No quería dormirme para pedir a
Dios más veces esta petición que no me podía quitar del pensamiento: “Señor, el
que pueda llevar estos Mensajes lejos y no lo haga, que ni dormir ni comer
pueda hacer con tranquilidad, pensando en Ti”.
En Sueño Profético decían:
Al que le llegue esta petición,
ya le llega premio. Al que no le llegue, es vivo y muerto. Vivo para el pecado,
muerto para el Cielo. Pues aunque hiciera el servicio como muchos lo han hecho,
ha sido a la fuerza, y Aquí ya queda por muerto.
Dijo uno:
Intranquilidad
por querer servir a Dios,
ya viene del Cielo.
Y donde ves montaña,
Dios pone sendero.
Y ya todo lo ves fácil,
y estás durmiendo despierto.
Porque el primer recordar
cuando despiertas del sueño,
es pensar: “allí voy,
allí digo lo que está ocurriendo”.
“No puedo quedar tranquilo y sereno,
tengo que buscar en caminos cerca,
en caminos lejos,
hasta que no puedan
guardarle silencio”.
Desperté, oí:
Es una intranquilidad grande,
como te llegue el pensar:
“yo puedo hacer,
yo no debo callarme”.
Pero en esta intranquilidad
te viene el gozo más grande
cuando piensas: “¡Qué alegría,
yo, divulgar los Mensajes!”.
A esta alegría
le huye la pereza
y te acude claridad
dónde tienes que llamar
para que abran la puerta.
Desconfianza y pereza
son dos personajes que,
al hombre, de Dios alejan.
Pide intranquilidad,
para siempre estar pensando:
“Señor, dame Luz, que yo cunda
lo que hoy estás hablando”.
Si esta intranquilidad te sientes, piensa:
“Dios, Premio ya me ha mandado”.
***
Libro 21 - Te Habla El Profeta - Tomo III - C3
De verdad que es una Alegría muy grande divulgar estos Mensajes
ResponderEliminarLlevan Premio mayor todos los que abracen estos Escritos con Amor