martes, 31 de enero de 2012

Otro Dios no hay


En Sueño Profético decían:

Muchos pecan por no vivir con quien no peca. El pecado huye del que está al Servicio de Dios.

Estas Palabras eran muy dichas y oídas por todos los que convivimos con Dios Hijo:

“El que pronuncie mi Nombre y copie mis costumbres, no tendrán en él cabida los espíritus que están en contra de mi Gloria”.

Él enseñaba a que conociéramos cuando venían a engañarnos, cuando nos decían que había otros dioses.

Esto lo presencié yo terminando un Sermón en la montaña: paró uno al Maestro y quiso que le contestara si había más dioses que Él. Pues Él siempre decía: “Mi Padre habla en Mí. Yo hago lo que mi Padre Me manda. Yo soy el Padre y el Padre es el Hijo. Cuando vaya al Padre, vendrá mi Espíritu. Yo vivo en mi Padre y mi Padre vive en Mí”. Aquí hablaba de un Solo Dios hecho Tres por el mismo Dios que Aquí quedaba. Dios, que ahí mandaba y Dios en Espíritu que hablaba en la materia que Él quisiera. Pero Esto era un Solo Dios. Que Él era, por ser Dios, el que de un Solo Dios hacía Tres; y de Tres, un Solo Dios.

Cuando el Maestro les dijo unas Palabras de éstas, terminó diciendo:

“Vendrán falsos dioses, pero el que viva mi Doctrina, yo haré que el hombre Me vea –en el que practique mis Leyes–, y ya verán al mismo Dios, que es el Único: Dios Esencia, Dios que verán en Carne, y Dios en Espíritu”.

Desperté, oí:

En Esencia, el que se hizo Hombre.

Hombre, pero Dios y Maestro, al que vieron de Hijo. Y Espíritu es el mismo Dios sin Carne, convirtiendo a cualquier Lugar en Profeta.

Eco y Palabras que pronuncian, aunque este Lugar no tuviera voz.

Dios, con su Espíritu y Poder, manda los sentidos y las lenguas hagan lo que el Padre manda en Él.

No busques si hay otro Dios, porque otro Dios no hay.


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Libro 10 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados En Gloria - Tomo I - Pag. 157-158-159

lunes, 30 de enero de 2012

Dios nunca puede aceptar lo que el hombre le proponga


En Sueño Profético yo decía:

“Señor, yo quiero hacer lo que Tú quieras, aunque nadie lo vea bien; que se haga la Publicación con tu Mando, donde Tú quieras. Yo quiero que sea en la Iglesia, pero si Tú lo quieres. Señor, que pronto vea el mundo todo lo que Tú me dices”.

Salieron dos hablando, que no me dictan las Palabras oídas en Gloria.

Ya dijo uno:

Dios Hombre, invitó a unos, y viendo que no acudían, salió a la calle y llenó sus asientos con otros que no Lo conocían. Dios quiso que hubieran entrado los que Él invitó, pero permitió a los que Él era desconocido para ellos.

Dios elige un sitio para su Nacimiento; el hombre no acepta, pero Dios tiene que nacer. Dios que coge un sitio para hablar de Dios Padre, que se hace Hijo; es el mismo Padre, y el hombre quiere apropiarse para centro de pecados; pues ya pecaron cuando hacían tratos en sitio de oración, en sitio que Dios Hombre pisaba. Dios los arroja del Templo donde quería ver lleno de hombres, pero de hombres que a Él amaran. Dios quiere el Templo para que oyeran su Voz y la pusieran en práctica. Dios los echa, y Dios continúa su Enseñanza, que en ésta más aprendió el fariseo que el que Lo amaba. Esta Enseñanza era para el que creía que, por ser Dios, se dejaría que el hombre Lo arrinconara. Luego daría la Enseñanza de su Obediencia hacia el Padre, y dejaría al descubierto a los hipócritas, para que lo supieran los suyos. El Templo continuó para oír las Palabras de Salvación que el Padre decía al Hijo, siendo Todo un mismo Dios.

Ya fueron éstas las últimas Palabras del Arrobo:

El mundo sabe de Dios, no por el hombre. El mundo sabe de Dios, por su mismo Dueño. Dios le da al hombre sus Palabras para que les sirvan a todos los hombres. Si el hombre intenta callarlas, Dios mismo hace que suenen.

Desperté, oí:

Si despacio y sin prisa
lees este gran Dictado,
ves que la Publicación
Dios la manda a otro lado.

Todo lo que Dios le dijo
a hombres, ahí en la Tierra,
se cumplió, aunque después
el hombre viera tinieblas.

Dios llevará la carreta
por sitio que no se atranque,
y bueyes con doble fuerza.

¡Dios nunca puede aceptar
lo que el hombre le proponga!

Porque la Gloria sería,
Gloria sin sentir la Gloria.

“La Gloria, dirían los hombres,
pero Allí no era mi Gloria”.


Esto es Palabra de Dios,
aunque todo es Dios y es Gloria.


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Libro 7 - Investigaciones a La Verdad - Tomo I - Pag. 152-153-154

domingo, 29 de enero de 2012

Hoy no llegaría la Carne de Dios Hombre, a hombre


En Sueño Profético hablaban en la Gloria de Dios. Decían:

Si estas Comunicaciones no fueran para que todos los hombres las supieran, terminaría el arrobo, y de la Gloria no saldría lo oído, ni la Visión; quedaría la persona con Paz y rebose de Gracia Divina, pero sin poder enseñar, por no recordar nada del Sitio vivido durante segundos u horas que Dios tiene Aquí el espíritu y ahí espera la materia.

Tan sólo con saber el vivir que vive esta Vivienda, ves que es verdad todo lo que dice. Si tú no amas, no querrás que esto sea verdad; no que no hable Dios a cualquiera, tú es que no quisieras la Existencia de Dios.

Dijo uno:

Si hoy anunciaran la Venida de Dios Hombre, estos hombres harían a aquellos hombres, buenos.

Si hoy dijeran: “Este Niño es el Salvador de los hombres”, no llegaría la Carne de Dios Hombre, a hombre.

Si hoy no aceptan estos Escritos, ¿cómo iban a dejar que Dios viviera de Carne?

Dijo otro:

Pero que no crea el hombre, que Dios necesita al hombre, ni en la Tierra ni en el Cielo. El hombre es el que necesita a Dios en la Tierra. Y cuando dejen la Tierra, el que no haya querido saber de Dios, éste se quedará sin Cielo: el que no ha querido; el que por decir “no”, no oye y retira de la Palabra que Aquí se dicta, del Arrobo que Dios hace y manda que se escriba y se publique.

Dios deja que actúe el hombre en esa vida de segundos. Dios quiere que el mismo hombre converse con sus remordimientos cuando lean Esto otros hombres; otros hombres, que éstos son los de Dios.

Desperté, oí:

Si piensas en los veinte años
que Dios está de Pregonero
para que lean esta Gloria...

¿Piensas lo que harían
cuando dijera un Profeta:
“Dios nace
donde la Estrella nos guía”?

No tardarían en apuntar
los fusiles en cuadrilla.

A las estrellas del Cielo,
diciendo: “Esto es mentira”.

Y si llegaran al sitio
donde María estuviera
acunando al Mesías,
ni las fieras de los montes,
mayor destrozo harían.

Todo y más pasaría
en este siglo tan culto,
que vive esa vida aprisa.

Entonces Él los dejó,
como hoy los dejaría.

Si Dios no usara el Dios,
el hombre no perseguiría.

La falta de Amor a Dios,
hace que el hombre persiga.

No hace falta el Nacimiento.
Lo que al hombre le molesta
es que esté Vivo y no Muerto.


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Libro 9 - Dios Habla al No Quiero del Hombre - Tomo I - Pag.

sábado, 28 de enero de 2012

Todo el bien que puedas hacer, debes de hacerlo hoy


En este Sueño Profético decían:

El hombre, con facilidad, dice: mañana haré tal o cual cosa, sin pensar que el mañana para él no puede existir.

El hombre, todo el bien que pueda hacer, debe de hacerlo hoy. El mal es el que debe dejar para mañana, y si mañana aún vive tu materia, pide perdón a Dios por lo que ibas a hacer, y gracias da muchas a Dios porque ayer no lo hiciste. Pero cuando tu actuación sea para la Gloria de Dios y bien para el Prójimo, tu actuación sea veloz.

