Dice más la acción que las palabras

En Sueño Profético decían:

Dice más la acción que las palabras. Las palabras pueden mentir; la acción, a la obra avala. La obra le hace escribir al escritor que a Dios ama.

Dijo uno:

¡Cuántos libros podría hacer de gran provecho el escritor que al Elegido por Dios lo siguiera! ¡Cuántos casos diferentes, siendo todo dentro del necesitado, dentro de la caridad! ¡Cuántos sufrir hay tapados! ¡Cuántos enfermos lo mismo, y todos qué variados! ¡Cuántos espíritus tristes, que cuando les hablas de Dios, en alegría han cambiado! ¡Cuántos te hablan de la muerte y se la piden a Dios al ver su cuerpo cansado, cansado de tantos golpes, de vivir los desengaños! ¡Cuántos chiquillos contentos, sin poder poner tristeza en lo que no están comprendiendo dentro de su misma casa –casa, porque tiene techo–! En cambio, vas a otros sitios y miras a los pequeños, y los ves con la mirada señalando cosas tristes, que no pueden explicar porque no saben su origen, pero viven la tristeza que los mayores les dan, con sus llantos, con sus voces, con sus porrazos al dar con algo que se tropiezan por el camino que van. De estos casos, el escritor, sacaría buena enseñanza, y el hombre sería mejor. Pues todo esto es la vida que vive este mandar.

Desperté, oí:

Han descrito muchas casas,

o viviendas porque viven

con su sufrir y sus penas.

Pero no se ha dictado

el que todo ahí le sobra

y vive con el sufrir

por darle desprecio a Gloria.

Éstos no pueden vivir

ni tranquilos ni contentos,

por faltarles este sentir.

De el que este sentir siente,

podría el escritor decir:

Es una vivienda con Paz.

Me metí un día a escribir,

y creí que era la Gloria,

y no me sabía salir.

***

Libro 14 - Dios Manda en Su Gloria que Enseñen - Tomo II - C6