jueves, 23 de junio de 2022

Señor, Te pedimos

En este Sueño Profético se oían varias peticiones, pero todas con más de una voz. Era como cuando se ensaya algo para que al oírlo tengan que pararse y pensar en ello. Éstas eran las Palabras que se oían:

“Señor, Te pedimos que no le falten las fuerzas a este Elegido”.

“Señor, Te pedimos que su Amor cada día más lo vaya cundiendo, diciendo las Palabras que oye en tu Reino”.

“Señor, te pedimos que tu Mando no le falte y que aparte los sufrimientos que el que no ama ni cree le puso y le sigue poniendo, persiguiéndolo los espíritus que están en contra de Dios y al servicio de Satanás”.

Ya quedó sólo una voz, con Mando de Dios, y esta voz decía:

“Cuando Dios elige para dar Enseñanza, es cuando los espíritus del mal más persiguen a los que están cerca del Elegido. Pues esto se ve aquí, en este Caso, que como él no hay otro con esta abundancia de Palabras. Este Caso tiene la soledad como acompañante, y el hombre no disfruta de este Premio tan grande. Muchos se darán cuenta de esto cuando sus cuerpos no sirvan en la Tierra y se vean enterrados”.

Desperté, oí:

¡Con qué gana se oían en la Gloria a los espíritus que ya están allí pedir por el Elegido para achicar el sufrir!

Pues igual que piden en la Gloria, en la Tierra se puede pedir.

Pero tienen que este Mando cumplir.

Mando que, al que Dios elige, se lo ha dado para que lo practique.

Si Esto es Verdad del Cielo, a lo que el Elegido diga, si el que está a su lado le da desprecio, ya le está dando, a los espíritus que no son de Dios, premio.

Decían en el arrobo, que no aceptar lo que el Elegido estaba diciendo, era no creer, o creer y no amar.

Los espíritus que le hagan el mal al Elegido, pueden estar en peligro.

En peligro para la Vida Eterna, que es una Vida que no se acaba, por ser Vida Eterna.

En este Sueño también se vio el milagro de la Luz que se desprende del cuadro que hay, en la habitación del Elegido, de la Última Cena de Dios con sus Discípulos.

Se vio la habitación con rayos de Luz, hasta que el Elegido despertó. Entonces desaparecieron.

***

Libro 55 - Investigaciones a la Verdad - Tomo IX - C2

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