En Sueño Profético decían:
Si el hombre creyera en el
espíritu como cree en el cuerpo, no podría hacer nada para ofender la Ley del
Cielo.
El espíritu siempre tiene a espíritus
de compañeros, que son los que te llevan al contacto con Dios, o los que te
empujan para perder este Reino.
Dijo uno:
Esto, si lo estudias, verás claro
el mal: querer tirar del cuerpo, bien poniendo escenas delante de otros que estén
viviendo sin el contacto con Dios y tengan cuadros colgados dándoles el valor
del oro. O por donde quiera que vayan, al verlos, les hagan inclinación por
tener gran importancia. A éstos, si no son de Dios, los espíritus diabólicos
los acompañan. Que éstos son los que acuden, cuando tú no estás con Dios, para
que hagas cosas malas de acción o de palabras.
El espíritu de Dios siempre lleva
al cuerpo como jinete al caballo.
Desperté, oí:
El cuerpo más se inclina a lo
malo que a lo bueno.
Por eso, esta Enseñanza te descubre
los secretos del engaño que el Demonio quiere hacerle a tu cuerpo.
Cuando pienses lo que Dios no
tiene puesto en los Mandamientos, ponle desprecio con ira y no perderás el
Reino.
Que es el premio que Dios tiene
para el que su Presencia viva.
Los espíritus de Dios no te
obligan.
Pero si tú quieres vivir la Paz
de Dios, ellos te aconsejan y te quitan.
Pero tú tienes que ayudar con la
oración, maldiciendo y despreciando lo que no es de Dios.
Pon tu espíritu de jinete, pero
jinete de Dios.
***
Libro 30 - Investigaciones a la Verdad - Tomo IV - C7
La firmeza la da la plena confianza en Dios, con la oración y andar siempre mirándole a las manos al enemigo de Dios.
ResponderEliminarQue su disfrute es destrozar la obra del Señor.