Desperté, oí:

Dios es lo Primero y Dios es lo Último.

Dios es lo Primero, porque su Espíritu es el que le da vida a tu materia.

Y Dios es lo Último, porque al dejar tu materia tienes que ir con Dios o a sitio sin Dios.

Que este sitio no es de Dios, pero es permitido por Dios.

Lugar que tan sólo Dios podría hacer su destrucción.

Destrucción que el hombre no quiere.

Y Dios, por ser Dios, no destruye.


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Libro 1 - Meditaciones y Palabras Directas con El Padre Eterno - Tomo I - Pag. 225-226

viernes, 27 de enero de 2012

"El que quiera a alguien más que a Mí, no es digno de Mí"


En Sueño Profético decían:

El Amor de Dios te hace vivir distinto de cómo vive el que Amor no siente.

El que mucho ama a Dios, le verás cosas raras, le verás cosas raras si comparas la vida del que no ama.

Dijo uno:

El tiempo que Dios vivió de Hombre, el que Lo amaba, Lo buscaba y Lo seguía. Pues a éstos les llamaron locos. Después fue esta palabra interpretada, en buen tiempo, con alegría. Cuando le decían a alguno que tanto amaba al Maestro, “loco”, contestaba de Amor Divino. Esta contestación cortaba palabras.

Dijo el mismo:

Al mismo Dios le dijeron “loco” los que no conocían este Amor, los que no comprendían que fuera Dios, los que no querían que Fuera.

Yo presencié dar un grito diciéndole “loco” cuando dijo estas Palabras al terminar un Sermón en un silencioso campo, que parecían respetarlo árboles, matojos y pájaros. Allí se oía el respirar por mucho que lo ocultaras. Había infinidad de personas. Alguna sí oías su llanto –pero esto cuando ya empezó a andar el Maestro–.

Fue decirle “loco” cuando dijo Dios Hijo:

“El que quiera a alguien más que a Mí, no es digno de Mí. Todo está en mi Padre que habita en los Cielos. Cuando acabe mi Enseñanza, se termina mi tiempo, y ya sólo estoy en mi Reino. Aprended a que soy el mismo Dios que hoy habita en el Cielo”. Aquí fue cuando se oyó a Luzbel querer derrotar a Dios.

Después dijo el Maestro:

“Ha dejado mi Padre que pronunciéis en nombre de los demonios, para que aquí se descubra el que no acepta mis Palabras”.

Desperté, oí:

Si no hay Amor de Dios, no hay Amor Divino.

Y si no hay Amor Divino, no hay comprensión.

Este nombre de “Amor de Locura” es utilizado por muchos Elegidos.

Este fuerte Amor te hace vivir como quiere Dios.

No hay quien ame a Dios y deje su Amor después del amor del hombre.

Pues el Amor de Dios es el que enseña al amor de la Tierra.

Si a Dios no amas, no puedes amar a carne humana.

Éste es querer sin Dios, y ya no va decirle Amor.

La Palabra Amor viene de Dios.

Si a Dios no amas, busca otro nombre, porque el Amor es decir Dios.


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Libro 4 - Te Habla El Profeta - Tomo I - Pag. 119-120-121

jueves, 26 de enero de 2012

Estas lágrimas son cirios alumbrando a Dios


En Sueño Profético decían:

¡Qué contento da a esta Gloria el “¡Dios mío!” de un pecador que mucho pecó y ya no peca! Éste, las lágrimas que derrame, son cirios alumbrando a Dios.

Ya sigue hablando Agustín:

Yo, como eché tantas lágrimas,
aunque llanto no me vieran,
cuando alguien habla de pecadores,
sin pedirle a Dios por ellos,
por tenerlos apartados
como cosas sin remedio,
yo tengo que aconsejarles,
y si cogen mi consejo,
seguro que rompen en llanto,
y una vez que al Cielo miren,
ya han despreciado el pecado.

Yo creo que el que no peca,
no se ocupa del que está pecando,
no le hablan de este Dios
que siempre está esperando
el ruego del que no amó,
porque no puedes vivir,
amar y pecar.

El Amor y el pecado
tienen gran separación:
pecado, demonio;
Amor, Dios.

Nunca serán amigos,
los pecadores que están pecando,
de Dios.

Yo, cuando sentí a Dios
contestarme a mis ruegos,
tuve que decir: ¡Dios mío!
yo esto no lo merezco.
Pero antes de la frase
yo pudiera terminar,
me daba miedo y decía:
¿Esto será yo insultar,
tanto como Lo he llamado?

Cogí un papel escrito
que yo tenía guardado
con promesas que me hice
por si fuera perdonado.
Tuve que romper el papel
de ver un cambio tan pobre.
Tuve que sentir vergüenza
si eso creía pagarle.

Desperté, oí:

Siempre me faltan palabras
para hablar bien de este Dios.

¿Cómo dirías lo que sientes
cuando oyes el Perdón?,
que no sabes si es tu mente,
de la gran transformación,
o es momento de la muerte?

Esto lo pueden ver todos
los que pecaron y ya no pequen.

Yo creo que el que no peque,
debía de ir buscando
al que pecado está haciendo,
para que pecado deje.

Pero el que esté pecando,
cuando oiga hablar de Dios,
tiene que dejar pecado.

No puedes oír de Dios decir
que te está esperando,
y tú oír este oír,
y luego hacer pecado.

Cuando sientas a este Dios,
es que has querido buscarlo,
porque Dios contestará
si tú antes Lo has llamado.

Si escribes en papel,
con Amor y haciendo un cambio,
por mucho que tú Le des,
quedarás avergonzado.

AGUSTÍN DE MÓNICA


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Libro 5 - Dios Comunica y Da Nombres - Tomo I - Pag. 95-96-97

miércoles, 25 de enero de 2012

Esta mujer ama y pregunta cómo aprender


En Sueño Profético hablaban los Discípulos del Maestro. Decían:

“Hay que aprender, si quieres enseñar”.

Dijo uno:

“Y tienes que amar, si quieres aprender”.

Bien decía el Maestro:

“El que mis Palabras aprenda sin amar mi Gloria, su enseñanza va ensuciando la mía. El Amor hace que aprendas y que enseñes a enseñar que se amen”.

Otro dijo:

Él nos hablaba de manera, que todos pensábamos: “¡No hay quien diga Palabras como las dice Él! Cada Palabra era una Enseñanza; cada Palabra contenía un Libro; daba en cada Palabra un Libro, un Libro que si el hombre lo labrara, saldrían muchos”.

Un día, nos paramos a beber en una fuente y llegó una mujer con un niño en brazos, y preguntando al Maestro dijo:

–Yo quisiera aprender tu Enseñanza, pero hay que tener tiempo. Tengo cuatro hijos: el mayor tiene diez años; y éste, el más pequeño, que tres meses aún no ha cumplido. ¡No puedo sacar el tiempo!

Se retiró el Maestro de la fuente y todos oímos esto:

–Yo te voy a enseñar, sin que a tu marido y a tus hijos les robes el tiempo:

Cuando estés amamantándolo,
tienes que coger un tiempo,
entonces llama a mi Padre,
y ya estás aprendiendo.

Cuando cambies el pañal,
que sucio lo ha puesto el cuerpo,
haz por pensar en el niño
que lo abandonó la madre
y lo limpian con desprecio,
y te acuerdas de mi Padre,
que te ve desde su Reino.

Y ya, cuando el niño empiece
a querer pisar la tierra,
¡Cuántos ratos hay perdidos
para que el niño aprenda!

Todo lo haces por él,
para enseñar la materia.


Desperté, oí:

Esta mujer ama y pregunta cómo aprender a vivir Vida que el Maestro iba enseñando.

Dios quiere enseñarla con el Amor que le pone al hijo.

Dios sabía que tiempo no tenía.

No tenía tiempo para seguir los Pasos del Maestro, pero sí tenía tiempo, mientras enseñaba a la materia, hacer Oración al Padre por el que estaba pecando, dejara el pecado.

Podía pedir a Dios Padre,
pensando en el Hijo,
que Todo era un mismo Dios.

