En Sueño Profético decían:
¡Qué sencillo
es lo sencillo cuando sencillo lo pones! Y difícil pone el hombre lo que
sencillez tiene.
Dijo uno:
¿Habrá cosa
más sencilla que ver lo que es de Dios o lo que es del hombre?
Aquí sobran
las palabras. La acción sin voz te responde. Pues piensa lo difícil y trabajoso
que te lo hace ver el hombre.
La sencillez
tiene un sello para demostrar lo grande. En aquello que ves sencillo, piensa:
“¡Después vendrá algo grande!”. De Dios no puede ser trabajoso su Mando ni su
Lenguaje, porque ya sería un Dios sólo para intelectuales de esa materia, pobre
y sucia, que siempre termina con cuidos y sin cuidarla.
Dios es
sencillez Divina, y sus Palabras llegan antes al espíritu que a la carne. El espíritu
no necesita libros, que de él ya libros salen.
Un rudo puede
mover a cultos y universidades, cuando Dios dicta al espíritu y el espíritu a
la carne.
Desperté, oí:
La sencillez se retira
de lo que no
viene al Cielo.
Dios enseña sencillez al espíritu,
y el espíritu
ya al cuerpo.
Por eso, el Lenguaje de Dios
es fácil
entenderlo.
El hombre jamás dirá
que Dios tiene preferencia
por el rudo o
por el intelectual.
Lo que pasa es que en el rudo
acampa más la sencillez
y ha dicho más veces:
“¡Dios mío, sin Ti,
qué voy yo a
hacer!”.
Aquí Dios hace más Presencia
en Imagen o en Acción,
porque adora,
y jamás haría reforma
al Mando que
diera Dios.
Es la sencillez
la mayor inteligencia
para vivir esa vida
y para llegar
a Ésta.
***
Libro 22 - Investigaciones a la Verdad - Tomo III - C3
Es en los sencillos y humildes donde se notan más las Obras de Dios.
ResponderEliminarSolo hay que mirar a La Virgen María,Primer Sagrario de Dios.