En Sueño Profético hablaban de la Enseñanza del Maestro.
Dijo
uno:
Vosotros
los Discípulos sí que veríais hechos asombrosos. A mí me contó algunos un tal
Cebedeo, que creo tenía amistad con Tomás. Me contó un pasaje con una mujer que
era pecadora, y que con Pedro ya había tenido varios altercados: ella,
queriendo convencer a Pedro, y Pedro a ella, a la que Pedro tuvo que dejar como
desecho.
Dice
Matías que estaban cuatro Discípulos y él con el Maestro, y se acercó esta
mujer, y no le dio tiempo de decir nada más que:
–Maestro, quiero hablar contigo…
Contestándole
el Maestro:
–Si
quieres hablar conmigo, querrás hablar con Pedro, que habla en mi Nombre,
porque Yo le doy Palabras y Mando. Pedro te puede oír más que Yo, ya que Pedro
no puede decir nada más que las Palabras que yo le doy. Luego te hablará más
Palabras, pero no son mandatos. Yo tan sólo digo Palabras de mi Padre, que Esto
es Dios. Con Pedro Puedes ponerle disculpa, cuando las palabras sean suyas,
después de repetir el Mensaje.
Y
subiendo un poco la Voz, con Eco de Dios, dijo:
–Vete
y ya nunca más busques al que mis Palabras predica, porque tu presencia quita Paz
a los espíritus que quieren ser de mi Padre y venir en mi busca.
Despierta, oí:
Esta
mujer de mal vivir, quiere trabucar a Pedro.
Todos
los días lo esperaba porque su ruta sabía.
Ella
y otra pecadora querían que de Pedro hablaran, y Pedro quería que ella con el
Maestro se encontrara.
Antes
que Pedro pensara el pensar, ya el Maestro lo sabía.
Con
el Maestro no pudo tener ni un “sí” ni un “no”.
Cuando
ya lo vio de pie y con el Eco de Dios, las dos se fueron llorando, diciendo:
“Éste es Dios”.
Aquí te dice el Maestro
lo
que pueden sus Palabras.
Aquí te dice el Maestro,
que
con Pedro, si ama, basta.
Al que ama ya le sirven
las
Palabras que Dios manda.
Porque dichas o dadas por Dios,
es
lo mismo que si Él las habla.
Dios manda su Palabra,
porque era Dios de Carne
y la Palabra era Dios,
aunque
no vieran su Carne.
Antes o después las manda,
aunque vean otra carne,
pero las Palabras son
de
Dios Hijo y Dios Padre.
***
Libro 3 - La Palabra del Creador - Tomo I - C7
Cómo serían estas dos!!!
ResponderEliminarQue aún reconociendo que era Dios ,se van,quedando apartadas por El Señor.
El pecado, sí lo dejas,tiene fuerza hasta llevarte a la condenación.
Es mejor que llegue la lepra al cuerpo que oír Sentencia de Dios.