Podía pedir por el hambriento,
mientras alimentaba al hijo.

Por el pecador,
mientras cambiaba el pañal.

Y por el tullido,
en el momento de enseñar
al niño sus piececitos,
para solo caminar.

Dios le hizo comprender
con su forma de enseñar.

Ella también comprendió,
porque no quiso engañar.

Al que tiempo no tenía,
ella lo enseñaba a amar.

La Oración puedes hacerla
en tu grande trabajar,
porque el espíritu manda
hacer trabajo mental.

El Amor es el que manda
a que a Dios quieras amar.


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Libro 3 - La Palabra del Creador - Tomo I - Pag. 64-65-66-67

martes, 24 de enero de 2012

El Herrero Santo


En Sueño Profético contaban un hecho presenciado por el mismo que lo cuenta.

Dijo este espíritu de la Gloria de Dios:

Es corriente por el hombre decir que cree en Dios, pero no creer en nada que de Él venga. Son pocos los que creen que Dios se comunique al hombre. Son pocos los que cuando les cuentan lo que ha dicho el Comunicante, no sueltan una frase de insulto para el que Dios ha elegido, que este insulto es una blasfemia para Dios.

Dijo este mismo:

Yo, en el sitio que trabajaba, había uno que tenía un gran espíritu de sacrificio. Éste siempre estaba deseando serle útil a otro; no miraba si era merecida su ayuda o no. Pues este hombre, Dios se comunicó a él varias veces. Y de 10 que trabajábamos juntos, no podía hablar con ninguno. El que estaba encargado de repartir el trabajo, a él le daba lo más duro, le daba el trabajo que podía hacerle quedar mal, para después decirle: “¿Dónde está tu contacto con Dios?”, y ser la risa de todos. Este que mandaba era un hermano del dueño de la herrería, que ninguno de los dos creía en Dios. Aquí, en esta herrería, lo que más se hacían eran ventanas, y tenía el nombre de “La ventana de hierro”; esto lo tenía pintado en la fachada de la casa. Pues aquí viene el hecho milagroso que Dios quiso que el pueblo viera:

Hacía unos días que este herrero colocó unas ventanas, más bien chicas, en una cámara. A los pocos días hubo un fuego en la misma casa, habiendo 3 niños solos y el mayor de 9 años. El fuego empezó en la lumbre que había en la cocina, que estaba en la entrada de la casa; pasar el portalón, y ya estaba la lumbre; una habitación que dormían los padres y el chico, y los dos mayores en la cámara, al lado del poco grano y de los aparejos de los burros que tenían. Fue el mayor darse cuenta del fuego, y al intentar bajar, el humo no los dejaba. Se fue dando gritos a la ventana, y acudían, pero sin poderle socorrer, ya que la puerta estaba cerrada con tranca.

Dijo el chiquillo:

–¡Traed una escalera, que los hierros se rompen!

Y como si los hierros fueran de masa, se iban derritiendo, quedando la ventana como fundida.

Todo el pueblo acudió al Milagro. Cuando llegó la madre de su faena, le preguntó cómo poder romper la ventana, y el niño le dijo que cuando se asomó a la ventana, el humo y las llamas le decían:

–Pide una escalera, que la ventana lleva Divinidad de la manos que la pusieron, y se verá un prodigio.

Desperté, oí:

¿Quién podría haber pensado
que allí a Dios Lo verían?

Esta familia era buena,
y el herrero que era un Santo,
Dios quiere que el pueblo vea
que allí se haría el Milagro.

Todo el pueblo se volcó
en restaurarle la casa.

Con la grande diferencia
de que se quemó cochinera
y levantaron palacio.

Y al herrero lo buscaban
como Santo que aún vive
para todo remediarlo.

El dueño de la herrería
le pagaba y no le hacía trabajo.

Pero le tenía la calle
llena de gente
y por hierros preguntando.

Se llevaban pedacitos
de los que él había tocado.

¡Qué pronto aclara Dios
lo que el hombre tiene tapado!

Puede con fuego o con agua,
pero el hombre ve su mano.

Ya le dieron al herrero
adoración sin trabajo.


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Libro 6 - Dios Manda En Su Gloria Que Enseñen - Tomo I - Pag. 169-170-171-172

lunes, 23 de enero de 2012

Aquel que no crea en la muerte, con Dios Aquí se verá


En Sueño Profético hablaban de la muerte.

Dijo uno:

El hombre cree que la muerte es muerte, punto final de la persona. Si el hombre supiera fijo que la muerte es paralización ahí de la persona, y Aquí doble actividad, el hombre aceptaba la muerte sin una protesta hacia Dios, y el hombre intentaría amar; amaría y ya haría que muchos amaran; procuraría tener las cuentas claras y el cuaderno limpio. El hombre llora la muerte, mayoría de enfado a Dios. Son pocos los que lloran por amor al contacto de la materia que perdieron, llanto de vacío que dejó la materia, pero contento de aceptación al Mando de Dios.

La muerte es palabra que se emplea en el mundo material. La muerte es lo único que Dios no permite, es que Dios lo ha querido, cuando tú buscaste el remedio que el hombre creía podía detener la materia y no detuvo. Esto es Dios querer.

Cuando tú buscas el peligro, Dios permite tu muerte ahí, y Aquí puede entrarte en su Gloria.

Dios quiere, y tienes un deber de mirar y cuidar la materia, puesto que Él la permitió; tienes que librarla del pecado, retirándote donde te la pudieran ensuciar con el ofrecimiento de bienestar a tu vista y a tu acción.

Desperté, oí:

El hombre da la muerte por muerte. El hombre da la muerte por sitio sin Dios.

Cuando Dios llama, tú respondes contento si tú Lo oyes.

Lo oyes con tu comportamiento que antes de llamarte, tú Le hicistes.

De Aquí fuiste ahí
para corta "temporá";
Según tu comportamiento
Aquí tienes el sitio en esta Eternidad.

La muerte la cree el hombre
como ya punto final.

Aquel que no crea en la muerte,
con Dios Aquí se verá.

El que ama, nunca muere,
y sonríe al pasar
de la vida del pecado
a la Gloria Celestial.


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Libro 8 - Dios No Quiere, Permite - Tomo I - Pag. 236-237-238

domingo, 22 de enero de 2012

Llenarte de las Palabras


En Sueño Profético hablaban de los Discípulos. Decían:

Para ser Discípulo de Cristo, tienes primero que amarlo, amarlo tanto, que tu espíritu y tus ojos no vean nada antes que a Dios; y segundo, llenarte de las Palabras que este Maestro quiere que tú aprendas; y una vez que tú te llenas, ya repartes este llenar, llenar que vas llenando donde hay vacío, y vacío que vas dejando lleno. Esto es ser Discípulo, pero tienes que acudir al Maestro, sometiéndote a su Mando y cumpliendo en Obediencia. Pero si tú haces un cumplido hacia el Maestro, tú no puedes engañar, porque tú no has aprendido. Los Discípulos necesitan la Enseñanza del Maestro, y el Maestro necesita los Discípulos.

Desperté, oí:

Hay quien cree que puede ser Discípulo haciendo lo contrario que el Maestro manda.

Éste no puede enseñar lo que Dios dice, porque él no aprendió.

No aprendió porque no amó.

Para escribir, tienes que conocer las letras.

Si tú no conoces las letras y escribes, tú no escribes, tú dibujas.

Para enseñar de Dios, tienes que amar a Dios y estar muy lleno de Dios.

El que no quiere a Dios, no ama, porque Dios no lo obliga.

Si el Amor de Dios fuera obligado, ya no sería Amor de Dios, era exigencia del hombre.


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Libro 10 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo I - Pag. 62-63

sábado, 21 de enero de 2012

El pueblo que Dios elige


En Sueño Profético decían:

El pueblo que Dios elige debía estar en oración de gracias. Si este pueblo pensara que tiene la Palabra de Dios Vivo –y esto a diario–, el que lejos estuviera del Profeta, sin medios para el transporte, éste será disculpado. Pero hay quien no necesita el transporte, sino abrir los oídos. Aquí la clasificación es fácil: Amar, decir que ama, o mover la lengua insultando al Portavoz.

Desperté, oí:

Analiza lo que es Portavoz y pide Perdón a mi Padre.

