En Sueño Profético hablaban del pecado,
cuando tú ves que es pecado, cuando tú piensas ¿por qué he pecado?, cuando tú
te sientes de Dios retirado, cuando tú quieres pedir a Dios y te sientes
avergonzado, y el remedio no lo ves por lo mucho que has pecado. Tú mismo, sin
querer pecado, no te alejas de él, por no merecer ser perdonado.
¡Esta
enfermedad maldita, te ofrecen curarla con más pecado!
Yo, como tanto
oí, después de dejar pecado, mis palabras enseñaban y a veces salían llorando.
Que esto no es cobardía, que es la fuerza y el arrepentimiento que están
luchando. La fuerza, de lo que te llevó al pecado. Y el arrepentimiento, cuando
en Dios has pensado, cuando lo malo no ves mal hecho.
En mi cabeza
tenía escritos aquellos momentos que me llevaron al pecado. Cuando me pude
quitar, yo perseguía al pecado, aunque oía palabras que me hacían mucho daño.
Cogía libros de estudio, que mi uso me habían dado en mis primeros estudios, y
tenía que dejarlos. Oía hasta mi nombre con estas palabras: “Agustín, tú ya estás
condenado”.
Deprisa
cerraba el libro y me ponía las manos en la frente, y veía todos los caminos
cerrados. Yo pedía con exigencia castigo o Perdón.
Desperté, oí:
Cuando pensaba
el pedir que a Dios yo hacía, también me mortificaba el espíritu maldito.
Pero me venía
más fuerza para que odiara el pecado y pensara a lo que Dios bajó a la Tierra.
La primera vez
que oí, sin oír de Dios palabras, yo ya no era Agustín, era una fuerza que
aparta, que, sin ver ni oír, sabes que del Cielo baja.
Mi enseñanza
la cundí cuando la Tierra pisaba, y hoy que estoy Aquí, Dios me manda que dicte
estas Palabras.
***
Libro 26 - Dios Comunica y Da Nombres - Tomo III - C8
Este Mensaje está también en cintas grabado.
ResponderEliminarCómo lo lee Don José Navarro! No hay palabras para contarlo..
A mí me hicieron llorar de emoción los Mensajes así narrados.
Es que las personas que están en Gracia de Dios les dan un eco de Gloria que no se lo pueden dar los que no sienten el Espíritu Santo en su corazón.