En Sueño Profético hablaban de morir con Paz o morir sin ella; de
vivir la vida dando gracias a Dios o siempre pidiendo cuentas por querer llegar
a sitio aunque tú feliz no te veas, por querer lo que no sabes, que luego tú
mismo desprecias.
Dijo uno:
¡Es tan distinto vivir siempre
dando gracias a Dios y mirar al Cielo con Paz…!, que el que así viva, no le
llegarán las muchas enfermedades que el espíritu puede tener. Yo siempre oí a mi
padre estas palabras:
“No hay mejor guardián para el
espíritu tenerlo siempre sano, que la Paz. Si tienes alguna inquietud, puede tu
espíritu enfermar. Y si tu carne se enferma estando tu espíritu enfermo, es
mala cuenta, porque puede llegar muerte, y será con desesperación. Dale Paz a
la vida, y Dios no faltará en tu compañía. No desees con inquietud lo que
podría robarte el sitio que da Jesús, Pastor de los caminantes”.
Esto ya lo decía mi padre como
romance que a Dios agrada:
“Yo vi siempre vivir contento,
sin avaricia, al que pensaba: tengo que dejar todo, hasta mi mismo cuerpo”.
Desperté, oí:
El que tenga este pensar,
vive en la Tierra y en el Cielo.
El que sólo piense en Tierra
y avaricia a lo del suelo,
puede que le llegue muerte
sin poder entrar al Cielo.
La enfermedad del espíritu
no la curan los médicos.
Porque Dios da Libertad
para que el que quiera esté
enfermo.
Si el hombre curara espíritu,
sería con medicamento.
Y ya entraría a la fuerza
el que no quisiera el Reino.
Dios, Sabiduría Infinita,
deja que la curación
la haga el mismo dueño.
Porque ya no es Libertad
si Dios prohíbe que el hombre
quiera espíritu enfermar.
***
Libro 14 - Dios Manda en Su Gloria que Enseñen - Tomo II - C8
Amén 🙏🙏🙏
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