sábado, 6 de marzo de 2021

No hay mejor guardián para el espíritu sano, que la Paz

En Sueño Profético hablaban de morir con Paz o morir sin ella; de vivir la vida dando gracias a Dios o siempre pidiendo cuentas por querer llegar a sitio aunque tú feliz no te veas, por querer lo que no sabes, que luego tú mismo desprecias.

Dijo uno:

¡Es tan distinto vivir siempre dando gracias a Dios y mirar al Cielo con Paz…!, que el que así viva, no le llegarán las muchas enfermedades que el espíritu puede tener. Yo siempre oí a mi padre estas palabras:

“No hay mejor guardián para el espíritu tenerlo siempre sano, que la Paz. Si tienes alguna inquietud, puede tu espíritu enfermar. Y si tu carne se enferma estando tu espíritu enfermo, es mala cuenta, porque puede llegar muerte, y será con desesperación. Dale Paz a la vida, y Dios no faltará en tu compañía. No desees con inquietud lo que podría robarte el sitio que da Jesús, Pastor de los caminantes”.

Esto ya lo decía mi padre como romance que a Dios agrada:

“Yo vi siempre vivir contento, sin avaricia, al que pensaba: tengo que dejar todo, hasta mi mismo cuerpo”.

Desperté, oí:

El que tenga este pensar,

vive en la Tierra y en el Cielo.

El que sólo piense en Tierra

y avaricia a lo del suelo,

puede que le llegue muerte

sin poder entrar al Cielo.

La enfermedad del espíritu

no la curan los médicos.

Porque Dios da Libertad

para que el que quiera esté enfermo.

Si el hombre curara espíritu,

sería con medicamento.

Y ya entraría a la fuerza

el que no quisiera el Reino.

Dios, Sabiduría Infinita,

deja que la curación

la haga el mismo dueño.

Porque ya no es Libertad

si Dios prohíbe que el hombre

quiera espíritu enfermar.

***

Libro 14 - Dios Manda en Su Gloria que Enseñen - Tomo II - C8

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