En Sueño Profético
hablaban del Mando de Dios, de su Poder y de su Presencia. Decían:
Dios manda cuando tú, con
tu forma de actuar, Le estás pidiendo Mando. Entonces actúa Mando y Presencia.
El Poder actúa cuando tú
no quieres su Mando y Él quiere que se haga ese Mando. Entonces, a todo el poder
anula, y tú haces el Mando. Anula tu “no lo hago”. Y tu cuerpo queda ya como
árbol destrozado, que ni da fruta ni sombra, y ya jamás dará para que busquen
el árbol. Esto es Poder de Dios, no Presencia ni Mando.
La Presencia te la da el
Amor que tú Le has dado a la Obediencia en seguir su Camino, estrecho o ancho.
Desperté, oí:
Dios no elige para mandar
con su Amor al que vivió
para la Tierra y no para
el Cielo.
Dios no elige al que no dice:
“Señor, manda tu Mando,
que mi quiero espera”.
A éstos les manda el Mando
cuando dejan la materia,
apartándolos de Él
como Él hizo en la
Tierra.
Si Dios cogiera su espíritu,
cuando ya no hay materia,
y los llevara a su Reino,
sería un Reino por
fuerza.
Dios Único y Poderoso,
lo haría de otra manera:
Que no movieran su lengua
ni sus pies,
mientras su Mando no hicieran.
Y que la Tierra se negara
a producir lo que el alimento
a estos hombres les
diera.
No hace falta nada de esto,
por estar ahí de paso
y Aquí existir lo Eterno.
***
Libro 23 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo IV - C7
Los primeros "Documentos" que nos dejó Dios en la historia, Él Los llamó "Mandamientos". Todo lo que Dios Manda es siempre lo perfecto.
ResponderEliminar