Si ofendes al Profeta, no digas que en Dios crees.

Si crees en Mí, crees en mi Padre, porque mi Padre Me mandó a Mí.

Y si crees en Mí, tú ya conoces a mi Padre, porque mi Padre no existe sin Mí, ni Yo existo sin mi Padre.



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Libro 7 - Investigaciones a La Verdad - Tomo I - Pag. 107

viernes, 20 de enero de 2012

¿Quién lo dicta, si no es Dios?


En Sueño Profético hablaban muchos. Decía uno:

Esta Teología, ya le da al hombre que pensar. Si hacen un arrastre en frases profundas, verán son frases de Aquí. Les sorprenderán este Teólogo, este Filósofo, este Sicólogo y este Literato.

Esta Sabiduría es Palabra de Dios comunicada por espíritus de su Gloria con el Mando de Dios. Este Dios es Único, y su Sabiduría ciega al hombre. El hombre pocas veces aplaude el saber de otro hombre, cuando este hombre cree que también sabe. Aquí el hombre tiene sólo que aplaudir, aplaudir alabando a Dios o reconocer que es de Dios aunque a este Dios no quiera, y ya el que no creía en Dios, piensa: “¿Quién lo dicta, si no es Dios?”.

Desperté, oí:

Clasificación:

El que Lo ama, aplaude.

El que no Lo quiere, inclina la cabeza.

Y el que no creía, piensa que había, y ya llora, ama y jamás desconfía.

Y este “no desconfiar”, hace que miles y miles amen, buscando con ansiedad donde este Dios su Grito da.


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Libro 9 - Dios Habla al No Quiero del Hombre - Tomo I - Pag. 119

jueves, 19 de enero de 2012

Este espíritu enseña lo que la Gloria le manda


En Sueño Profético hablaban en la Gloria de Dios. Hablaban de la fuerza del espíritu cuando está entregado a Dios, cuando un espíritu vive en contemplación a Dios; exponían razones que Aquí no me dictan; hablaban de hechos ocurridos a Comunicantes que persiguieron; hablaban de las escalas que hay en los Elegidos; hablaban de la inmensa Misericordia de Dios y de la exigencia del hombre; de la separación de la carne; de la fuerza que tiene el espíritu cuando actúa sin materia; de la Enseñanza que este espíritu trae a la materia; de la rapidez que en Gloria llenan a la inteligencia; de cómo preparan el espíritu para que suelte materia; de cómo espera la carne, una carne que esto es muerta, y cuando llega el espíritu, a sabiendas que está muerta, vuelve a darle la vida, una vida más completa; ya es vida para darla, de la vida que Aquí llenan.

Decían:

Estas explicaciones tienen que darlas en pequeñas cantidades. El espíritu sí aprende fácil, pero la materia es torpe para el empape, y mucho más torpeza para un segundo. El que es Aquí arrobao, fácil aprende la materia, cuando estos arrobos sean frecuentes y para Enseñanza. Este espíritu tiene reacciones, a veces bruscas, cuando se enfrenta con materia buena y espíritu malo; y cuando se enfrenta con materia sin lucimiento y buen espíritu, aquí tiene que dar Enseñanza.

Despierta, oí:

El conocer los espíritus,
el título es amar.

Pero tienes que venir
a esta Gloria Celestial.

Y Aquí, una vez que vienes,
es fácil el explicar.

Pero esta explicación,
la tiene Dios que explicar.

En esta Gloria, a veces,
verás y ya no verás.

En esta Gloria oirás,
y a nadie verás hablar.

Querrás contestar palabras
para afirmar tu razón,
cuando vuelvas del arrobo
llevando justificación.

Pero sólo hay espíritu,
que éste lleva un valor,
cuando cuente lo que nadie
en ningún libro leyó.

Si estas Clases, el espíritu
las guardara sin contarlas,
Dios Aquí hacía de Dios
para no poder callarlas.

Pero el espíritu enseña
lo que la Gloria le manda.


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Libro 2 - Meditaciones y Palabras Directas con El Padre Eterno - Tomo II - Pag. 95-96-97

miércoles, 18 de enero de 2012

Amor y desconfianza


En Sueño Profético hablaban de la Confianza, y la contraria a esta palabra, desconfianza. Decían:

La Confianza en Dios
te viene cuando tú amas.
La Confianza en Dios
te viene cuando tú sabes
que Dios es Poderoso
y que siempre actúa
como Padre del Cielo;
cuando tú fijo sabes
que este Dios todo está viendo;
cuando tú sabes seguro
que hay Gloria y hay Infierno;
cuando le has pedido a Dios,
y Él puede que haya hecho
que no ha oído tu petición,
pero tú respondes a esto:

¿Quién sabrá mejor que Dios?
Bien está lo que aquí ha hecho.

Para sentir y decir
lo que aquí ya está puesto,
tienes que amar sin preguntar,
y Él ya te irá diciendo,
que luego tú mismo ves
lo que antes no estabas viendo.

Ya terminó la Confianza.
Ahora a la desconfianza refiero:

Si no amas a este Dios,
todo lo verás mal hecho;
nunca tendrás Confianza
en lo que pidas al Cielo;
nunca dirás: “Sí, Dios mío,
bien está lo que Tú has hecho”;
nunca creerás en los Vivos,
porque muertos ahí los vieron.

Hasta un certificado el hombre pide,
poniendo que has dejado de existir
y "pa" los vivos estás muerto,
Que haciendo el certificado
Vivo Aquí lo estaban viendo.

Desperté, oí:

El que tiene Confianza en Dios,
es porque ama.

El que tiene Confianza en Dios,
no corrige sus Palabras.

Dios sabía lo que hacía,
antes que el hecho pasara.

Dios te da la Confianza
cuando Le llega tu Amor.

Para que el hombre estuviera
siempre contento con Dios,
tenía Dios que decirles,
¿Queréis que no sea Dios?

O darles un sí al pecado,
teniendo justificación.

La falta de Confianza
te dice que no hay Amor.

Porque “Amor y desconfianza”,
no entra en la Gloria de Dios.


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Libro 4 - Te Habla El Profeta - Tomo I - Pag. 170-171

martes, 17 de enero de 2012

Espíritu Raptado


En Sueño Profético decían:

La Comunicación de Dios no falta entre el hombre. A esto el hombre le llama casualidad. La palabra “casualidad” para Dios no existe. Dios no es casualidad, Dios es actuación. Esta actuación, cara a cara tiene con el Profeta cuando le da el Mensaje. Este espíritu, en el Arrobo, siente y ve sin materia. Una vez que este espíritu vuelve a darle vida a la materia que abandonó, vuelve con empape Divino y Mando para hacer obedecer a esta materia. Por eso las Palabras no son de esta materia, y tienen que ser dichas sin tener fallo, sorprendiendo al que las oye y no queriendo aceptar como Profeta.

Desperte y oí:

Si estudias este Sueño, ¿quién crees que habla en el Profeta?

Esto, cada letra tiene un estudio, y cada estudio es una sentencia.

Las Palabras dictadas de Aquí, son distintas de las de ahí.

Éstas son rectas, fuertes. Rectas, con una rectitud balsámica, y con una fuerza arrolladora.

Este bálsamo te inquieta a buscar a Dios.

Y esta fuerza, te separa del pecado.

El que su espíritu no ha sido raptado, ¿cómo va a saber hablar de Aquí, y enseñar con perfección ahí?

AGUSTÍN DE MÓNICA


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Libro 5 - Dios Comunica y Da Nombres - Tomo I - Pag. 30-31

lunes, 16 de enero de 2012

Cuando se ama, molesta estar con el que no ama


En Sueño Profético decían:

El Amor a Dios se demuestra haciendo lo que a Dios le agrada, y lo que a Dios le agrada no le gusta al hombre.

Dijo uno:

Un día, yendo con Jesús el Salvador, se acercaron dos hombres que iban discutiendo e hicieron esta pregunta:

–Maestro, quiero que me contestes a la pregunta que voy a hacerte, que ya le he preguntado a éste y no he quedado conforme.

El que nombró por éste, era uno que siempre estaba hablando del Maestro, y cuando veía que alguno no quería al Maestro, rápido daba su media vuelta y más razón no esperaba. Ésta ya es la pregunta:

–¿Tengo yo siempre que ir con quien a Ti te quiera, o en queriéndote yo, ya cumplo?

