domingo, 23 de mayo de 2021

Yo no lo veo, pero lo estoy viendo

En Sueño Profético decían:

Es sufrimiento grande querer enseñar lo que de la Gloria sale.

Siendo una cosa tan grande tienes que ir moldeando, como el alfarero, para no enfadar a nadie. Que este curso se termina con una Ley que Dios mande.   

Dijo uno:

En todo lo de la materia tienes confianza en el que enseña. Y el que enseña, no admite retirar su enseñanza, admitir de un alumno, de uno que viva su cátedra. ¡Cuánto mal haría a los presentes y a los que allí no estaban! Pues mucho más daño haría tener Dios un espíritu para enseñar del espíritu, siendo una persona normal, pero no normal de espíritu.

Este espíritu siente antes de ver imagen. Y conoce a los espíritus malos que quieren hacer el engaño de buenos. Los espíritus del mal hacen más daño presentándose con buen difraz que con el suyo diabólico.

Desperté, oí:

El que enseña en lo material, no sufre ni cobra. El que enseña del espíritu, a las palabras que dice le salen muchas en contra.

Él dice: “Yo no lo veo, pero lo estoy viendo”.

Conoce la palabra que el espíritu del mal ha dejado aunque tú la veas buena.

Aquí es donde más engaña: comida mala presentada por buen cocinero.

Si el estuche es presentado, das las gracias muy contento, porque esperas un valor que puede que no esté dentro. Pero el engañó triunfó.

No hagas ni más ni menos, pero sí el Mando que va de Dios.

***

Libro 22 - Investigaciones a la Verdad - Tomo III - C7

1 comentario:

  1. Querer engañar al Profeta es señal de no creer ni en Dios ni en el Profeta.
    Una vez que el que actúa es Dios y a Dios nada le está oculto.

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