En Sueño Profético decían:
La noche que ha traído a este día en el
que Dios manda que se dicten estas Palabras, ha sido noche de Amor, camino de
una montaña.
Primero se vio un llano grande y un
camino que subía a la montaña. En este camino había muchos esperando a Dios
Hijo, Maestro para sus Discípulos.
Ya dijo un espíritu de la Gloria que
cuando vivió su cuerpo conoció esto que se está diciendo:
Yo estaba en la montaña, y cuando llegó
el Maestro, todos, con alegría, se iban acercando. Yo no podía acercarme porque
no lo merecía. Pocas veces llegaba donde todos estaban. Siempre, atrás me
quedaba. Esto me agrandaba el pensar: “Yo no merezco pisar el monte que pisa el
Maestro”. Estando pensando estas palabras, se presentó el Maestro, y de tantos
grupos como había se acercó al que yo estaba, y poniendo su Mano en mi hombro
dijo estas Palabras:
“Ya puedes ir pregonando que el Maestro
quiere que te unas a sus Discípulos. Pero que estas Palabras sean dichas en
público, porque puede que les sirvan a muchos que tuvieron sufrir grande por no
seguir al Maestro. Cuando se hace algo mal que no quisiste hacer, es cuando te
llega gran arrepentimiento”.
Desperté, oí:
Han sido las Palabras de Dios las que se
han dictado.
Han sido más las Palabras que la Visión.
La Visión fue una nube grande, como manto que a Dios cubría.
Ya se vio llegar la nube a un grupo y
ponerse la mano de Dios Hijo en el hombro de uno, diciendo las Palabras que se
han dictado.
Ya sigue el que se juntó con los Discípulos
por Mando de Dios:
Mi crecimiento fue con gran castigo, para
que yo no siguiera a los Discípulos.
Veinte años yo tenía, y el Nombre de Dios
o del Maestro, si en mi casa lo pronunciaba, la comida no me daban. Me decían
que buscara otra casa.
Mis noches se hacían largas, porque mi
pensar era: “Si yo con los Discípulos me juntara, creo que mi casa me sobraba”.
Pues este pedir el Maestro me concedió, y
no tuve familia por no querer ésta a Dios.
A muchos entré en la Gloria cuando el
Maestro puso su Mano en mi hombro, que fue mi Perdón.
Si crees que hiciste mal el tiempo que de
Dios estuviste retirado, acuérdate de este Mensaje que es por Dios mandado.
Ya termina el Mensaje con estas Palabras:
A los que más les pertenece estar a tu
lado, piensa que son cogidos, sin darse cuenta, por los espíritus del mal, como
en el Sol sale el nublado.
El que sirve al Elegido, ya tiene de Dios
su Renta, que no tiene día ni fecha.
***
Libro 64 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo VIII - C3
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