Esta es la contestación de Dios Hombre:

–En la palabra “ya cumplo”, tú solo te has presentado. Cuando se ama, no se cumple. Cuando se ama, molesta estar con el que no ama.
No puede pisar el Infierno el que a mi Padre quiera. Ni puede entrar en mi Gloria el que a Mí me desprecia. ¿Cómo puedes comprender que el Padre quiera al que al Hijo lo desprecian? Pues si esto ocurriera en la materia, también estaba en contra de mi Padre. Si mañana a ti te dan comida, y a tu hijo las puertas ves que se las dejan cerradas, tú no debes de sentarte a la mesa, cuando sepas que tu hijo te ama.


Y mirando ya a todos, terminó diciendo:

–Y si el hijo no te amara, debes de coger la comida como cuchillo que mata, porque tú siempre amarías al hijo de tus entrañas, y rogarías al Cielo hasta que te contestara mi Padre que Vive en Mí.

Y después de un silencio, dijo:

–El que esté conmigo, no puede estar con otro que no esté conmigo, porque Yo no lo dejo que luego venga a Mí.

Desperté, oí:

Este que preguntó al Maestro, tenía gran amistad con una familia que era nombrar al Maestro y se le cambiaba la cara.

Pero cuando iba con éste que discutió, al pasar por el sitio donde estaba el Maestro, siempre se paraba y decía: “Yo también lo amo, no nombrándolo”.

Éste no amaba, no sentía el Amor, y Dios de Hombre hace que todos lo sepan.

Dios tiene que dejar el que quiera entrar en su Gloria, y al que quiera entrar en el Infierno.

Pero no pueden entrar los de un sitio en otro.

Por eso es Libertad
el Mando de Dios en la Tierra
hasta su hora final.

No puedes ir al Infierno,
si en Gloria vives ya.

Y no puedes ir a Gloria,
por no dejarte pasar
los ángeles que preguntan
a su Padre Celestial.

Porque Dios tiene un Amor,
uno sólo para enseñar.

El que Me ama está conmigo,
el que no está conmigo,
va pisando el trigo
que yo voy sembrando.


***

Libro 3 - La Palabra del Creador - Tomo I - Pag. 70-71-72

domingo, 15 de enero de 2012

Desesperación y de la calma


En Sueño Profético hablaban de la desesperación y de la calma.

Dijo una mujer:

Yo vi siempre de pequeña, en mi casa, hacer todo con calma. A mi madre no le alborotaban los sufrimientos. Cuando más sufría, más pensaba las cosas.

Largo tiempo estuvo mi padre haciendo vida de desorden y, día sí y no, a mi casa no iba. Acabó yéndose lejos, y yo algunos años crecí sin ver a mi padre; tenía tres hermanos mayores que yo y dos más pequeños. Mis dos hermanos mayores trabajaban en una vaquería: hacían el ordeño bien temprano y cuidaban de las vacas. Yo, un tiempo después, me fui con los chiquillos de este dueño, de niñera y mi madre ponía y quitaba unos puestos en el mercado. En esta misma plaza había una iglesia, que mi madre se metía a pedir por sus hijos y su marido, bien dicho: mi padre.

Había una vecina que siempre estaba en actitud de desesperación, y un día, cuando la vio que en la iglesia entraba, le hizo esta pregunta:

–¿No se te ocurrirá pedirle a Dios por tu marido, que la vida le alargue? Tú le pides la muerte, ¿verdad?

Llanto de pena le costó oír estas preguntas. Ella que no dejaba el quitar y poner los puestos, por entrar en la iglesia sus ratos y esta súplica hacía a Dios: “Señor, nadie querrá al padre mejor que los hijos. Y si enferma, tiene seis que pueden cuidarlo, por si mi cuido no quisiera”. Ésta era la oración de mi madre.

Desperté, oí:

Mi madre tenía calma,
porque tenía Paz.

Mi madre tenía Paz,
porque vivía con Dios.

La Paz no oía el consejo
que le daba la desesperación.

La que daba este consejo,
fijo que no amaba a Dios.

Ella llevó a su marido
con la Paz y la oración.


***

Libro 6 - Dios Manda en Su Gloria Que Enseñen - Tomo I - Pag. 111-112

sábado, 14 de enero de 2012

Galeria Abrigo de Piel de Cordero: Foto 9


Abrigo de Piel de Cordero del que brotan gotas de agua, formando en ocasiones, charcos de agua y marcas de diferentes formas y tamaños. Existen noticias y reportajes fotográficos de la época en la que comenzó a suceder allá por el año 1980. Varios especialistas acudieron a comprobarlo pero no lograron encontrar ninguna explicación científica para ello. También se le conoce como "El Milagro del Abrigo".

Sufrir con Dios o sin Él


En Sueño Profético hablaban del sufrimiento, de las muchas formas que el hombre busca para quitarlo. Decían:

El sufrir que no es buscado por el hombre, tiene el consuelo de esta Gloria. Esto es una Enseñanza que el hombre desconoce.

La persona que Dios Aquí enseña, es para que vaya enseñando a sufrir con Paz, a sufrir y enseñar con su ejemplo.

El sufrimiento que se busca el hombre, todo, es sufrimiento sin Paz, es sufrimiento del pecado, o sufrimiento buscado con desafío a Dios.

También hay sufrir de remordimiento, y el de la conciencia sucia. El sufrir del remordimiento puede llevar, este remordimiento, a pedir el Perdón a Dios. Pero el sufrir de conciencia sucia, no es inquieto al mal, es pecado que habita, y sufre por sus mismos pecados, que sus mismos espíritus malignos le atormentan, poniéndole cada vez un pecado mayor, y cada vez más contacto con Satán, sin sentir remordimiento. Éste es el peor sufrir.

Pero el sufrir que tienes contacto Aquí en el Cielo, es sufrir pero con Paz.

Hay sufrimientos grandes que, el que no ama a Dios, los ve chicos por no comprender cómo son llevados.

Desperté, oí:

Muchos Mensajes se han dado con este tema de sufrir con Dios o sin Él.

¡Cómo te aparta el sufrir, el sucio, el que del remordimiento buscas a Dios "pa" decir: “Señor, no quiero vivir pecando, dame el Perdón, aunque no lo merecí”!

Aunque no merezco el llanto,
que es el que me hace decir:
Señor, fui culpa de mis pecados.

El que su sufrir lo lleve,
y en Dios esté confiado,
llevará un sufrir con Paz,
sintiendo a Dios a su lado.

La Paz te ayuda a decir:
Esto tiene Dios mandado.

Siempre será lo mejor,
aunque yo lo crea cambiado.


***

Libro 8 - Dios No Quiere, Permite - Tomo I - Pag. 158-159

viernes, 13 de enero de 2012

Comparaciones justas


En Sueño Profético decían:

¡Qué Verdad con más verdad
es ver Verdad
en el que Dios Aquí trae!

¡Qué falta de psicología
para no ver la Verdad!

En Esto, aunque no ames,
a Dios tienes que verlo.

Es fracaso vergonzoso
no conocer el dueño de la fragua el hierro;
cabrero que anda con cabras
y no conoce el carnero;
hombre universitario
que no sabe escribir “pueblo”;
arquitecto que edifica
sin conocer los cimientos,
ni saber lo que es arena,
y asustarle oír cemento;
cirujano que te opera
el remo que estaba bueno,
porque no supo cuál era
cuando ya dejó durmiendo,
confundiendo brazo izquierdo
por el enfermo derecho;
jardinero y hortelano,
hortelano, sin conocer
la hoja de lo sembrado,
hasta que escarbando ve
que es patata lo enterrado,
y al árbol ya lo conoce
cuando peras ve colgando.

¿Qué diría un visitante
por un gran jardín pasando,
si oyera al jardinero
con cualquiera conversando:
“No sé… si será rosal…
o pudiera se geranio…
¡Es tan difícil saber la flor
hasta que no abre el tallo,
que yo, hasta que no abra,
no puedo asegurar si es rosa
o puede que sean nardos!

Pues mucha más diferencia es,
que estos Escritos no lo conozca
el teólogo y el letrado.

