En
Sueño Profético decían:
Si
siguieran al que Dios manda, verían que no son de la Tierra sus actuaciones y
sus palabras. Tiene algo que difícil sería copiarlo, que es buscar sufrimientos
para aliviarlos, y hablar de Dios, de su Gloria, del Perdón y del pecado.
Dijo
un espíritu que Dios le mandó para que hable desde su Gloria:
Este
Caso es tan verdad como lo es el Evangelio. Pero aquí tiene más ventajas el que
esté a este Elegido oyendo, porque Evangelio es la Palabra de Dios, antes
dicha, hoy diciendo. Y aquí no es sólo dicha, porque con el Poder de Dios es
dictada y queda escrita.
Desperté, oí: que
Se van
a seguir diciendo Palabras que más veces ya se han dicho:
No es
creer en Dios el saber la vida que hace el Elegido y responderle peor que si no
fuese Elegido.
Por el
Permitir que Dios está dando, más se ve que Dios está actuando.
Los
espíritus del mal intentan cambiar la forma de escribir el Dictado, para que se
vea mal hablado.
Pero
el Amor de Dios supera a los que quisieran que este Elegido no escribiera estos
Mensajes.
El
despertar fue pronto y poco hablaron en el “Sueño”.
Ya
despierta, al escribir, no parecía su mano ni su letra.
Dios
deja Permitir y ya aprende más el que Dios trae Aquí.
Aquí
se puede ver que el Elegido tiene Poder.
Estas
Palabras en silencio decía:
“¿Rompo
la hoja o la dejo?”.
El
Poder de Dios le hacía que pensara que así más la creerían.
Querían
que la mano se fuera por donde mal quedaría.
Señor,
no me enfado –su interior repetía.
***
Libro 48 - Investigaciones a la Verdad - Tomo VIII - C4
No hay comentarios:
Publicar un comentario