martes, 5 de enero de 2021

Dios siempre está en el Prójimo

En Sueño Profético vi el campo, y varios hombres talaban unos árboles.

Estando uno subido bien alto, y haciendo este trabajo tan pesado y de sacar tanta fuerza de su cuerpo poco alimentado, vieron que se cimbreaba, y le dijo uno:

   –¡Baja y no continúes la faena, que puedes darnos un susto!

No hizo nada más que bajar y quedó desmayado en el suelo. Estaban todos alrededor cuando se presentó el dueño de la hacienda, y mandando que cada uno cogiera el hacha, hizo que continuaran su trabajo, quedando el hambriento solo.

Pasando el Maestro con sus Discípulos y viendo lo ocurrido –pues Él pasó porque ya había visto el hecho– mandó que se salieran las hachas de los palos, como protesta al ingrato dueño.

Aquel cuerpo ya no tuvo

ni el menor movimiento,

fue echado en una carreta

y llevado al cementerio.

Aquello se fue comentando

donde había campo y dueño,

y no encontró quien talara

ni quien le sembrara aquello.

Quedando aquellas hectáreas

de vivienda para los cuervos,

de vivienda sin comida,

que comida llevarían ellos.

Este dueño ya quedó

sin ser dueño de aquello,

se ocultaba cuando oía:

“Aquí ocurrió aquel hecho”.

Iban de todas las comarcas

a ver aquellos terrenos.

No se veía ni una hierba,

ni en verano ni en invierno.  

Desperté, oí:

Dios siempre está en el Prójimo, consolando al afligido y esperándote a ti.

Dios estaba en el árbol, para que no cayera. Una vez que bajó, se llevó su espíritu.

Dios era el leñador, y el dueño era el fariseo.

Abraza al Prójimo sin pensar en Prójimo, pero sí en Dios.

Hay quien cree que al decir Prójimo, dice algo que está lejos de Dios.

Dios no se enfada si dices: “¡Hasta mañana, si el Prójimo quiere!”.

***

Libro 3 - La Palabra del Creador - Tomo I - C7

1 comentario:

  1. Solo Dios puede dictar un hecho así.
    Con poquitas Palabras, narra la historia entera.El Amor de Dios es el protagonista, el fariseo el perdedor
    Y cómo acaba el Mensaje!!!!!
    Hasta mañana si el Prójimo quiere!!
    Esto no es ocurrencia de nadie, esto es Dictado de Dios.

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