Uno, si olfatea bien,
Gloria verá en los Dictados.
Y el letrado que compare
esta gran Literatura
–ya 20 años dictando–,
si él podría seguir
imitando estos Mandatos.

Desperté, oí:

Son estas comparaciones,
justas, a la vista de cualquiera.

Esta gran Literatura
hace que se pare el hombre.

El que diga que no es de Aquí,
es falta de Amor al Cielo.

El literato que abra el Libro con sus manos,
no puede decir que no.

Él tiene que contestarse,
cerrando el Libro
y mirando al Cielo,
con un ¡Perdón!

Que este Perdón lo pide
para el que dijo que no.

Los sabios de ahí de la Tierra
tienen que creer en Dios
cuando estos Libros tengan.

Y el que cree y ya ama,
cuentas le pide al que dijo
que esto Dios no lo dictaba.

¡Hace falta amar poco,
si es de Amor lo que se habla!

Y hace falta no entender
Literatura en Palabras.

Los Sabios de Aquí del Cielo,
dicen que el hombre no ama.

Porque el Amor te descubre
donde Dios dice Palabras.


***

Libro 10 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo I - Pag. 239-240-241

jueves, 12 de enero de 2012

El hombre no quiere que nadie sepa más que él - Libro 7 - Investigaciones a La Verdad - Tomo I - Pag. 140-141-142


En Sueño Profético yo decía:

“Señor, que yo no actúe, que seas Tú; que te vean a Ti y que hablen de Ti; que me vean lo que yo soy sin saber nada; que comparen tus Dictados y verán que es Dios; que me avergüencen si alguna vez yo dijera: “Sé escribir estos Mandatos que Tú me mandas, y yo escribo”.

Dijo un espíritu de la Gloria con Mando de Dios:

No hay saber de Tierra que tú sepas y quieras dar este saber a otro. No hay quien tenga una cultura y se presente como gañán. No hay quien termine carrera para el título quemar.

Al hombre de grande estudio, el hombre premio le da. Aún no se ha visto el caso en el hombre querer el premio despreciar, diciendo: “¡Si yo no sé! ¡Si yo no tengo estudio! ¡Si esto viene de aquél!”. Esto nadie de ahí le ha ocurrido este caso. Ni el hombre ha maltratado a nadie para que éste diga: “Yo soy un hombre sabio. Yo soy un talento”. Esto el hombre nunca lo ha hecho, ni está dentro de la vanidad del hombre.

Desperté, oí:

El hombre no quiere
que nadie sepa más que él.

El hombre, es corriente
que se guarde su saber.

El hombre hace fácil
robar el invento aquél.

Pocas veces, en el estudio,
el hombre tiene honradez.

Pocas veces dice el hombre:
“Yo sé menos que aquél”.

Pues si esto es de la Tierra,
compara con el Lugar,
y verás qué diferencia,
cuando oigas al preguntar:
¿Esto es que lo sabes tú,
o Dios lo manda dictar?

Un “no sé”, oirás tan limpio,
tan “honrao” y sin vanidad,
que si sigues a la materia,
verás que no sabe “na”.

Y si le haces preguntas
al que el Lugar conoció,
te dará esta respuesta:
¡Ahí se ve que habla Dios!

El hombre de ahí de la Tierra,
no se quita su valor,
en títulos, en carreras, en inventos
que él mismo patentó,
para que ese saber fuera
de éste que lo inventó.

Estudia la diferencia,
del Saber que Dios le dicta
al saber de ahí de la Tierra.


***

miércoles, 11 de enero de 2012

Esto es inteligencia - Libro 9 - Dios Habla al No Quiero del Hombre - Tomo I - Pag. 67-68


En Sueño Profético hablaban de la inteligencia, de las palabras y de la razón. Decían:

La inteligencia es la que te lleva a la razón y te da las palabras de justicia o consoladoras. La inteligencia viene del Camino de Dios. Hay quien confunde inteligencia con saber de maldad.

Inteligente no puede ser esta palabra aplicada al que no vive la vida que sus actos no cuenten para cuando Aquí venga. A esta persona, el hombre la tiene por inteligente; Aquí se la tiene por falta de Amor y creencia.

No puede ser inteligente aquél que él mismo quemara su caudal para después verse limosneando, hasta el extremo de morir de hambre.

No puede ser inteligente el que inventa el armamento para que se maten los hombres.

Dijo uno:

Las palabras no necesitan inteligencia para que suenen bien dichas. Las palabras suenan según tú a Dios ames.

Aquí también el hombre emplea la palabra “inteligencia”: el hombre juzga por inteligente al que repite las reglas que otro hombre ha puesto, sin darse cuenta que mayoría de las palabras de los inteligentes hacen daño a la Sabiduría del espíritu, que esto sí es inteligente.

Otro dijo:

La razón, razón, siempre la ve el que más ame. El Amor te llevará a la justicia, a huir de la sinrazón.

Desperté, oí:

¡Qué aclaración más clara dictamos,
para que estudie el que cree
que inteligencia le sobra!

La inteligencia, te dicen,
que Aquí en la Gloria valoran,
el que todas sus palabras
sirven para quitar discordias.

El que al decir las palabras,
bálsamo deja en tus llagas.

El que vive para Dios
sin ocuparse de nada.

El que quiera saber
para enseñar a que amaran.

Esto es inteligencia,
aunque el hombre así no llama.

Pensar y saber vivir,
el vivir que no se acaba.


***

martes, 10 de enero de 2012

Para estudiar si hay Dios - Libro 2 - Meditaciones y Palabras Directas con El Padre Eterno - Tomo II - Pag. 52-53-54


En Sueño Profético hablaban de un gran pastor. Varios decían palabras que le habían oído y que no podían olvidar cuando vivieron con él. Esta fue la gran palabra que dijo el primero:

“No hay Existencia de Dios más grande que sea representada por estos personajes: oxigeno, sol, agua y aire, correrse la tierra, abrirse las brechas y hacer que haya muertes”.

Ya dijo otro: Esto yo lo oí:

Mientras pastan mis corderos,
si yo supiera escribir,
escribiría cartas al Cielo.

Me siento en un ribazón
y me salen las orugas...
En un cuerpo tan pequeño,
¿quién pone tanto color,
si no este Dios del Cielo?
¿Y en una hormiguita que anda
con sus patitas pequeñas,
y el ribazo sube y baja?

Esta hormiguita,
si el hombre la cogiera para curarla,
antes de darle la cura,
seguro que la mataba.

Pues también la hormiguita,
seguro se pone mala,
y Dios la cura sin Manos
y la comida le manda.

Aquí el hombre ve a Dios,
aunque no Lo vea de Cara.

Yo, sentao en el ribazo,
veo a Dios que sube y baja.
A veces cierro los ojos,
y ya veo cuando Lo bajan.
Otras veces veo subirlo,
y ya me pongo de pie,
y me meto entre el rebaño,
y mis lágrimas a la vez
van justificando el daño
de aquél que sufre por Él.

El “Gran Pastor” le decían,
¡yo lo oí más de una vez!

Desperté, oí:

Este gran pastor quería
el haber sabido escribir.

Este gran pastor tenía.
Comunicación de grande Amor,
de ahí a esta Sabiduría,
que Dios veda al que no ama
y quiere hablar de Aquí.

En todo lo que citaba,
lo presentaba con Dios.
Nada podía hacer el hombre,
aunque no fuera pastor.

Al pastor Dios le mandaba
a limpiar la inteligencia,
por la noche y la mañana.

Para estudiar si hay Dios
tienes como cosas grandes:
el mar, oxígeno y ciclón.

Y ya, en cosas pequeñas:
los corderos, en su balar de la Paz;
las orugas, en sus colores;
y a la hormiga la verás
en el sube y baja al cerro,
tan sólo con Dios curar.


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lunes, 9 de enero de 2012

El temple de Dios es inconfundible - Libro 4 - Te Habla El Profeta - Tomo I - Pag. 60


En Sueño Profético decían:

El que más ama a Dios, más oye su Palabra, más se llena de Dios y más reparte la Palabra de Dios.

Tú no puedes amar y callar, porque si tú amas, no callas; y si callas, actúas con más fuerza.

El Amor tiene mil formas de decirlo, menos callando y no actuando. El más perfecto es, el decir y a su vez actuar.

