El Evangelio es la Palabra de Dios

En Sueño Profético decían:

La publicación de estos Arrobos quita el disfraz al que el difraz tiene puesto, diciendo: “Soy de Dios y cumplo sus Mandamientos”.

Si aquí no vienen a saber y si a otro oyen, se hacen sordos, ciegos y mudos.

¿Cómo no hacen un pensar en lo que Dios Hombre dijo y aquí se vuelve a repetir?

“Mi tiempo se ha cumplido. Muchas cosas quedan por deciros. Pero vendrá mi Espíritu y oirán mis Palabras en la carne que yo le diga”.

“Mis Palabras saldrán de su cuerpo con el Mando de mi Padre, que es el mismo Dios que estáis viendo”.

“No dudéis nunca del que viva Prójimo por dentro, porque lo veréis por fuera cuando él vaya con cuerpo”.

“Donde veáis que viven Prójimo, quitad la duda, que mi Padre no perdona. Perdona al pecador, que esto lo estáis viendo en Mí. Pero el que duda quién soy y sigue mis Pasos, no se verá con el Padre ni el Hijo en el Reino que os tengo prometido, con Tres Dioses que se nombran, pero que son un Dios Único. Coged al Prójimo como respiración para el cuerpo”.

Desperté, oí:

Hacen falta pocas palabras para entender esto que dictan, que antes fue dicho en el Arrobo.

Que si el Prójimo vives, la duda ya no la admites, de que Dios aquí actúe. Las obras llevan delante las palabras.

Pero por las obras son conocidos los que siguen el Evangelio.

El Evangelio es la Palabra de Dios sin medida y sin tiempo.

Si no aceptas las Palabras del que te dice “Dios me dice”, y vive Prójimo, tú no tienes a Dios por Vivo.

El que tenga este pensar tiene su Reino perdido.

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Libro 28 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo V - C6