En Sueño Profético decían:
Las cosas de Dios con las del
hombre tienen gran diferencia. Las cosas de Dios no pueden estar secretas. Que
a más escándalo, más ves que no son de la Tierra.
Cuando Dios da sus Palabras, al
que se las da, lo premia. Pero no es premio para él sólo, es también premio
para el que a Dios busque y Lo quiera.
Dijo uno:
Yo, cuando viví con cuerpo, me
oían mucho estas palabras: “No es lo mismo buscar a Dios por Amor, que buscarlo
para pedirle lo que quieres en la Tierra y no puedes alcanzarlo porque mucho
dinero cuesta. Tú, ámalo como Él te ama, y Él ya verá lo que te hace falta para
más acercarte a Él. Y una vez que sientas sus Presencia, ya nada tendrá valor,
de las cosas de la Tierra”.
Las cosas de Dios son con una
altura que no tienen comparación.
Este escándalo es un escándalo
que tiene que quedar en archivos, y muchas veces tiene que ser nombrado. Que
esto hace que hablen de los reconocimientos que el Elegido tiene guardados.
Desperté, oí:
Todo lo que Dios ilumina o dice
en arrobo, no es para el Elegido.
El Elegido ya es uno más del
Reino de Dios.
Porque él buscó Amor y Mando para
hablar de la Gloria y quitar del pecado.
No pasa día en la Gloria sin que
se oigan estas palabras:
“Consolar al enfermo es el mejor
medicamento”.
La petición del Elegido para el
enfermo es: “Señor, cúralo o llévatelo dormido”.
***
Libro 45 - Te Habla El Profeta - Tomo VI - C4
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