Si tú no oyes al Profeta, no sabes lo que Dios está diciendo. El que al Profeta oye y no quiere aceptarlo, éste ya no vive tranquilo. Y si pensara en su “no querer”, vería era Verdad. Cuando se trata de lo que no es verdadero, esto pronto se olvida.

Desperté, oí:

La Palabra que es dicha por Dios, ésta, dígala quien la diga, tiene Majestad.

El temple de Dios es inconfundible.

Este barómetro siempre marca el mismo número.

Si quieres conocer la Palabra de Dios Vivo, busca al Profeta.


***

domingo, 8 de enero de 2012

Falta de Amor, falta de sed - Libro 5 - Dios Comunica y Da Nombres - Tomo I - Pag. 27-28-29-30


En Sueño Profético hablaban del que vive ahí y Aquí.

Decía Agustín:

Si el hombre aceptara la Comunicación de Dios, podía siempre tener un estudio vivo de la Palabra de Dios.

El hombre, después de no tener la Fuente Divina, empieza a analizar el agua que esta Fuente embotelló. Como el agua continúa viéndose es de Aquí, entonces acepta el hombre.

Es pregunta sin respuesta:

¿Por qué el hombre no analiza el agua de dónde la ve caer?

Yo voy a dar la respuesta:

Falta de Amor, falta de sed.

Si el hombre con Amor preguntara
y siguiera este Arrobo,
vería sufrir esta materia
que Dios coge de Lugar.

Yo, había veces que en el Arrobo
no sabía si podría explicar
los síntomas que notaba:

Hubo veces que la muerte
la sentí en la materia,
y luchar el espíritu
por no volver más a ella.

Éstos son momentos grandes
de sufrir, de Amor, de pena,
de no querer más volver
a las cosas de la Tierra,
y luego, cuando ya estás en ella,
un temor con repeluzno
te hace caer en la cuenta:
¡Si este arrobo no quiere,
yo no vuelvo a la Tierra!

De pronto dices: ¡Dios mío!,
mándame lo que Tú quieras,
que no vuelva yo a pecar,
que siga mi carne muerta.

Esto te pones a pensar,
y te coges la cabeza
por si te fuera a estallar.

Desperté, oí:

Cada vez que hay Arrobo,
puedes decir: ¡Estoy muerto!

No sabes el describir
los síntomas que tú sientes,
ni lo que notas Aquí.

Yo me pasaba las horas
pensando en Dios del Cielo.

Había veces que lloraba
del mismo remordimiento,
y ver lo que hacía esta Gloria
por llevarme Dios al Cielo.

¡No era un pecador oculto!
¡No era un pecador en silencio!

Era un pecador que peca,
que todos lo estaban viendo.

Que yo tendría la culpa
de arrastrar a hombres buenos.

Aquél que tiene el éxtasis,
más veces Aquí ven muerto.

Que estudie el hombre el Arrobo
y verá que no es un cuento.

AGUSTÍN DE MÓNICA


***
VIDEO de este Mensaje LEIDO por ANA GARCÍA DE CUENCA

sábado, 7 de enero de 2012

Defender la Palabra de Dios - Libro 3 - La Palabra del Creador - Tomo I - Pag. 48-49-50


En Sueño Profético decían:

Es la postura de cristiano defender la Palabra de Dios. Aquí cuento yo un caso que pasó delante de mí:

Terminó un día el Maestro de hablarnos y prepararnos lo que teníamos que hablar al sitio que íbamos. Cuando terminó, ya que todos estábamos para partir, dijo:

–Si alguno no se encuentra dispuesto para repetir mis Palabras, que Yo os he dado para otros, no vaya hoy a predicar.

Esto fue, que el Maestro sabía que al sitio que íbamos, Matías tenía una grande amistad, y ya sabía el Maestro que Matías lo sentiría el tener que hablar así. Fue terminar el Maestro y contestar Matías:

–Maestro, perdóname, que sabiendo eres Dios, Te he ofendido por un segundo; he querido guardar tus Palabras por no enfadar a mi amigo.

Y se tapo la cara y enjugó sus lágrimas.

El Maestro contestó:

–Hoy tocaba esta clase, y a ti, Matías, te ha servido; ya estás enseñado para que tú puedas darla.

Todos partimos con silencio de Gloria y repique de campanas.

Desperté, oí:

¡Qué remate al arrobo!
¡Qué Palabras al Dictado!

¡Qué Discípulos de Dios,
con silencio y con campanas!

¡Qué Enseñanza recogían
cada vez que Dios les hablaba!

¡Les decía que era Dios,
tan sólo con sus Palabras!

¡Con decirles el pensamiento,
que antes por Él pasaba!

Dios tenía que decirles
que era Dios el que los mandaba.

Matías no sabía,
que el que le decía amigo,
cuentas con Dios no quería.

Los Discípulos llegaban,
y más bien esto servía
como una gran distracción
para hablar ya todo el día.

¡Es el Maestro el que manda!
¡Es el Maestro el que guía!
¡Es el Todopoderoso
el que de Hombre vivía!

¡Cómo tener distracción
con el que manda tu vida!

Dios los mandó con Palabras,
diciéndo: “Yo soy Dios”.

Y quería que Matías
las repitiera en su voz.


***

viernes, 6 de enero de 2012

La Obediencia - Libro 6 - Dios Manda en Su Gloria Que Enseñen - Tomo I


En Sueño Profético hablaban de la obediencia. Decían:

Hay obediencia por obedecer. Y hay obediencia por amor. A la que es por obedecer, le falta amor. Y la que es por amor, no obedece, sigue al deseo.

A la orilla de un riachuelo, vi yo un día a dos que con grandes voces discutían. Pasando yo al mismo tiempo, me quedé un poco “distraído” cogiendo del suelo unos yerbajos que quería yo hacer ver que me servían.

Ya me dijo uno de ellos:

–Tus palabras nos quitaran esta fuerte discusión. Estamos hablando y de acuerdo no nos ponemos. ¿Verdad que se puede amar sin obediencia? Yo puedo amar a mi forma y tú a la tuya.

Terminando estas palabras pasó un pastor y dijo:

–¿Puedo responder yo, si enfado no hay?

Dijo el que razón no tenía:

–Suelta tus palabras y ya somos cuatro los que de acuerdo no estamos.

Dijo el pastor:

–¿Ves ese rebaño de ovejas? Todas giran a mi voz. Pues si todas me quisieran y a mi voz no obedecieran, ¿dónde estaría el amor que al pastor le tuvieran? Esto lo dijo el Maestro cuando de Pastor Lo vieron: “Sea todo un Mando, un Rebaño y un Pastor”. Figúrate que cada borrego coge cerro distinto y vereda cambiada. ¡Qué mal más grave me harían cuando de regreso yo fuera a la cabaña! Y obedeciendo a mi mando, llegó no cansado y sí contento. ¿Has visto con que poquito ya estamos de acuerdo?

Esto contestó el que quería con razones convencerlo:

–¡Mira, me has convencido, porque sé que son palabras no tuyas y sí del Maestro!

Desperté, oí:

El pastor llevaba fuerza
de la obediencia de Dios.

No era aquél su camino,
fue que Dios se lo cambió.

La obediencia es para amar,
y cuando amas, ya sigues.

El de las hierbas se paró
por cortar la discusión.
Como de acuerdo no se ponían,
el pastor cambia la guía.

El pastor iba enfadado
por haberse equivocado.

Cuando vio que sus palabras
sirvieron para poner Paz,
el cabrero mira al Cielo,
y a Dios las gracias Le da.


***

jueves, 5 de enero de 2012

“La que reza de noche para acabar con el pecado” - Libro 8 - Dios No Quiere, Permite - Tomo I - Pag. 151-152-153


En Sueño Profético decían:

Dios le puso precio a la Salvación del espíritu, pero prohibió al dinero aquí sirviera. Este precio todos pueden pagar. Este pago se hace en varias maneras. Hay quien lo hace en el curso de su larga vida, siempre echando en la hucha invisible para el hombre, transparente y apreciada por Dios. Otros, que vida corta tuvieron, hucha llena Aquí les vieron, y ya, grandes pecadores se quitaron de pecar; no se conforman con llenar la suya, que también quieren llenar las demás. Aquí Dios los premia, dándoles la potestad en algo que vea el hombre, para irlo a buscar.

