que representa la virginidad de espíritu y
cuerpo.
Repetían en la Gloria, que no tema
decir que Dios me habla en su Gloria, a mi espíritu, sin cuerpo. Y cuando le da
las Palabras, ya el espíritu las lleva al cuerpo.
Verán ,que cuando el espíritu
entra de nuevo en el cuerpo, es cuando el Mensaje dice: “Desperté, oí”. Esto se
dice para que no confundan lo que es una aparición o visión, con estos
Mensajes, que son Enseñanza para que el cuerpo viva para no perder la Gloria.
Desperté, oí:
Decían los espíritus de Dios en
la Gloria, que si siguieran la vida de este Elegido, la duda haría perder la
Gloria.
A este Elegido le ves alegría
todas las horas del día, teniendo encerrados los sufrimientos.
Duerme pocas horas, y sin enfado
y sin llamada, el cuerpo deja la cama. Aunque donde duerme, no le va el nombre
de cama.
Esto lo saben los que hacen su
mando con alegría. Y lo hacen porque saben que su actuación es Mando de Dios.
También dicen que se diga, que el
despertar después de dormir pocas horas, es despertar sin reloj y sin llamada.
El despertar es, cuando el arrobo
termina y sigue Dios hablando o mandando con su Poder, que es cuando en el
Mensaje se dice: “Desperté, oí”.
Esto es una Enseñanza que debería
ser obligatoria, y más a Dios buscarían.
Pero no en los sufrimientos. Lo
buscarían por Amor y no perder la Gloria.
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Libro 60 - Dios No Quiere, Permite - Tomo VII - C5
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