Dijo uno:

Dentro de mi familia había un caso que aquí yo cuento:

Era una mujer pecadora y toda la familia la tenía despreciada por su forma de pecar tan públicamente. Pues un día fue al encuentro de mi padre, y llorando le pidió la entrada en mi casa, diciéndole que hacía tiempo hacía vida buena, pero que no quería buscarlo hasta que Dios le diera el Perdón.

–Ya, ayer, pude comprobar lo que en un Sueño me dijeron: “Esto es un don que Dios te manda, que en el sitio que entres habrá abundancia de Paz, se quitarán los pecados y cundirá el sustento”. Ayer fui recorriendo sitios de pecado, y ésta era mi entrada: “Si aquí sigue el pecado, yo no puedo entrar, ya que Dios me ha dado el Perdón en un Sueño”. Todos salían, me abrazaban y rompían en llanto. He comprobado el Sueño, con mis suplicas a Dios antes de tener el Sueño.

Desperté, oí:

Veintisiete años tenía cuando dejó de pecar.

Estuvo cerca de un año llorando sin descansar, pidiendo a Dios, rezando, cuando se iba a acostar:

“Dios mio, yo sé que Tú me perdonas, pero quiero que me des palabras seguras, palabras con tanta Fe, que pueda servirte en algo”.

Esto, media noche pasaba en rezo y llanto, hasta que tuvo el Sueño.

A Dios le pedía llorando, no ya por sus pecados, pedía por el que estaba pecando.

Ella se llenó la hucha, y se la llenó a tantos, que el pueblo la conoció
por “la que reza de noche para acabar con el pecado”.

No necesita dinero el que a Dios siempre está amando, porque Dios le prohibió el dinero para pagarlo.


***

miércoles, 4 de enero de 2012

Notaréis el que más crea en Mí - Libro 10 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo I - Pag. 105-106


En Sueño Profético decían:

Un día, dijo el Maestro, cuando estábamos todos sus Discípulos esperando su Enseñanza, estas Palabras:

–Notaréis el que más crea en Mí, por el comportamiento que tenga con otro.

–El que más os reverencie sabiendo sois mis Discípulos, más cree soy Dios del Cielo.

-El que no le importe, cuando llegue el fariseo, seguir hablando de mis Hechos.

–El que deje a la familia por Dios, mi Padre ya le da premio.

–Esta Enseñanza es la que vale para que la aprenda el hombre.


Y dirigiéndose a uno, dijo:

–No es buen padre el que negara a su hijo. Y no se puede llamar hijo bueno al que se avergonzara de su padre, cuando no viviera vida de pecado.

–Pues si esto es en el hombre, ¿cómo puede Dios Hijo pasar que el hombre se avergüence de Él, y siendo Yo, Dios Hijo, el que mando a mis Discípulos, no sean recibidos como el mismo Dios?

–Yo voy en el Nombre de mi Padre, y el que Me ofende, ya oye mi Padre.

–Vosotros vais en mi nombre, y las ofensas vienen a Mí, y ya respondo Yo en mi Padre.


Desperté, oí:

Si en este Arrobo Dios no manda su Poder y Sabiduría, no se podía comprender.

Es de tal Teología, que un libro se podría hacer.

Ya es tiempo que vea el hombre estos Dictados y Arrobos.

Ya es tiempo de que se publiquen como premio al que ama.

Este Mensaje te enseña a lo que Dios enseñaba.

A Lo que Dios enseñaba, enseña y enseñará.

Este Mensaje te hace que pienses, pero un pensar, de las veces que has querido sus Palabras ocultar.


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martes, 3 de enero de 2012

El que desprecia al Profeta, está en contra de Mí - Libro 7 - Investigaciones a La Verdad - Tomo I - Pag. 182-183


En Sueño Profético yo decía:

“Señor, no se portan bien contigo algunas personas, y luego te piden que les concedas lo que creen es su sufrimiento. A mí me daba vergüenza pedirte, cuando yo creía que no lo hacía bien”.

Desperté, oí:

Porque tu espíritu ha vivido siempre mi Existencia. El hombre vive mi Crucifixión.

Si el hombre hubiera amado a mi Padre, mi Crucifixión, que fue en Dios Hijo, el hombre no hubiera hecho este grande mal.

El que no Me admitió a Mí, estaba en contra de mi Padre.

Y el que desprecia al Profeta, está en contra de Mí.



***

lunes, 2 de enero de 2012

Camino de Dios - Libro 9 - Dios Habla al No Quiero del Hombre - Tomo I - Pag. 210-211


En Sueño Profético hablaban de muchas cosas diferentes, y decían:

“Esto es para el espíritu y la materia; y esto para el espíritu sólo”.

Dijo uno:

Este Camino es de Dios, es Camino duro; para el que va sin Dios, es Camino oscuro. Dios, al que está con Él, le da Luz en su Camino. Pero el que con Él no está, se vuelve de este Camino, porque Dios le pone la oscuridad. Dios no le va a dar Luz al que por su Camino vaya buscando los que son suyos para apartarlos de Él; Dios los echa al camino de donde son mandados, al camino de la maldad, que su misma maldad hace que se devoren en el camino del mal.

El Camino de Dios,
lo conoce el que ama a este Dueño;
por eso anda el Camino
sin cansancio y bien contento,
porque lleva su Compaña
pasando lo malo y lo bueno,
hasta llegar al final,
que el final ya lo estás viendo.

El final es el principio,
y entonces empieza el comienzo.

Este Camino de Dios
no lo pasas si eres “bueno”,
porque el “bueno” que da el hombre,
es cántaro con agujero,
que por la boca entra agua
y la vierte el agujero
sin servirle a nadie el agua.

Al que pase este Camino,
es Dios el que le dice “Bueno”.

Desperté, oí:

De tanto como hablaban
de diferentes caminos,
uno tan sólo señalaban.

Luego ya dirán los otros,
cuando Dios dé su Palabra.

Primero es el de Dios.
Los otros quedan en fábula.

Dios, el que quiere el Camino,
no le niega su Compaña.

Y le pone resplandores,
y ya la luz no hace falta
para que veas el Camino
ancho y libre,
por ir Dios en tu compaña.

¡Es lástima que se diga
que pocos hombres lo pasan!

Estando siempre este Dios
dando la Cara o la Espalda.

La Cara, para el que espera;
y la Espalda, para el que llama.

Si tú dices que eres bueno,
el Camino lo sabrá.

Y puede que no te deje
cumpliendo la orden “da”.

Este Camino lo pasa
el que ama por amar.


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domingo, 1 de enero de 2012

Año Nuevo - Libro 8 - Dios No Quiere, Permite - Tomo I - Pag. 167-168


En este Sueño Profético decían:

Ya se pasó el año. Ya entra otro año nuevo, haciendo bien a unos, a otros haciendo mal, y ni bien ni mal a muchos. Todo esto son dichos del hombre, sin pararse a meditar que el año no puede hacer cosas que el hombre no haga. Todo el mal y todo el bien, todo esto lo hace el hombre. Que sí, que Dios lo permite, porque Dios respeta al hombre, respeta su voluntad, y así nunca dirá el hombre: “Lo amo, pero sin amar; Lo amo porque me obliga aquí y en la Eternidad”. Dios te enseña a que Lo ames, y tú eliges sitio ya.

Dios, si cualquier año –si es que lo has cumplido ya–, se trae Aquí tu espíritu porque tu materia ha quedado separada –porque cuando te mandó el espíritu, era con retorno a esta Eternidad–, esto es lo que a ti el año te ha hecho mal, y si mucho Lo has amado, Él a ti te ha amado mucho más.

Desperté, oí:

Por un día que tú Lo ames ahí, él te dará una Eternidad Aquí.

Si tu espíritu ha venido Aquí con Dios, no digas que el año ha sido malo, porque la carne no puede tener eternidad.

Ama a Dios mucho, y el año no importa, ya que este Dios es el que se encarga de tenerte Aquí o allá.

El que ama mucho a Dios, no piensa en soltar la materia, piensa en si no le presentará su espíritu a Dios como Dios lo mandó de su Gloria.

Haz bien en el Prójimo, y el año será bueno.


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